Quizá lo mejor era no venir a este mundo
y quedarme a la orilla de aquel silencio,
esperar a que el tiempo me engendrara en otra cosa
tal vez en una lluvia eterna
o en una tarde tenue
con pájaros grises
con perros de aullidos negros,
tal vez en una mirada triste
quizá lo mejor era no venir a este mundo
para no joderle la vida a nadie.
No debí cruzarme en tu camino,
debí dejar que siguieras de largo con aquel silencio
con aquella ausencia en tu mirada,
que otro te llevara aquella metáfora
y que fuera otro quien engendrara tu deseo,
que te compartiera el café con pan a la hora de la lluvia
que fuera otro quien sembrara tus raíces en aquellos poemas
y fuera otro quien te llevara por aquellos caminos
sin gente triste
sin horas lúgubres
sin historias atragantado tu garganta.
Yo debí quedarme con aquellas ganas cuando la historia aún no era mi problema
y la lluvia llegaba a la misma hora
por la misma calle,
yo debí quedarme callado
con la tristeza a flor de piel
sin dejar salir un atisbo de aquel rezago
de aquel aullido negro
de aquellos pasos tristes
de aquellas miradas atrás de los vitrales
yo debí quedarme a la orilla de aquel deseo.
Quisiera conocer al que se le ocurrió crearme
para decirle que fue una mala idea
que soy una copia mal hecha,
si es que me hizo a su semejanza
quisiera reclamarle por la falta de sentido a la hora de ser alguien,
porque bien pudo hacer un dios capaz de hacer que llueva poesía
de hacer que esas calles lúgubres se arrinconaran en un cuento,
quisiera decirle que nada de eso pasó
que soy una mala idea caminando por esas líneas de la vida.
No sé hasta cuándo se va a hacer justicia
y esa lluvia que cae en el patio va entrar en este poema
y se va llevar esta imagen triste que me acecha
que se esconde en ese rincón
que diluye tus pasos
no sé hasta cuándo se hará justicia
y voy a servir para algo más que darle comida al gato
que ser un mal jugador de ajedrez
de ser un simple número en
una calle
en una casa
en un lugar,
Cuando se hará justicia y voy a servir para algo más que ser un simple peatón que camina en una mala historia
de un mal cuento
de un mal escritor
de un mal libro
puesto en una mala librera.
Aquí sigo
viendo esa ventana
por donde se fueron aquellas horas
con sus gemidos a oscuras