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Miguel Ángel Dueñas Góchez*
En la presentación del libro: “Educación y Democracia: Formación Ciudadana para la Escuela de Hoy” de Álvaro Ramis y Carlos Rodríguez Rivas (Compiladores, oct. 05 2018), en el marco del II Encuentro Internacional de Cultura de Paz «Educación, Memoria y Derechos Humanos» a través del Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD), el Ministerio de Educación (MINED) y la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, y su Centro Saberes Docentes mediante el Programa de Educación Continua del Magisterio (PEC) realizaron la presentación del libro antes mencionado. Como resultado del proceso de formación, que se desarrolló en una modalidad semipresencial, e inició en diciembre de 2017 y concluyó el 24 de julio 2018.
El conversatorio y presentación del libro fue breve, pero se tocaron muchos temas relevantes, como los Modelos de Estrategias Innovadores, las cuales consisten en: 1- Movilizar la escuela al barrio (para vencer el analfabetismo), 2- Teología de las minorías (rompe con el pensamiento único, pero sigue siendo teológico), y 3- Bitácora Pedagógica. De alguna manera hubo cierta explicación de las tres estrategias. Pero me llamó fuertemente la atención cuando se habló de no llevar nuestra vida privada a la vida pública y tratar de imponer nuestras creencias o lo que vivimos en lo privado con la convivencia pública. Comparación de la inteligencia con la ideología (relacionado esto con escritos de Ignacio Ellacuría, catedrático y activista académico de la UCA, asesinado por militares salvadoreños durante el conflicto armado civil de 1989).
Al final se expuso el tema formación y educación ciudadana, la cual está centrada en el desempeño de la vida pública de toda persona, esté donde esté ejerciendo su trabajo, ya sea en un centro escolar o en otro cargo público. Donde debe presentar un carácter no instruccionalista, sino reconociendo si su comportamiento en la vida pública es factible. Lo cual tiene estrecha relación con los valores, manteniéndose en educación desde la colonia el catecismo axiológico-moral, el que debería tener un giro de ciento ochenta grados y centrar o explicar estos valores desde el enfoque de derechos humanos, de acuerdo a la Declaración Universal de 1948.
*Lic. en Relaciones Internacionales.
