Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
“Cuando atiendo un parto, le doy mucho amor a la mamá y al bebé cuando nace; hasta oír su primer llanto, que es importante. Mi trabajo lo hago con pasión y cariño, porque yo me autocuido para poder ayudar a otros”, comentó Natividad Escobar, de la Asociación de Parteras “Rosa Andrades” de Suchitoto, Cuscatlán, que lleva 26 años en esta labor con 300 partos asistidos.
El autocuidado es definido extensamente como actividades individuales gratificantes orientadas a regular los entornos o factores de presión o estrés que afectan a diario a una persona en el desarrollo de su vida, a fin de generarle un bienestar físico y moral.
El Consorcio Pro Cuidado de Derechos de los Cuidados El Salvador integrada por la Asociación Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, Asociación Cooperativa de Vivienda La Libertad 13 de enero (ACOVILL), Asociación Nuevo Amanecer El Salvador (ANADES) y la Fundación Centro Bartolomé de Las Casas (CBC), con el proyecto “Mujeres y Hombres Rurales promoviendo los Derechos de los Cuidados”, realizó una serie de actividades para promover el derecho al autocuidado.
Para Natividad Escobar, apropiarse de este derecho humano permite a las familias construir relaciones más afectivas y de cooperación en el entorno familiar o laboral, que permite a la persona realizar su proyecto de vida en un entorno menos estresante y de mayor bienestar.
“Es bien claro que el trabajo en el hogar debe ser compartido. ¿Para qué? bueno para no dejar toda la carga a una sola persona y eso aplica en el lugar de trabajo, no se puede dejar solo a una persona con esa carga. Al compartir las tareas del hogar con los hijos y el esposo, estamos dando pasos a los cuidados y esto incluye la alimentación, al consumir cosas sanas, nos enfermamos menos y ahorramos dinero, eso es parte de los cuidados. La lucha de todas es integrar el autocuido a las familias, para fortalecer las relaciones familiares; claro, cuesta doblegar los patrones machistas; pero, poco a poco, se van involucrando los esposos y los hijos en el hogar y es parte para unir a las familias en su comunicación, porque mientras una mujer cocina, el hombre puede estar echando las tortillas, los hijos ordenando y haciendo la limpieza del hogar; o sea, todos los quehaceres son compartidos”, reafirmó.
Mónica Flores, coordinadora operativa de Consorcio Pro Cuidados de El Salvador del Centro Bartolomé de las Casas señaló que el autocuidado se resume en todas las acciones que sirven para el mantenimiento de la vida, las cuales muchas veces son invisibilizadas, pero sirven de ayuda para realizar la función normal del ser humano, como una dieta nutritiva y sana, el aseo corporal o la construcción de entornos de convivencia pacífica. “Las acciones de autocuido son cosas que podría decirse que no se ven, pero nos sirven para salir a la luz pública o pueden valorarlas de pequeñas, pero esto no significa que no sean importantes para sostener la vida del ser humano. Y este cuidado se transfiere, además, al ambiente; porque si no cuidamos nuestro planeta, no tendremos dónde vivir. Claro, todo esto requiere tiempo, esfuerzo y comprensión de las personas que se dedican a realizar estas acciones”, manifestó.
El proyecto del Consorcio del Cuidado tiene como objetivo que los hombres asuman responsabilidades del trabajo doméstico, y que las mujeres -con ese tiempo liberado- puedan invertir en ellas mismas y ser más participativas en la sociedad, con iniciativas como la colectivización de los cuidados de los hombres en la zona urbana y rural.
La corresponsabilidad en el trabajo y los cuidados debe ser por igual, agregó Mónica Flores, para fortalecer así el autocuido de las mujeres; porque no se trata de ayudas, sino asumir de manera equitativa estas responsabilidades de familia, a fin de generar ambientes positivos.
“Nosotras hablamos de cuatro ambientes: el autocuido, que es cómo me cuido; está el co-cuidado, que se relaciona con el cuido que hago a otras personas; la dimensión de socio-cuidado, que trasciende a la sociedad, aquí entra el tema de las políticas que pueden estar a favor o en contra del cuido; por último, el tema del eco-cuidado, que habla de los entornos más sanos y todo esto tiene que ver en la vida de las personas y cómo se relaciona a nivel privado y público, porque una persona que asume estos cuidados no solo se favorece ella, también a las personas con las que vive en su hogar y porque todos son responsables”, advirtió.
“Lo más difícil para los hombres en el campo es asumir el dolor y buscar ayuda”, opinó Adrián Ortega de 19 años de edad, de la comunidad Copapayo, municipio de Suchitoto, Cuscatlán, al señalar que el concepto de “autocuido” es un desafío en los hombres que viven en el campo, debido a patrones culturales que influyen al momento de asistir en busca de salud.
“Yo le puedo decir que, en mi hogar, mi madre asiste siempre a sus citas médicas, que forma parte del autocuido; pero a mi padre que siempre está en el campo en la agricultura, no le gusta descuidar sus labores y no le importa perder la cita médica, lo que terminará en un impacto en la familia cuando se enferme, al perder su salud. Y es algo muy fuerte que está en nosotros de considerarnos fuertes, o que la salud o el autocuidado no es tema para los hombres”, reflexionó.
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