Francoise Hanff, cure F.R.C. Del Árbol al Ser Humano
El simbolismo del árbol está ligado a la verticalidad. Une al cielo con la Tierra, unhealthy nuestra Madre Tierra, medicine de quien recibe el alimento para sus raíces y nuestro Padre el Cielo, de quien recibe los principios de vida por medio de las hojas. No hay adelante ni atrás, su tronco es circular y manifiesta el simbolismo del círculo: Vida, Ciclos e Infinito. Por alternancia regular de sus fases con hojas o sin ellas, nos sugiere la noción de ciclo y ésta asociada a la longevidad de los árboles (un roble puede vivir de quinientos a mil años; una haya, de ciento cincuenta a trescientos años) nos lleva a las nociones de infinito y eternidad. ¿Cómo no pensar también en la reencarnación?
Si el árbol es la representación del Cosmos en el nivel vegetal, frecuentemente el ser humano es designado como la representación del Cosmos en el nivel animal, por lo que es posible desarrollar una analogía entre ambos. Los dos respiran absorbiendo oxígeno y botando gas carbónico; los dos transpiran (un arce transpira doscientos litros de agua en un verano) y están dotados de un sistema respiratorio desarrollado. Los dos pueden ser estudiados según una división ternaria: raíces, tronco, cima (conjunto de ramas) para el caso del árbol; para el ser humano, cabeza, tórax y abdomen.
Las raíces del árbol son invisibles, ramificadas. Nuestros antepasados, nuestros abuelos y abuelos, nuestro padre y madre son invisibles en nuestro personaje y sin embargo, son ellos quienes nos alimentan y nos construyen en nuestra infancia. Representamos nuestra ascendencia por un árbol genealógico cuya estructura ramificada es semejante a la de las raíces, las que se sumergen en un medio sombrío, subterráneo, húmedo, temperado, denso. Aun ahí encontramos el medio uterino y su significado femenino y maternal. ¿No es sorprendente que hablando del suelo, elemento esencial de la Tierra Madre, nutridora eterna de la que el ser humano bebe cotidianamente? Las raíces aportan el agua y los elementos minerales a las hojas donde se transforma en azúcares gracias a la energía solar y que constituirán el elemento base de todas las partes del árbol (hojas, yemas, raíces, etc.). es por medio de esta operación, denominada fotosíntesis, que se ibera el oxígeno y que el gas carbónico es absorbido por la planta. De igual forma, ¿no es el conjunto de nuestras experiencias –especialmente aquellas vividas con nuestro padre y madre, pero igual aquellas vividas en otros lugares, experiencias llevadas hasta nuestra consciencia por nuestras raíces– las que vamos a analizar, interpretar y transformar en materiales utilizables para construirnos?
Estrategias de defensa de los árboles
Para que las raíces de un árbol se desarrollen bien es necesario que el medio sea aireado, sin grandes bloques, suficientemente rico en minerales y húmedo para que un niño se desarrolle bien, es necesario que su historia familiar no esté muy cargada de secretos, de cosas no dichas o de acontecimientos traumatizantes que se presentan como bloques inutilizables y hasta nocivos, pues si son muchos ocupan todo el espacio disponible. También la comunicación en el medio familiar se ha de desarrollar (aireación del medio), y que el contenido cultural aportado por quienes lo criaron sea suficiente para permitir un desarrollo armonioso (riqueza en elementos minerales) y por último, que el medio familiar le brinde amor en gran cantidad, condición indispensable y probablemente la más importantes, al igual que la cantidad de agua en el suelo disponible es el factor primordial para el crecimiento de una planta. Es interesante notar que un exceso de agua temporal, un suelo lleno de vegetación durante toda la estación, por ejemplo, es fatal para el árbol. En este caso el suelo está asfixiado, las raíces no pueden cumplir con su papel y el árbol va a marchitarse rápidamente. En caso de sequía temporal, los árboles pondrán en marcha estrategias de defensa que les permitirá aguantar hasta la llegada de mejores días; pueden limitar su transpiración para guardar más agua, perder una parte de sus hojas para limitar una parte de su consumo, detener su crecimiento para limitar sus necesidades energéticas. En todos los casos, reaccionarán mejor a la sequía que a la asfixia. Es posible interpretar estos hechos en la comparación establecida con el ser humano.
(continuará)