Dr. Ralph H. Lewis
(Pasado Imperator de la Antigua y MístiCa Orden Rosae Crucis, sildenafil AMORC)
Longevidad, más propensión al cáncer
En cada millón de personas, más de 2,000 son atacadas cada año por la perniciosa enfermedad del cáncer. La evidencia del aumento en propagación de esta enfermedad desde el comienzo del siglo pasado es aterradora. En 1906, un promedio de 939 en cada millón de personas morían de cáncer. Pero más de dos décadas más tarde, esta proporción aumentó a 1454 por cada millón de personas, y en 1950 había aumentado a 1901 por millón de personas.
Si este aumento se debe enteramente a un mayor desarrollo de las causas que contribuyen a esta enfermedad en la sociedad moderna, o a una diagnosis más eficiente, es cosa aún incierta. El uso de métodos más exactos para la diagnosis hoy día traen como resultado el descubrimiento del cáncer en casos que, en el pasado, podrían haber sido atribuidos a otras enfermedades. Se cree también que la longevidad aumenta la propensión de las personas a contraer cáncer en los últimos años de su vida. La extirpación de la enfermedad es seriamente obstaculizada por el misterio que rodea todos los elementos esenciales al crecimiento de las células. No solamente, existe considerable misterio en cuanto al crecimiento de las células malignas, sino también al de las células normales.
¿Qué se sabe acerca del cáncer, realmente? ¿Qué puede el lego comprender acerca de esta amenaza sobre la vida humana, en contra de la cual la ciencia está luchando sin gran esperanza de vencer? Hay numerosas publicaciones técnicas que presentan teorías, tratamientos y estadísticas sobre resultados obtenidos al respecto. De todo esto mucho está expresado en la nomenclatura de la cirugía, la medicina, la biología y demás ciencias relacionadas con el asunto, la cual es demasiado abstrusa para la comprensión del lego. Pero al individuo de mente inquisitiva le interesa obtener hechos simples cuando se le solicita alguna contribución para combatir esta amenaza. Los que siguen son hechos y declaraciones simples citados de fuentes autorizadas y presentados por el valor que ellos en sí puedan tener. Este asunto está recibiendo tanta consideración técnicas, que las teorías y tratamientos en relación con el mismo están constantemente cambiando, según las ideas y la experiencia van sugiriendo nuevas vías y medios de abordarlo. Como consecuencia de esto, podría verse mañana un cambio repentino de lo que aquí se expresa a una opinión distinta.
Células fuera de armonía
El cáncer es un tumor maligno, ya se sabe. Es una concentración de células que se dividen y crecen; pero no crecen en armonía ni relacionadas con las necesidades del cuerpo. Las células normales aparentemente están imbuidas de un propósito inherente a ellas mismas. Parecen ser, como podríamos decir, teleológicas, esto es, parecieran tener una causa mental. Se mueven adelante para reponer los tejidos heridos y gastados; las células malignas, sin embargo, no parecen tener propósito alguno. Además, son autónomas, esto es, parecen estar libres del control biológico normal del cuerpo. Se podría decir que son “anarquistas” en el ordenado y sistemático estado de la función biológica.
Las células malignas emigran a distintas partes del cuerpo. Podría decirse, tanto real como figuradamente, que éstas vagan de una parte a otra. Al hacer esto, sin embargo, retienen sus cualidades primitivas, esto es, las características de la parte en la cual se originó la célula. Se ha encontrado, por ejemplo, que una parte maligna no contigua al hígado tenga células cancerosas de ese órgano, en el cual la célula tuvo su origen. Esta transportación de las células malignas se conoce como metástasis.
(continuará)