Licda. Norma Guevara de Ramirios
@guevara_tuiter
La Asamblea Legislativa ha aprobado dos decretos que contienen la obligación de aportar una contribución especial para financiar el Plan El Salvador Seguro, treatment y lo que ellos pueden generar de ingresos al Estado es todavía menor a lo que el plan establece como acciones necesarias, see pero como afirmamos la semana pasada, cure se ha dado con esas decisiones un paso adelante por la seguridad de todos y todas. Ahora se precisa al mismo tiempo de procurar nuevos recursos financieros, del diseño óptimo de las decisiones para orientar los recursos que se generen para ese fin específico, y sin lugar a dudas, el Presidente Salvador Sánchez Cerén y el Consejo de Seguridad sabrán perfectamente identificar los puntos en los cuales se debe fortalecer la aplicación del plan ya iniciado.
Debemos partir de comprender que es atendiendo las raíces de los problemas como llegaremos a resolver los problemas, para resistirse a las amenazas, al chantaje a las presiones de las empresas del crimen, el mejor antídoto es la fortaleza de las personas, edificar un tejido social sano, libre y fuerte requiere entonces de más y mejor educación en el sentido más amplio, requiere de familia, escuela, comunidad, empresas y asociaciones, todas procurando llevarnos a hacer como personas los mejores esfuerzos con disciplina, con procesos de socialización eficaz para desarrollar las potencialidades de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y también adultos.
Por ello es necesario que quienes todavía se resisten a cooperar con este gran empeño de país para superar la violencia y la delincuencia, reflexionen. Vivimos todos en el mismo territorio y es suficiente platicar con el vecino, con el amigo o compañero de trabajo para comprender que desde hace años, se requiere de volcarnos a edificar entre todos y todas una sociedad democrática, educada, sana, segura, alegre, productiva y que mucho se dejó de hacer, esa tarea que ayer incumplimos hoy se vuelve más grande y compleja.
Si las empresas o personas con mayor capacidad económica creen que privada y personalmente tienen mayor seguridad, tarde se darán cuenta que los ejércitos de seguridad privada ayudan un momento, como la aspirina en una fiebre, pero es fortaleciendo lo público como tendremos mejor seguridad para todos. En la década de los años 90, un presidente del Banco Mundial, el señor Wolfensohn, ya alertaba sobre la importancia de luchar contra la pobreza y dejar de creer que los muros de las casas eran una real protección de los efectos que ella produjera.
Las políticas penales deben ser la excepción, para sancionar el delito, es la prevención y dentro de ella la que puede realizarse educando, la que tendrá efectos más duraderos y sanadores de los dolores que hoy nos aquejan. Educan los mensajes positivos, educa la acción positiva, educa la práctica de la colectividad, por eso es oportuno armonizar ahora los frutos del Consejo de Seguridad Ciudadana y Convivencia con lo que concluya el Consejo Nacional de Educación, ambos espacios de deliberación plural convocados por el Presidente para coadyuvar en el diseño y aplicación de verdaderas políticas de Estado.
Educación inicial, protección a niñas y niños, educación centrada en el aprendizaje y en la formación de valores, educación física, musical, artística, científica, movida desde todos los espacios y principalmente por maestras y maestros comprometidos, eso urge. Lo avanzado se amenaza sin un esfuerzo más generalizado en la modificación de conductas, de modo de volvernos más fuertes e inteligentes, más capaces de vencer los viejos problemas y avanzar en la edificación de una sociedad democrática, equitativa, justa, educada y en paz.
Los documentos biográficos de Antón Makarenko, pedagogo ruso del siglo pasado, nos reseñan uno de sus pensamientos que a pesar de la distancia geográfica y temporal, es apropiada para nosotros: “no hay adolescentes malos o extraviados, simplemente no han tenido un buen condicionamiento social”. Formar ese buen condicionamiento social, es tarea del educador, afirmó. Debemos darnos cuenta que entré más compleja y variada es la comunicación, son mayores los espacios y actores para contribuir a esa formación que es al mismo tiempo personalísima y colectiva, es individual y social, que se realiza en la escuela, la casa, la calle, la iglesia, en todas partes y no sólo por los maestros y maestras.
Los gobiernos municipales y el gobierno central con todos sus órganos e instituciones debemos preguntarnos sobre el contenido educativo de la gestión que realicemos, debemos preocuparnos y ocuparnos de idear nuestras acciones de política pública incorporando la educación en ella, es y debe ser ésta un eje del quehacer de todo servidor público, empezando por elevar nuestra propia formación y contribuir a la educación de la generalidad. El médico y enfermera ayudarán profesionalmente a curar una enfermedad, pero al mismo tiempo a hacernos entender el deber de prevenirla; así como el trabajador de limpieza de un municipio, además de disfrutar de su trabajo, aprendemos que es mejor no botar basura en la calle. En las pequeñas cosas que podemos observar cotidianamente como el respeto a los demás, está la base de una sociedad mejor por eso en la labor de seguridad está también la hora de más y mejor educación de todos.