Washington / AFP
Ariela Navarro
El Banco Mundial recortó el martes sus pronóstico para la economía global en 2019 por las tensiones comerciales, la inquietud en los mercados financieros y una desaceleración más marcada de lo previsto en varias economías avanzadas, una rebaja de la cual no está exenta Latinoamérica.
La institución espera una recuperación modesta en los próximos dos años, según los datos de sus pronósticos semestrales, que cuentan con que haya una mejora en el panorama global para entonces.
Según las proyecciones de la institución, el crecimiento mundial va a desacelerarse a 2,6% este año, 0,3 puntos por debajo que lo proyectado en enero, para alcanzar un 2,7% en 2020, un nivel también 0,1 puntos por debajo de lo calculado por la institución en su informe emitido a principios de este año.
La institución espera que el crecimiento de América Latina y el Caribe, exceptuando Venezuela, sea de 1,7% en 2019, un recorte frente al pronóstico de una expansión de 2,1% hecha en enero.
El Banco Mundial dejó sin cambios las previsiones de crecimiento para Estados Unidos, proyectando una expansión de 2,5% este año pero recortó drásticamente las de la zona euro, a un 1,2%, una reducción de 0,4 puntos.
Pero el crecimiento global podría verse aún más lastrado ya que estas previsiones fueron elaboradas antes del anuncio hecho por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a las importaciones provenientes de México.
Estas nuevas predicciones también son más pesimistas que las expuestas por el Fondo Monetario Internacional en su último informe sobre la economía mundial publicado en abril, en el que advirtió de la desaceleración y los temores sobre el futuro del comercio.
David Malpass, el nuevo presidente del Banco Mundial y un exdelegado del gobierno de Trump en las negociaciones comerciales con China, dijo a los periodistas que el crecimiento es «frágil» y que el panorama hace que peligre la lucha contra la pobreza en el mundo.
«En la actualidad, el impulso económico sigue siendo débil, en tanto que los elevados niveles de deuda y el escaso crecimiento de la inversión en las economías en desarrollo están impidiendo a los países lograr su potencial», dijo Malpass.
– «Condiciones complicadas» en Latinoamérica –
Según el Banco, la reducción en América Latina «refleja las condiciones complicadas que enfrentan varias de las grandes economías de la región».
Para Brasil el Banco Mundial destacó la mejora de las condiciones del mercado de trabajo y del crédito, pero dijo que los indicadores de la actividad siguen siendo débiles, con una expansión de 1,5%, que implica un recorte de 0,7 puntos.
Con respecto a México, la entidad pronostica una expansión de 1,7%, 0,3 puntos menos de lo pronosticado en enero.
Por su parte, Argentina sigue en recesión, con una contracción prevista de 1,2%, aunque esta cifra es 0,5 puntos mejor que lo que se pensaba en enero.
En contraste con este panorama, destaca las previsiones para Colombia, donde la institución prevé una «sólida expansión» de 3,5%.
Debido a la falta de datos, el Banco Mundial dijo que dejó de emitir proyecciones sobre Venezuela y que ha eliminado al país de los promedios regionales que antes integraba el país, sumido en una aguda crisis política, económica e institucional.
– ¿El botón de pánico? –
Ayhan Kose, director del área de perspectivas del Banco Mundial, dijo que el camino que van a tomar los responsables políticos en esta encrucijada va a determinar si el crecimiento mundial se estabiliza en los próximos meses o si la desaceleración se profundiza más.
«Los responsables necesitan actuar con un sentido de urgencia para reducir la incertidumbre, tomar pasos para mejorar la confianza y desplegar políticas que promuevan el crecimiento y la estabilidad», dijo el experto.
En el panorama actual, para el economista, la cuestión es si apretar o no «el botón de pánico».
«Por el momento, la respuesta es no, pero creo que si las tensiones escalaran más tendríamos que apretar el botón de pánico y estar listos para una desaceleración mucho más profunda», advirtió.