Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“La iglesia católica tuvo su edad de oro con estos grandes pastores, Rivera que fue el gran amigo de Romero, fueron vidas enlazadas”, expresó, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, en el acto de conmemoración del centenario del natalicio de Monseñor Arturo Rivera y Damas, también ex arzobispo de San Salvador.
Los peregrinos hicieron este miércoles una estación en el desvío de San Esteban Catarina, departamento de San Vicente, para rendir junto al cardenal Rosa Chávez y autoridades eclesiales, un homenaje al natalicio del sucesor de San Oscar Arnulfo Romero, Monseñor Arturo Rivera y Damas, acto al que asistió la familia del religioso.
“Dios nos sorprende siempre. Hay tres temas de sorpresa en este momento. Una es que la sotana que estoy usando era de Monseñor Rivera y Damas, no queda buena porque es muy grande, pero la tengo de recuerdo y reliquia de este gran pastor”, manifestó el cardenal.
“La segunda sorpresa es que la parroquia de San Esteban Catarina está cumpliendo 50 años, y le tenemos una sorpresa a esta parroquia, y es la Cruz de los Peregrinos, que tiene como signo esta peregrinación y homenaje al natalicio de Monseñor Rivera y Damas”, acotó el porpurado.
La placa conmemorativa tiene el siguiente mensaje : “Camino de San Oscar Romero Sexta Peregrinación, Caminando con María y San Oscar Romero somos Iglesia en Misión”.
El Cardenal Rosa Chávez destacó que en esta peregrinación está presente la fe, esperanza, caridad y solidaridad con el pueblo salvadoreño. Acto seguido agradeció a los peregrinos su decisión de caminar 160 kilómetros.
“Monseñor Rivera era un hombre de fe. Cuando surge la ofensiva de la guerrilla en El Salvador, vamos a la capilla, y Monseñor Urrutia, y estando ante la imagen de la Virgen María Axuliadora, él (Rivera Damas) le dice- tienes que protegernos, y esa fue su oración, y no nos pasó nada. Dios nos protege siempre”, reiteró.
“Rivera Damas fue ante todo un ser humano especial, con una familia igual, que le enseñó los valores como la sinceridad, el amor a la justicia, a la patria, el amor a un pueblo que tiene que ponerse de pie, ante tanta iniquidad y el amor a la iglesia. Un hombre que dejó huella, un ser excepcional de la escuela a su hogar”, sostuvo.
En cuanto a la pastoral de Monseñor Rivera y Damas, el Cardenal destacó el liderazgo en el marco del conflicto armado de los años ochenta. Monseñor Rivera fue “un buen cristiano que tomó en serio su fe”, que arriesgó su vida también durante las primeros pasos hacia la firma de los Acuerdos de Paz (1992), pero ante todo, por la integridad de su palabra en el proceso de diálogo, en donde compartió con el presidente de ese entonces José Napoleón Duarte, recordó el Cardenal Rosa.
“Cuando se preparaba para las homilías de los domingos, le preguntaban qué diría a la mañana, cuando la situación era difícil y por esto te pueden matar -él decía- pero lo tenemos que decir. No tenía miedo a la persecución ni a la muerte, ese era Monseñor Rivera”, indicó.
“Monseñor Rivera fue un hombre de convicciones y principios que no fueron negociables, les decía a ambas partes en conflicto -los derechos humanos no son negociables-. Fundó Tutela Legal del Arzobispado y el Comité Justicia y Paz. Trabajó duramente por los derechos humanos y organizó la diócesis, creó un plan pastoral, con una estructura sólida y caminó adelante de todos nosotros”, recordó el cardenal.
Asimismo, reiteró que Monseñor Rivera y Damas fue un hombre que “nunca buscó protagonismo” y dejó una huella de estricta moralidad y que nunca se dejó amedrentar por ninguna amenaza ni tampoco seducir por un puñado de dólares.
“Rivera fue el gran amigo de Romero, eran dos vidas enlazadas, con las mismas convicciones y ese es el momento que la iglesia católica tuvo su -edad de oro- con estos grandes pastores. Nunca falló Rivera a ser solidario con su amigo Romero, eso yo lo vi, y eso le daba a Romero una gran tranquilidad y seguridad en su ministerio”, reafirmó, el cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien fue el auxiliar de Rivera Damas.
Jaime Rivera Damas agradeció el homenaje a su hermano que señaló, tenía mucho significado para su familia, este reconocimiento desde las autoridades de la iglesia.
“Quiero agradecer profundamente a quienes promovieron este acto tan significativo y solemne que nos enorgullece enormemente y nos sentimos satisfechos. Creemos que Monseñor Rivera y los hermanos que nos precedieron en este viaje terrenal lo están gozando mucho desde el cielo”, dijo.
“Muchísimas gracias al Cardenal Gregorio Rosa Chávez, quien fue el verdadero compañero de trabajo de Monseñor Rivera, nunca estuvo separado y fue leal en todo, muchas gracias”, manifestó Jaime Rivera Damas.
Al finalizar el acto de homenaje los peregrinos retomaron su segundo día, hacia la Cuna del Profeta, realizando un recorrido hasta el municipio de Chapeltique, lugar en donde se oficiará una misa y tomarán su descanso previo al 3 de agosto, cuando finalice la peregrinación al llegar a Ciudad Barrios, San Miguel.