Herson Isaac Vázkez
Enfoque crítico sobre la educación superior en El Salvador
Hablar de educación superior pública de calidad, advice cialis es hablar de crear las condiciones subjetivas y objetivas para resolver obstáculos que aún no permiten diseñar el rumbo del desarrollo social, viagra científico y cultural de toda la sociedad salvadoreña. La crisis actual de la educación superior es un problema estructural que está vinculado a múltiples variables que aún no han sido superadas por los actores involucrados en el tema.
Dentro de estas variables que están relacionadas directamente con la educación superior, y en caso particular, con la única universidad pública, encontramos la variable política, desde donde se toman las decisiones estratégicas del proyecto educativo que requiere el país; la variable económica, la cual simplifica en la acción una decisión política y condicionante sin la cual no podrá ejecutarse nunca un proyecto macro-social o de alcance para las mayorías populares; la variable académica-científica, estrechamente vinculada a la producción del pensamiento, la exploración del conocimiento, el uso de las herramientas tecnológicas de más alta categoría y las reformas curriculares; la variable social, es la superación de los obstáculos administrativo-burocrático e institucionales que aún no permiten una real inserción de la Universidad de El Salvador como institución garante de expandir el conocimiento científico al servicio de la población; finalmente, agrego la variable del statu quo universitario; es quizá el problema fundamental que no permite dar un paso de calidad en los acuerdos, propuestas y proyección de la necesidad urgente de transformar el sistema de educación superior pública.
Identificado el problema anterior, es preciso preguntarse qué implica buscar soluciones posibles a las variables que lo componen, además, qué combinación de actores directos e indirectos participarían a nivel operativo; cuales son los principales obstáculos administrativos, gubernamentales, internos y externos que se enfrentaran en el proceso de desarrollo cualitativo y cuantitativo de un eficiente sistema de educación superior pública.
El primer factor determinante para el desarrollo de un nuevo modelo o sistema de educación superior pública, no está relacionado indispensablemente con el factor dinero, es decir mayor presupuesto de parte del Estado, como sostienen muchos desconocedores del tema. No, aquí se requiere de una decisión política acertada, de una amplia visión de país, de la unidad de las fuerzas democráticas internas de la Universidad, y de mayor compromiso por parte del Estado; compromiso que asumirá cuando la comunidad universitaria plantee la necesidad de trabajar en conjunto por un proyecto académico en beneficio de la totalidad de intereses de nación. Éste último es el elemento fundamental para que el gobierno actual pueda apoyar un proceso de reforma integral para el Alma Mater.
Segundo, el presupuesto o financiamiento efectivo debería canalizarse en forma transparente para un proyecto específico de operación a corto, mediano y largo plazo. El único inconveniente es que este proyecto no existe, y no forma parte de muchos programas de los actuales candidatos a constituir la dirección universitaria. De nada serviría las grandes sumas de dinero, cuando no se sabría ejecutar eficientemente, esto provocaría un despilfarro financiero que afectaría otros rubros que competen e interesan al Estado.
Entonces, concluimos que la primera condición sine qua non para potenciar el desarrollo universitario, es la elaboración de un proyecto nacional de educación superior pública, el cual debe estar ajustado a la realidad en que se encuentra el actual sistema educativo nacional en el ámbito primario y secundario. Y de ser necesario, en un proyecto a largo plazo, presentar la idea de abrir nuevas Facultades, especialidades, departamentos, escuelas y de ser posible, universidades, que se relacionen con la investigación científica, la exploración en la astronomía, los estudios de la tierra, investigación e innovación tecnológica, exploración e investigación en la medicina, ingeniería agronómica que incida las capacidades productivas del país, mediante la búsqueda de nuevas formas de producción a bajos costos para agricultores, técnicas de producción, entre otras necesidades que nuestro país adolece en innovación estratégica.
Creo que es posible hacer mucho desde la academia, es posible vincular la educación con el desarrollo, también es prioridad que la única Universidad pública se vincule, engrane y se posicione directamente como actor primario sobre las bases del desarrollo de todo una nación. Hasta hoy en día, la Universidad de El Salvador, como garante de la producción y difusión del pensamiento científico, ha permanecido como una “institución aislada dentro del Estado”. No existe ninguna administración gubernamental que haya planteado un ambicioso plan de desarrollo de la educación superior pública, ni tampoco, desde la Universidad, no ha existido ninguna administración que proyecte a largo plazo un modelo de universidad para los intereses populares. Esperemos que con el actual gobierno y la elección de nuevas autoridades universitarias se puedan generar las condiciones necesarias para emprender un trabajo de gran alcance académico nacional.
Reconozco que no solamente es la educación un tema prioritario para el gobierno actual. Existen áreas como la producción agropecuaria, la salud, los servicios sociales, el funcionamiento administrativo, entre otros rubros que requieren urgente atención, pero es importante que cada sector se pronuncie propositivamente en las problemáticas más urgentes por resolver. En cuanto a la educación superior pública, el reto sigue latente para las altas aspiraciones de ciudadanos que buscamos incidir en la realidad educativa-universitaria de nuestro país. Es importante que más miembros de la comunidad universitaria participen de este esfuerzo que beneficiará a las postreras generaciones de profesionales.