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El 9 de mayo de 1944, hace setenta años, renacieron esperanzas

Dr. Víctor Valle

Hoy 9 de mayo de 2014 se cumplen  70 años de la caída del dictador Maximiliano Hernández Martínez. Fue después de una huelga general de brazos caídos, buy cuando todo paró en El Salvador, viagra al decir de mis padres. Mis primeros borrosos recuerdos son de esos días intensos, que comenzaron con la rebelión  del 2 de abril que fue ahogada con fusilamientos de civiles y militares de parte de un dictador testarudo y cruel.

Casi no hay testigos presenciales de este ejemplar hecho político y social. Si los hay son ahora nonagenarios o casi centenarios.

Conocí en mis tiempos de estudiante universitario a varios  protagonistas jóvenes de las luchas contra Martínez, como se le decía abreviadamente al dictador. Raúl Castellanos Figueroa,  Fabio Castillo Figueroa, Reynaldo Galindo Pohl y Jorge Bustamante, entre otros,  fueron parte del comité estudiantil universitario que colaboró en organizar, con otros sectores, la memorable Huelga de Brazos Caídos que hizo tambalear al dictador y logró derribarlo, ese dictador que entró, se mantuvo y salió regando sangre de patriotas populares, desde Farabundo Martí, Feliciano Ama, Francisco Sánchez  y decenas de miles de otros luchadores masacrados en 1932 hasta los sublevados del 2 de abril de 1944, civiles y militares, que fueron sumariamente fusilados,   como Julio Faustino Sosa, militar, y Víctor Manuel Marín, civil.

Raúl Castellanos, periodista y escritor,  llegó a ser Secretario  General del Partido Comunista, cargo que tenía cuando  murió en Moscú en 1970. Fabio Castillo fue dos veces Rector de la Universidad de El Salvador, médico científico destacado, profesor universitario, candidato a presidente de la izquierda en 1967 y uno de los fundadores del PRTC, miembro del FMLN, en los 1970. Su único hijo varón, Manuel Castillo, murió trágicamente en Nicaragua, donde fue combatiente sandinista.  Jorge Bustamante fue prominente médico, profesor de varias generaciones de médicos y Director General del Instituto Salvadoreño del Seguro Social. Reynaldo  Galindo Pohl, connotado abogado internacionalista, padre de la Constitución de 1950 miembro del Consejo de Gobierno entre 1948 y 1950, Ministro de Cultura del gobierno del Teniente Coronel Oscar Osorio

Todos ellos ya no están en este mundo; pero a algunos de ellos  les escuché remembranzas de esas luchas. Sobre todo Fabio, contaba de sus conspiraciones desde 1942, cuando un grupo de estudiantes, para conmemorar el centenario del fusilamiento de Francisco Morazán, organizar un comité que les dio cobertura para conspirar contra el dictador Martínez.

El 9 de mayo representó la culminación de gestas heroicas de raíz  popular que abrieron caminos para la libertad, la democracia y la era de desafíos sociales que ahora vivimos. Abril y Mayo de 1944 contuvieron semillas de esperanzas para las luchas del pueblo. El 2 de abril se desafió frontalmente al tirano, en las semanas subsiguientes se conspiró y se organizó esa ejemplar huelga de brazos caídos, se aprovechó la coyuntura del fin de la segunda guerra y se dio al traste a la dictadura de Martínez quien se fue del país después de renunciar el 9 de mayo de 1944. Martínez salió a Guatemala, donde la dictadura de Jorge Ubico estaba en sus estertores. Eran tiempo de cambios en Centroamérica.

Por eso la izquierda quiso organizar en los años 1950 y 1960 el Partido Revolucionario Abril y Mayo (PRAM), como homenaje a esas heroicas jornadas de abril y mayo de 1944 y para continuar con  las banderas de libertad, democracia, justicia y dignidad. Por eso, en los años 1960 hubo en el FUAR (Frente Unido de Acción Revolucionaria) una Columna 9 de Mayo, entre cuyos miembros recuerdo a Rafael Aguiñada Carranza y Fenando Lizànne. También el FUAR tuvo  columnas obrera, campesina, estudiantil… El 9 de mayo de 1944 abrió las compuertas de un caudal de esperanzas. Aunque la dictadura se recompuso y dio origen a una guerra interna en los años 1980, el 9 de mayo dejó un legado de lucha popular que fructificó primero en los Acuerdos de Paz de 1992 y actualmente en los dos sucesivos gobiernos de izquierda que,  por voluntad democrática del soberano,  dirigen, desde el 2009, el destino político de El Salvador. Gloria al 9 de mayo de 1944 y a los héroes y  mártires que lo hicieron posible.

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