Alberto Romero de Urbiztondo
@aromero0568
El 21 de junio es el Día Internacional de la Educación No Sexista, declarado en el año 1990 en Paraguay, a propuesta de la Red de Educación Popular entre Mujeres (REPEM). En El Salvador desde 1999 se conmemora el 10 de junio como Dian Nacional de la Educación No Sexista.
¿Por qué es necesario un día para recordarnos la importancia de la Educación No Sexista? El sexismo hace referencia a las actitudes que favorecen y perpetúan la desigualdad y la jerarquización en el trato que reciben las personas en base a su diferenciación sexual. Aunque en nuestras escuelas se ha ido superando, sigue siendo frecuente escuchar “los niños no lloran, usted es un varoncito”, la división de tareas, por ejemplo cuando hay días de limpieza se orienta a las niñas a barrer y los niños a jardinería, el varón iza la bandera y la niña la sostiene al costado, en los patios de las escuelas es frecuente ver la gran mayoría del espacio ocupado por niños jugando futbol y las niñas hablando en la periferia del patio. Cuando una niña queda embarazada, reciben burlas de sus compañeros y hay asociaciones de padres que exigen que se la expulse y en la mayoría de casos ya no reanudan sus estudios. Frecuentemente es otro alumno el responsable del embarazo, pero no es expulsado ni discriminado, sino celebrado por sus otros compañeros varones. Estos son algunos ejemplos evidentes que construyen modelos de comportamiento que vemos reforzados y reproducidos en la sociedad con patrones culturales machistas como las altas tasas de abuso sexual y embarazos de niñas y adolescentes.
La Educación No Sexista es necesaria:
Para eliminar la creencia de que las niñas son débiles y pasivas y solo los niños son fuertes y activos. Porque los juegos y juguetes no tienen “sexo”, ni existen profesiones “masculinas” y “femeninas”. Porque igual que los hombres, las mujeres hacen la historia y deben de ser nombradas y reconocidas
Porque niñas, niños y adolescentes tiene derecho a recibir Educación Integral en Sexualidad científica y laica, que les haga responsables de sus cuerpos y vidas (Art. 32 LEPINA).