El Cairo/AFP
Egipto sacó a los Hermanos Musulmanes de la escena política tras disolver el sábado su brazo político, cialis el partido Libertad y Justicia, ampoule un año después de que el ejército derrocara al presidente islamista Mohamed Mursi y reprimiera por la fuerza a sus partidarios.
El más alto tribunal administrativo anunció este sábado la disolución del partido Libertad y Justicia», brazo político de la cofradía islamista, que ya había sido declarada «organización terrorista» en 2013.
La Corte Administrativa Suprema «disolvió el partido Libertad y Justicia, porque violó la ley que rige el funcionamiento de los partidos políticos», indicó la Corte en su fallo. Según medios de comunicación gubernamentales, se trata de una decisión inapelable.
Los abogados del partido calificaron en un comunicado la decisión de la Corte de nuevo «episodio en la serie de la contrarrevolución».
El mariscal retirado Abdel Fatah al Sisi, antiguo jefe del ejército que derrocó a Mursi y fue elegido por amplia mayoría en mayo para dirigir el país, había prometido durante su campaña electoral «erradicar» a los Hermanos Musulmanes.
Tras una campaña de liquidación, con la masacre de manifestantes y la detención de miles de Hermanos Musulmanes, la disolución de Justicia y Libertad parece ser la última etapa de esa promesa.
«Crímenes terroristas»
Hasta el derrocamiento de Mursi, el 3 de julio de 2013, Libertad y Justicia había ganado todas las elecciones desde su creación en 2011, tras la movilización popular que obligó a Hosni Mubarak a abandonar la presidencia, donde había permanecido tres décadas.
Un mes después del derrocamiento de Mursi, el nuevo poder, dirigido por Al Sisi, se lanzó a una implacable represión de las manifestaciones islamistas en la que policías y soldados mataron a más de 1.400 manifestantes y más de 15.000 Hermanos Musulmanes o simpatizantes fueron encarcelados.
Casi todos los mandos de la cofradía y del partido fueron juzgados y están presos, al igual que el propio Mursi. Y cientos de Hermanos fueron condenados a la pena capital en juicios masivos denunciados entre otros por la ONU.
Al Sisi ganó las presidenciales de mayo de 2014 con un 96,9% de los votos tras haber eliminado de la carrera toda oposición, tanto islamista como liberal, y en particular los movimientos de jóvenes que animaron la revuelta contra Mubarak a inicios de 2011.
Desde la derrocamiento de Mursi, al que millones de egipcios denunciaron en las calles por querer islamizar la sociedad y la vida política por la fuerza y acusaron de arruinar la economía, Al Sisi dirige con mano de hierro el país, y ha prometido en varias ocasiones eliminar a los Hermanos Musulmanes del mapa político.
En diciembre de 2013, cuando movimientos yihadistas que se decían vinculados a Al Qaida reivindicaban atentados contra policías y militares, la justicia egipcia incluyó a los Hermanos Musulmanes como «organización terrorista». Y en abril de 2014, un tribunal prohibió a los Hermanos Musulmanes y a los miembros de Libertad y Justicia que se presentaran a las
elecciones legislativas y locales previstas para otoño.
Según la agencia estatal Mena, la denuncia contra Libertad y Justicia que ha conducido a su disolución aseguraba que este «partido y los Hermanos Musulmanes son una misma cosa», y que «sus miembros están involucrados en acciones violentas y en crímenes terroristas contra el país».