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El bache que desmiente al gobierno

Por Fredis Pereira
Máster en Administración y Gerencia Pública

Un político eficaz genera confianza con sus mensajes, y así el pueblo le abre la oportunidad de gobernar; que luego, desde el gobierno emprenderá iniciativas acompañadas de discursos con promesas, que por lo general se olvidan por ser asuntos que no afectan directamente en lo cotidiano a la mayoría; pero los baches en las calles son delatores que desmienten a cualquier gobernante, por afectar directamente la movilidad, tachar la belleza de un lugar y dañar los vehículos que con tanto sacrificio adquiere un ciudadano.

El Plan Nacional de Bacheo del gobierno de Nayib Bukele se ha conectado con una necesidad del pueblo. El 5 de enero de 2022, el presidente lanzaba su plan, con una inversión de $45 millones, prometiendo llevar desarrollo a todo el país con esta iniciativa. Promesa que ha generado gran expectativa, pues la gran mayoría es afectada por los baches en las carreteras de El Salvador, pero después de más de un año de ejecución del plan nacional de bacheo, muchas ciudades continúan con la desagradable presencia de los baches.

Esta promesa de llevar desarrollo a todo el país con el plan de bacheo avanza lento y muestra gran retraso.

Tal vez la lentitud y el retraso percibido, se deba a esa tendencia de los políticos vehementes en prometer cosas imposibles de cumplir con los recursos disponibles. Así que los baches se muestran por ahí como conspirando para hacer ver mal al gobierno, pues el bache aparece donde nadie lo desea y no desaparece por decreto, aunque el gobierno diga que está trabajando en el mantenimiento de las calles.

Las publicitadas calles nuevas y reparadas aumentan el dolor para quienes sufren los baches en su vecindario. Esto es así, aunque la gente no sufra de envidia. Una calle bien asfaltada en el centro histórico de la capital salvadoreña, en nada ayuda a los ciudadanos que transitan esquivando baches todos los días y a toda hora en otros lugares. Así, al ver la publicidad gubernamental de sus obras viales centradas en San Salvador y otros lugares favorecidos, a los ciudadanos asediados por los baches les recuerda que han sido excluidos de ese favor de parte del gobierno hasta el momento.

El descuido del mantenimiento de las calles y la presencia de baches con facilidad se achacaba a los alcaldes y los gobiernos locales. Pero esa culpa y castigo que podían sufrir los políticos locales por el descuido de las calles en el pasado, ahora se apunta y concentra hacia el gobierno central; pues con la creación de la Dirección de Obras Municipales (DOM), se trasladaron recursos que antes administraban los alcaldes y los gobiernos locales, en relación con las obras necesarias para el mantenimiento de calles municipales, dejando a los alcaldes en la condición de meros tramitadores de solicitudes ante la DOM.

La precariedad en las calles que sufren los ciudadanos desmiente al gobierno en su compromiso de llevar desarrollo a todo el país. El miércoles 5 de enero de 2022, cuando lanzó el plan nacional de bacheo, el presidente manifestó que la DOM estaría a cargo de esa enorme labor, favoreciendo únicamente a 26 municipios con la primera fase del plan, y añadió que esta es la primera vez que un Gobierno se preocupa directamente por las comunidades y la primera vez que la población vea el FODES invertido en ellos, invertidos frente a su casa”. Todavía se desconoce porque el casco urbano de la cabecera de Morazán fue excluido de ese favor, y porque siguen siendo preferidos otros municipios, mientras miles de ciudadanos todavía no ven el FODES investido frente a sus casas.

 

El bache que desmiente al gobierno genera rumores por las reservas de información y la maliciosa desinformación. El interés por la información sobre la reparación de las calles es legítimo, no solo por el embellecimiento de un municipio y prevenir el daño a los vehículos, sino porque el Plan Nacional de Bacheo que ejecuta el gobierno a través de la DOM, también debe generar empleos a los ciudadanos de los municipios, tal como se comprometió públicamente el presidente; así que abandonar esa práctica de reservar la información por siete años, aclaratoria muchas dudas que generan los baches en las calles de El Salvador.

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