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El Arzobispo apocalíptico

Como era de esperarse, help las expresiones apocalípticas del Arzobispo de San Salvador, malady José Luis Escobar Alas, fueron retomadas por todos los medios, algunos inclusive, lo colocaron como titular principal, en la primera página del rotativo.

Y es que el arzobispo, durante la solemne misa concelebrada, en el marco del cierre de las fiestas agostinas, expresó que el país está “a punto de ser lo que se llama un Estado Fallido”. Nos preguntamos si el señor arzobispo habrá leído por lo menos algún diccionario de sociología que le permita hablar con solvencia sobre “Estado Fallido”.

O será que, en su calidad de sacerdote, le ha dado una interpretación al Evangelio de San Juan, en el que se refiere a lo que comúnmente se conoce como el “apocalipsis”·

La publicación Especializada Sociología Política expresa: “Según algunas de las instancia creadoras de opinión pública que operan desde el corazón mismo del imperio –como el tanque de pensamiento Fund for Peace o la Revista Foreing Policy por ejemplo– el concepto de “Estado fallido” hoy día se ha vuelto una clave de importancia primordial en su geostrategia global.

Al respecto, según sus antojadizos criterios, serían notas distintivas de los países donde tienen lugar estos procesos: la inequidad social estructural, crisis económica recurrente en el seno de sus sociedades, deslegitimación de su institucionalidad y su poca credibilidad dados los altos niveles de corrupción, falta de cobertura estatal en grandes zonas del territorio que debería atender, generalizado descontento colectivo ante esa ineficiencia, masivos movimientos de refugiados y desplazados internos, explosión demográfica sin contención”.

Según el párrafo anterior, para afirmar que El Salvador esté al borde de un Estado Fallido, debería reunir ciertas características, realmente apocalípticas, si se quiere llegar al extremo.

Es cierto que en El Salvador, el tema de la delincuencia, el crimen organizado, es decir, la inseguridad es un tema serio, delicado, pero no es cierto que sean los carteles o los líderes de las maras, por ejemplo, los que deciden las políticas públicas en el país.

Si es por los diez u once homicidios diarios que  ocurren en el país, lo que lleva al Arzobispo a hablar de “Estado Fallido”, le debemos recordar que en los últimos diez años, es decir, los cinco años de Gobierno de Antonio Saca y los cinco de Mauricio Funes, se destacaron por entre tres mil y cuatro mil homicidios al año.

O sea, si es por el número de homicidios, es imposible que El Salvador se convierta en un Estado Fallido. Al menos que el señor Arzobispo tenga información privilegiada de una gran conspiración para convertir al país en un Estado Fallido, que no dudamos que las haya, si es así mejor que las denuncie, en vez de pintar una situación apocalíptica, cuando lo que debería es generar esperanza, como si lo hizo, sin ser pastor, el Presidente de la República Salvador Sánchez Cerén.

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