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El Art déco político salvadoreño 1931-1944 inicia en las elecciones 2024

César Ramírez
@caralvasalvador

El catálogo de irregularidades de las elecciones del 4 de febrero 2024 presidenciales y legislativas tiene una realidad estridente: LAS ELECCIONES NO TIENEN CREDIBILIDAD.

Es la síntesis de acontecimientos inexplicables en menos de 24 horas de ese fatídico día, pero enumeremos algunas: sustitución de personal capacitado y acreditado a las Juntas Receptoras de Votos que al asistir a su centro de votación se encuentra con la sorpresa que su JRV ya esta completa; personas que al llegar al centro de votación no se encuentran en el padrón; ciudadanos que llegan a ejercer su voto y ya fueron registrados en su ejercicio cívico, en consecuencia no pueden votar; personas que discuten por votar y las JRV argumentan que no pueden ejercer y sin embargo votan; compilación de DUI en las juntas receptoras de votos (inexplicable); fallo en el sistema de internet, registro de votos en forma empírica y sin guía de acumulación de fracciones para diputados; triplicación de votos a favor de un partido; con 13% de actas escrutadas la votación a favor de un Partido obtiene 750,000 votos en consecuencia en 100% de esa proyección nos producirá un número de votantes superior a todo padrón electoral; el voto exterior sin rigor de control partidario; autoproclamación de candidato presidencial con una sorprendente acumulación de votos y mayoría en la Asamblea Legislativa (sin pronunciamiento del Tribunal Supremo Electoral); prematura celebración junto a sectores populares con divisas que promueven una nueva nación sin precedente; paquetes electorales perdidos sin referencia ubicable; encuentro de cajas electorales por niños en algunos Centros de Votación etc.

Durante meses existió un compromiso del Tribunal Supremo Electoral de capacitación de ciudadanos llamados a la vigilancia, pero cuando llegaron a su convocatoria su lugar había sido usurpado por terceros, hasta la fecha se ignora que personas ocuparon dichos cargos; parece que fue un modelo sistemático.

Este escenario nos recuerda el viejo esquema del siglo pasado durante los años setenta, con intervención de las fuerzas de seguridad a favor de un Partido Político o el añejo Consejo Central de Elecciones (CCE) con sus prácticas de “apagones” en el cual el conteo al inicio favorecía a la oposición y milagrosamente dos o cuatro horas después era a favor del oficialismo, aquella práctica generó una la pérdida de credibilidad hacia esa institución.

Ahora en 2024 enfrentamos un acontecimiento de Art déco “político-electoral”, nos vendieron un viaje al futuro con las elecciones que resultaron una copia barata de los regímenes militares, pero al final es un desastre de origen, puesto que es una “reelección” inconstitucional, a pesar de su popularidad estridente.

El gran perdedor no son los partidos de oposición, sino el modelo electoral que legitima a los gobernantes es una cuestión pragmática: es útil para el poder y lo perpetúa, pero desacredita la victoria proyectando una sombra de fraude sin precedente.

En un acontecimiento aleatorio, se informó en medios de comunicación la detención en un Centro de Votación del ciudadano Carlos Bucio Borja escritor y poeta, quién recitó los artículos constitucionales los cuales prohíben la reelección presidencial; su acción es una falta no un delito, en consecuencia, debe ser tratado en esa consideración, solicitamos su pronta liberación.

El proceso en general parece un Art déco “político” de nuestra realidad, nos venden el futuro de 1931-1944 el cual iniciaremos en 2024.

amazon.com/author/csarcaralv

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