Madrid/dpa
El Atlético de Madrid logró un triunfo de oro por 1-0 ante el Bayern Múnich en el primer asalto de las semifinales de la Liga de Campeones europea de fútbol y dejó un panorama apasionante para dentro de seis días en la vuelta en Alemania.
El magnífico duelo vivido en el estadio Vicente Calderón de Madrid fue resuelto con un maradoniano gol de Saúl Ñíguez a los 11 minutos de juego, search después de un slalom entre jugadores bávaros y tiro con clase que ajustó al poste lejos del alcance de Manuel Neuer.
El partido fue un choque entre dos propuestas de fútbol opuestas, en la que la victoria parcial se la llevó el Atlético, porque puso la efectividad y su sistema defensivo resultó infranqueable para su rival.
La primera parte fue ya de altísimo nivel. El Atlético mostró todo su potencial, llevó su presión hasta el campo contrario y obligó al Bayern a desnaturalizar su juego al abusar de balones largos generalmente a la desesperada.
“Estuvimos cercanos a la mejor versión del equipo, similar al partido con el Barcelona (en cuartos)”, dijo el entrenador rojiblanco, el argentino Diego Simeone. “Impusimos la forma en la que queríamos jugar.
Nos enfrentamos a un equipo con grandes variantes, en el que la gente que entra del banco es igual de buena o mejor que la que sale, y eso siempre genera dificultades. Pero en la primera mitad estuvimos cerca de aquello con lo que nos sentimos cómodos. En la segunda fue al revés”, añadió.
Simeone tenía muy bien preparado el partido. En esa primera parte, sus hombres ocuparon cada espacio del campo y tejieron una tela de araña en el medio, donde cerraron vías de suministro al “trivote” compuesto por Xabi Alonso, Thiago Alcántara y Arturo Vidal. Sólo el chileno se pareció levemente a sí mismo.
En este escenario, el Bayern nunca encontró a sus delanteros. En el banquillo miraban incrédulos futbolistas millonarios como Thomas Müller, Franck Ribery o Mario Götze. Mientras, Guardiola perdía la voz intentando corregir a los suyos.
El protagonismo individual quedó para el joven centrocampista español Saúl, de nuevo autor de un soberbio partido y de un tanto para enmarcar. “Es el gol más importante de mi vida, y también el más bonito”, dijo el jugador.
“El fútbol español tiene otro gran talento”, lo elogió Guardiola tras el partido.
La segunda parte fue radicalmente diferente. Ya fuera por mejora del Bayern o por cansancio Atlético, o quizá por ambas cosas, el equipo de Guardiola fue transformando su dominio en asedio y el gol visitante se mascó casi a cada minuto.
Además, el equipo alemán recuperó muy pronto el balón y el Atlético sudó hasta para poder despejar.
Casi pareció un milagro que el Bayern no empatara a los 54 minutos con un misil lanzado desde 30 metros por Alaba que se estrelló en el travesaño. Luego hubo otro disparo de Lewandowski que rechazó un inspirado Jan Oblak y cabezazo de Javi Martínez que tapó el portero. También tuvo otra Douglas Costa, quien envió alto en un remate precipitado.
Más tarde, Oblak volvió a demostrar su categoría en un violento disparo de Vidal.
“Merecimos algún gol”, se lamentó Guardiola, consciente de que quedarse a cero fuera de casa es un mal negocio.
En los últimos dos años, desde que el español está al frente, el Bayern cayó en semifinales después de ser incapaz de marcar fuera de casa en la ida: 1-0 ante el Real Madrid en 2014 y 3-0 ante el Barcelona en 2015.
Sólo cuatro equipos antes del Atlético habían logrado dejar al Bayern sin anotar esta temporada: Eintracht Frankfurt, Bayer Leverkusen y Borussia Dortmund en la Bundesliga y Arsenal en la Champions.
Como en otras ocasiones, el Atlético tiró de la heroica para resistir ante un Bayern que lo intentó todo y terminó el partido con un equipo lleno de delanteros.
Pero los rojiblancos también podrían argumentar que tuvieron muy cerca el 2-0 con un magnífico remate de Fernando Torres a los 75 minutos que se estrelló en el palo.
El partido de vuelta, el martes en el Allianz Arena, promete ser un duelo de altura entre los dos equipos que parecen más en forma en Europa. Ante la diferencia de nivel con el duelo jugado el martes entre el Manchester City y el Real Madrid (0-0), el que salga victorioso de Múnich bien podría considerarse favorito para la final del 28 de mayo en Milán.