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EE.UU. enfría intentos de Venezuela por retomar lazos bilaterales

Por Ramon Sahmkov
Washington/AFP

Estados Unidos se mostró escéptico frente a los ensayos de Venezuela para normalizar las relaciones bilaterales, sovaldi shop al reiterar que Caracas precisa «mostrar seriedad» en sus intenciones, unhealthy tras un último episodio de expulsión de diplomáticos.

«El intercambio de embajadores es una decisión mutua. Hemos dicho por meses que estamos abiertos a un intercambio, pero Venezuela precisa mostrar seriedad sobre sus intenciones y su apertura para que una relación positiva se mueva hacia adelante», dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.

«Estamos abiertos a una relación positiva. Obviamente necesitamos ver más pasos positivos de Venezuela», añadió la portavoz.

Estas declaraciones se produjeron poco antes de que la cancillería venezolana designara a Maximilian Arvelaéz como embajador en Estados Unidos, tal como había anticipado el lunes el presidente Nicolás Maduro.

El gobierno estadounidense deberá anunciar si otorga o no su beneplácito y quebrar de ese modo la ausencia de embajadores en Caracas y Washington desde 2010. En el último año todos los intentos para restablecer la relación han fracasado.

Además, este martes Washington expulsó a tres diplomáticos venezolanos, en respuesta a una medida similar adoptada por Caracas el 17 de febrero. Los primeros secretarios Ignacio Luis Cajal y Víctor Manuel Pisani, y el segundo secretario Marcos José García, tienen 48 horas de plazo para abandonar Estados Unidos.

Para Psaki hechos como las expulsiones recientes «siguen tornando las cosas más difíciles».

Desviación

Pero en buena medida, Maduro, que ha expulsado ya a ocho funcionarios en 10 meses de gobierno, recita el guión antiimperialista de su mentor, el fallecido mandatario Hugo Chávez (1999-2013)

En los últimos días Venezuela ha acusado a Estados Unidos de injerencia en sus asuntos internos y de intentar desestabilizar al gobierno de Maduro, luego de que Washington condenara el uso de la fuerza en el marco de las protestas contra el mandatario venezolano que han tenido lugar en las últimas tres semanas y que han dejado 14 muertos hasta el momento.

En ocasión de la expulsión de los tres diplomáticos estadounidenses, Caracas los había acusado de organizar y promover a los jóvenes manifestantes y Maduro, que calificó a las protestas de «golpe de estado en desarrollo», denunció que Washington buscaba «legitimar los intentos de desestabilización».

Pero Estados Unidos, que ha dicho que sus diplomáticos sólo participaban de un programa de visas estudiantiles, observa una táctica de distracción en las últimas acusaciones venezolanas.

«En Venezuela, en lugar de tratar de desviar la atención de sus propias carencias expulsando con falsas acusaciones a diplomáticos estadounidenses, el gobierno debería de concentrarse en atender los reclamos legítimos del pueblo venezolano», había dicho el presidente Barack Obama el 19 de febrero.

Maduro repudió inmediatamente las palabras de Obama, pero días después cambió el tono e instó al mandatario estadounidense a iniciar un «diálogo de altura» y a regresar embajadores para solucionar sus diferencias.

Washington anunció el lunes que trabaja con la Organización de Estados Americanos y aliados regionales para «pedir la calma y favorecer un diálogo genuino» entre los venezolanos.

Este martes, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, instó a Maduro a «enfocarse» en resolver los problemas de los venezolanos a través de un diálogo con ellos y no con los Estados Unidos.

«Esto no es un asunto entre Estados Unidos y Venezuela», afirmó.

Socios con problemas

Pese a las pésimas relaciones diplomáticas exhibidas por Washington y Caracas en los últimos años, ambos son sólidos socios comerciales: Estados Unidos sigue siendo el principal cliente del petróleo de Venezuela, primer productor suramericano de crudo, en tanto vende miles de productos a empresas venezolanas.

Los nubarrones empezaron en 2002, cuando una multitudinaria protesta contra el mandatario Hugo Chávez devino en un fugaz golpe de Estado tácitamente apoyado por Washington.

Chávez hizo del presidente estadounidense George Bush (2000-2008) el blanco perfecto de sus ataques, llamándolo «burro» y «borracho» y comentando en la Asamblea General de la ONU que «olía a azufre» en el ambiente cuando sucedió al estadounidense en el podio.

En 2009 Chávez sorprendió a propios y extraños al darse la mano con Obama en la Cumbre de las Américas, pero un año después el embajador nominado para Venezuela hizo unas declaraciones que irritaron al mandatario venezolano, quien lo rechazó antes siquiera de que llegara a Caracas.

Tras la muerte de Chávez en marzo de 2013, los cancilleres de ambos países iniciaron un diálogo de acercamiento pero Caracas lo dio por terminado en julio pasado tras críticas a Venezuela de la ahora embajadora de Washington ante la ONU, Samantha Power.

En medio de todo, Washington sigue denunciando al gobierno venezolano de hostigar a la oposición política y a los medios de comunicación, y vigila de cerca la situación de seguridad y narcotráfico en el país suramericano.

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