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EE.UU.YA ENCABEZA LA LISTA MUNDIAL DE CONTAMINADOS POR EL COVID-19: TRUMP A LA VANGUARDIA DE LA EXPANSIÓN GLOBAL DEL CORONAVIRUS

Isaac Bigio,
Analista Internacional
El jueves 26 de marzo es una fecha que muestra una descomunal catástrofe. Ese día el número de contagiados por el COVID-19 supera la cifra del medio millón mientras que EE.UU. pasaba a encabezar la lista de los países del mundo con más contaminados. Y justo cuando se revelaban estos terroríficos datos el Presidente Donald Trump ofrecía millones de dólares para organizar el derrocamiento y captura de su homónimo venezolano, sin quererse percatar que en este momento de amenazas sobre la especie humana la tarea central de todas las naciones consiste en unir esfuerzos para erradicar esta plaga que amenaza con extenderse a decenas de millones de almas.
FICCIONES
En el film “Día de la Independencia” la Casa Blanca lidera el planeta justo en su mismísima fecha nacional para derrotar a una invasión de extraterrestres altamente sofisticados. Otras películas de Hollywood muestran a los “americanos” siendo los defensores de la Tierra contra avanzadas civilizaciones alienígenas, cataclismos naturales o rocas que caen del espacio.
Sin embargo, ahora que se da una verdadera amenaza contra toda la especie humana, la realidad muestra ser lo opuesto a todas esas ficciones cinematográficas. Esta vez la amenaza no es algo altamente inteligente ni masivo, sino un microorganismo que ni siquiera es un ser viviente, pero la mega-potencia muestra que, en vez de ser la vanguardia de la humanidad, se torna en una de sus peores pesadillas.
La pandemia del COVID-19, la peor que ha visto nuestra especie en el último siglo, ya bordea el medio millón de infectados. Al momento de escribir esta nota EE.UU. ya ha llegado a superar a China e Italia como el mayor epicentro global de dicho mal, tal como advierte la Organización Mundial de la Salud.
La principal potencia económica, política y militar global, ahora ya ha logrado convertirse en la principal potencia incubadora, diseminadora y exportadora de la peor plaga que ha conocido la humanidad en la actual era espacial.
POTENCIA VIRAL
Cuando estalló la epidemia del COVID-19 China contenía a la inmensa mayoría de los infectados y muertos por dicho virus. Entonces, Donald Trump llamó a tomar ventaja del declive de su principal competidor económico. Luego, él también quiso aprovecharse de que Irán, su mayor rival militar en el Medio Oriente, se convirtiese en otro foco infeccioso. Después, él quiso valerse de la expansión del coronavirus en el norte de Italia (reducto de la Liga quien encabeza a la derecha extrema europea que se acerca a Moscú) y en España (que tiene al único gobierno de alianza socialista-comunista de Occidente) para golpear a esos adversarios y también para debilitar a la Unión Europea, a la cual busca dividir pues ahora la ve como rivales comerciales.
No obstante, el coronavirus ha comenzado a masificarse en EE.UU. Primero Italia ha logrado pasar a China en el número de muertos por el COVID-19 a punto de que en cualquier momento llegará a duplicar en la cantidad de fallecidos por dicho mal. Ahora EE.UU. se ha transformado en el país del mundo que más nuevos infectados produce al día. En los últimos 4 días se han id contaminando al menos 10,000 norteamericanos cada 24 horas.
En EE.UU. el Coronavirus ya supera los más de 81,000 contaminadas de China, per mientras que en el gigante asiático hoy hay unos 74,000 pacientes recuperados y apenas 4,000 casos, en EE.UU. hay menos de 2,000 recuperados y en cualquier momento habrá más de 80,000 pacientes.
Este fin de semana EE.UU. puede alcanzar a los cien mil infectados. La mitad de los pacientes estadounidenses se encuentran en uno de sus 50 Estados (el de Nueva York), con la posibilidad de que ello se masifique al resto de su inmensa geografía y continente. Esto último debido a que en todos sus Estados y territorios ultramarinos ya hay contagiados. En la gran mayoría de estos la cifra de infectados o muertos supera a la del Perú (pese a que esta República tiene más de 30 millones de habitantes e inferior infraestructura). Ya hay más de un millar de contagiados en al menos una docena de sus Estados.
Mientras que en China hay más de 3,000 muertos pero dentro de un contexto de 73,000 enfermos recuperados, en EE.UU. el Coronavirus ha producido más de 1,000 fallecidos, cifra 150% mayor que la sus 400 sanados. De esa información también se desprende que China es el más antiguo baluarte del virus, mientras que “América” es el “nuevo mundo” de dicho microorganismo. La cuestión está en evitar que la pandemia en la maga-potencia no adquiera similares cantidad de fatalidades como las que se han dado en otras latitudes.
EE.UU. contiene hoy a más del 13% de los enfermos por COVID-19 en el mundo, cuando su población apenas bordea el 4% del total de la humanidad.
TRUMP
El presidente Donald Trump se encuentra ante una encrucijada. Por una parte, él desea mantener el crecimiento económico de su país, algo que le ha ayudado a unir a su Partido Republicano en torno a su persona y lograr cierta base electoral con la cual ha evitado un “impeachment” y ansía ser reelecto en noviembre. De otra parte, él debe hacer todo lo posible por cuidar a su electorado, mano de obra y población del contagio.
La pandemia ya viene afectando a los comicios. En 7 Estados se han postergados las primarias. Un mal manejo de la crisis puede costarle la cabeza a Trump, mientras que Bernie Sanders, quien ha venido siendo sobrepasado por Joe Biden en las internas demócratas, podría repuntar si la población en medio de esta crisis gira hacia sus planteos en favor de un sistema nacional, gratuito y universal de salud.
El actual mandatario empieza a darse cuenta que no puede seguir menospreciando el impacto de la pandemia. Cuando el COVID-19 brotó en China él quiso aprovechar ello para atacar a su rival. Hasta muy recientemente él se ha referido de manera racista a este mal como si fuera un “virus chino”, aunque representantes de Beijing sostienen que el COVID-19, al igual que otras dos previas gripes aviares, se habría originado en EE.UU.
A veces Trump habla de imponer medidas duras, mientras que acaba de declarar que él piensa que las medidas restrictivas van a ser temporales y que pronto, en semana santa, se restablecerá el orden social y económico nacional. Según él “Nuestro país no está hecho para apagarse”, “Nuestra gente desea volver a trabajar” y “El remedio no puede ser peor que la enfermedad”.
Dan Patrick, el Vice-Gobernador de uno de los principales Estados administrados por los Republicanos (Texas), declaró ante Fox, la principal cadena pro-Trump de TV, que los abuelos como él están dispuestos a dejarse morir “para salvar a la economía nacional”. Para él, al igual que para un amplio sector de su Partido Republicano, lo prioritario es salvaguardar la producción durante la crisis, aún a expensas de masificar los fallecidos.
En contraposición al oficialismo, los gobernadores de la oposición demócrata tienden a imponer medidas más duras y restrictivas contra el Coronavirus. Tal es el caso de Phil Murphy quien implantó en la Nueva Jersey el toque de queda y de Andrew Cuomo quien ha dictaminado que en la adyacente Nueva York ya rige un estado de emergencia y desastre.
Cuomo sostiene que el coronavirus corre como un tren bala que apunta a infectar o matar a multitudes y que el pico de la pandemia va a llegar a Nueva York en 2 a 3 semanas, mientras que para ese tiempo el Presidente planea normalizar plenamente a todo el país.
NEO-LIBERALISMO
La actual crisis del Coronavirus ha generado dos tipos de respuestas de parte de los partidarios del monetarismo y de las privatizaciones. Por un lado, los gobiernos conservadores del Reino Unido, EE.UU. y Brasil buscaron inicialmente tratar a la epidemia sin querer “caer en el pánico” y manteniendo el ritmo de trabajo y de vida en su anterior forma. Jair Bolsonaro incluso ha animado en ese periodo una serie de manifestaciones callejeras.
El primer ministro británico Boris Johnson creyó que se podría lograr la “seguridad en el rebaño” según la cual se debería aceptar que se dé un determinado número de contagiados para que se generen anticuerpos. Por eso su país fue el único en su continente que mantuvo abierto centros de educación y trabajo, así como bares y restaurantes.
Empero, a medida que él se dio cuenta que sus islas estaban a dos semanas de transformarse en una nueva Italia, Johnson dio un zigzag y aplicó un enclaustramiento masivo y total.
La tesis de militarizar la lucha contra el Coronavirus decretando estados de emergencia y toque de queda ha sido muy fuerte en las repúblicas andinas neoliberales donde sus respectivos Gobiernos han buscado aprovecharse de la crisis para aislar y atomizar las protestas sociales tales como Chile, Bolivia, Ecuador y Colombia. En estas dos primeras naciones sureñas dos Presidentes poco populares han pospuesto importantes comicios, mientras que la golpista Jeanine Añez quiere evitar que el derrocado Movimiento Al Socialismo gane las presidenciales e incluso ha amenazado con decretar el estado de sitio, una respuesta extrema que nadie ha dado y menos aún en uno de los países con menos infecciones.
CONTRADICCIONES
Trump nunca ha dejado de superponer su ideología a la cuestión de un virus que no distingue diferencias entre humanos. Primero decretó el cierre de vuelos desde Europa, pero no de Reino Unido, pese a que este país ha llegado a tener una de las mayores tasas de mortalidad por Coronavirus, y todo ello por querer impulsar el Brexit.
Él persiste en seguir sancionando a Irán, Venezuela, Cuba, China y otros países a pesar que ello, tal y cual se lo ha dicho Merkel, ayuda a la expansión del Coronavirus.
El “capitalismo salvaje” norteamericano ha debilitado a su propio pueblo para hacer frente a la pandemia. Su sistema de salud tan privatizado merma la resistencia de su población ante cualquier enfermedad. Pese a sus extraordinarios recursos económicos los EE.UU. prefieren invertir en guerras y gastos militares. Pese a que su arsenal de armas nucleares, químicas y bacteriológicas es capaz de aniquilar varias veces a la humanidad, EE.UU. tiene un presupuesto bélico superior al de la suma de sus 10 principales rivales militares.
Mientras el Pentágono tiene tropas en más de 50 naciones, no se han visto laboratorios, médicos y profesionales de la salud estadounidenses ayudando a los países infectados por el virus, lo contrario a China, Rusia, Cuba, etc.
La mega-potencia que tiene más armas de destrucción masivas es la que menos invierte, en relación a su propia economía, en desarrollar “armas” de saneamiento masivo.

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