Yaneth Estrada
@caricheop
Ante el aumento de feminicidios (152 en el año), y sobre la presentación de una estrategia de prevención de feminicidios y violencia sexual contra la mujer por parte del Ejecutivo, además del llamado de atención de la ONU y OEA para atender esta emergencia, hablamos con Roxana Rodríguez, de la Asociación para la Autodeterminación de las Mujeres Salvadoreñas (AsMujeres) y con Mirna Argueta, directora ejecutiva de la misma.
– ¿Qué es un feminicidio?
Bueno, particularmente nos preocupa encontrar en redes sociales opiniones que dicen, por qué vamos a hablar de feminicidios, por qué vamos a dar más preponderancia a la muerte de mujeres sobre mujeres. Para esto debemos explicar que la Ley Especial para una Vida libre de Violencia en este país sienta un precedente, un antes y un después, que tipifica como delito el asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres, donde desaparece aquella famosa figura que se usaba mucho anteriormente que era “crimen pasional”.
Esto servía para justificar que el homicida en un momento de locura, porque la pasión lo cegó, cometió un feminicidio. Ahora entendemos que no fue un momento de locura, sino una cuestión de odio y desprecio hacia la mujer, lo que hace que un hombre actúe sin reconocer el valor de la mujer, mostrando su hegemonía, superioridad y poder, hasta quitarle la vida.
– Desde esa perspectiva, ¿cómo se origina este fenómeno?
Debemos recordar que este país viene de un período de guerra (1989-1992), que llevó a muchos hombres a combatir en el conflicto armado y la mujer garantizó la sustentabilidad de la familia, pero cuando la mujer se fue a la guerra las familias fueron desarticuladas, desaparecen los hijos y las hijas y quedan en total desamparo, entonces, por eso insistimos que si nuestra sociedad estuviera organizada sobre la base de la equidad, de la igualdad de derechos, por supuesto que nosotros tendríamos la misma importancia, los asesinatos de mujeres y hombres, sin embargo, en este caso donde todo el peso social de cuidado, de reproducción y educación recae sobre las mujeres el asesinato de mujeres recobra importancia.
– ¿Cómo valoran el tratamiento mediático del tema?
Nos alarma y preocupa el tema de esta alza de feminicidios, y sentimos que en los medios de comunicación hay actualmente un boom, parece interesante que haya cobertura sobre esto porque es importante visibilizar lo que está sucediendo con las mujeres en el país, pero también hay que tener un poco de precaución en la forma de cobertura y tratamiento a la información.
Hace un par de días publicamos en nuestras redes sociales un pronunciamiento al respecto de esta situación e instábamos a ampliar el foco de análisis, no hay que quedarse nada más a hacer la comparación de cifras de años anteriores, o contar muertos, se debe ir más lejos.
También nos preocupa, porque en la medida en que se publicita o se difunden estas formas de actuación de los feminicidas, los mecanismos utilizados, esto es una invitación velada para continuar, reproducir o replicar estos actos.
– Entonces, ¿los medios también pueden aumentar el problema?
Siendo objetivas, no todos dieron un mal tratamiento en los últimos casos registrados en el país, pero de repente los feminicidas, casi se vuelven superestrella, tienen sus cinco minutos de fama, como decimos, y esto es tan común. Todos los medios hablaban de ellos, y explicaban detalles de cómo una mujer fue asesinada, las autoridades revelaban más y más datos, y los medios replicaban sin darse cuenta que se daña a los hijos de las víctimas, que este caso también sufren enfermedades muy delicadas y especiales. Además se les toman fotos cerca de sus madres asesinadas para publicar en portadas, esto es un daño gravísimo para los niños y niñas del país, alguien debe intervenir porque hubo un medio que hasta justificó al feminicida diciendo que sufría una supuesta enfermedad mental, cuando no se tiene pruebas científicas de eso, cuando los periodistas son profesionales, pero no son especialistas en determinar este tipo de casos, para eso son psicólogos o psiquiatras o la misma Fiscalía, y esto podría rebajar pena o tomarse como prueba en un juicio, por eso pedimos aplicar reserva del caso, para que nada impida juzgar y castigar a los culpables que lo hacen con premeditación y ventaja.
– ¿Cómo podemos ver el problema de manera más amplia?
Es urgente hacerlo. Acá no solo se trata de contar muertas, se trata de entender que en los últimos años las mujeres hemos sido muy efectivas para defender nuestros derechos, para lograr una vida digna y trasladamos nuestras exigencias, convertirlas en leyes durante la primera mitad del siglo pasado.
Es decir, tuvimos derecho a estudiar, al voto, a trabajar y todo lo fuimos convirtiendo poco a poco producto de una lucha, con leyes, instituciones y marcos regulatorios y eso obviamente pone en riesgo un tema de poder patriarcal porque vivimos en una sociedad históricamente organizada en donde lo masculino es lo importante y lo femenino está restringido al ámbito privado, no teníamos derecho, ni acceso a la vida pública.
Con todo este contexto, ahora la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes hay que enmarcarla como una arremetida del patriarcado porque se siente afectado y trata de recordar cuál es el lugar histórico de la mujer (ama de casa, sumisa, al cuidado de los hijos) a partir del miedo y recordando esto les pasa a las mujeres que buscan ser independientes y profesionales.