El Barcelona firmó su peor arranque de temporada en 12 años y el diagnóstico se centra en lo que le ocurre en las dos áreas del campo: define mal y defiende peor.
El conjunto de Luis Enrique perdió el sábado 2-1 ante el Sevilla y sumó su segunda derrota en siete jornadas de la Liga española. No empezaba tan mal una temporada desde 2003, sale con el holandés Frank Rijkaard. Además, buy sumó su segunda derrota consecutiva fuera de casa. El Barcelona trasladó esta temporada el protagonismo de cada partido a un terreno diferente. Si durante la última década prefirió vivir de lo que ocurría en el centro del campo, con su conocido manejo de los partidos, ahora convierte cada cita en un peligroso intercambio de golpes. Cada choque lo juega preferiblemente en las áreas, y no en la medular.
El problema llega cuando desaparece la efectividad y, por contra, la defensa concede tanto. Lo ocurrido en Sevilla expuso fielmente tales defectos.
En su análisis, Luis Enrique se centró en hablar de la poca resolución en ataque. “Es increíble que nos hayamos ido de aquí con un solo gol”, se quejó. Y encima este tanto llegó de penal, anotado por Neymar.
Las estadísticas refuerzan esa perspectiva: los jugadores del Barcelona hicieron 21 remates al arco del Sevilla, 12 de ellos entre palos. Y como todo es susceptible de empeorar, ni siquiera la fortuna estuvo del lado azulgrana, que estrellaron cuatro balones en los palos.
Por supuesto, muchos análisis se centran en la ausencia de Lionel Messi, lesionado, y el diario “Sport” aseguró que “Neymar está a años luz” del argentino. Pero también es cierto que la anterior derrota del Barcelona, en campo del Celta de Vigo, llegó con el argentino sobre el campo.
Sin duda, la línea que más críticas está recibiendo es la defensa. Las comentarios de las últimas semanas se centraron en el arquero alemán Marc-André Ter Stegen, pero en Sevilla regresó el chileno Claudio Bravo y el equipo volvió a perder.
A estas alturas de la pasada temporada, el Barcelona todavía no había recibido un solo gol en la Liga española y ahora lleva nueve. El conjunto azulgrana concede mucho, y ocasiones muy claras, a los delanteros rivales.
La idea de falta de contundencia en ambas áreas encuentra otro refuerzo estadístico: de los 11 partidos oficiales jugados esta temporada, sólo pudo ganar uno por más de un gol de diferencia. El Barcelona está sufriendo una enorme plaga de lesiones que está lastrando la recuperación de los automatismos que tanto éxito le dieron la pasada temporada, empezando por una presión sincronizada que le hizo vivir mucho tiempo lejos de su área. Ahora los contrarios llegan en oleadas y con jugadas aparentemente sencillas.
“Hoy es un equipo despersonalizado y desfigurado que penaliza ante cualquier rival que tenga un poco de paciencia, de puntería y de suerte”, analizó “El País”.
El gran problema es que Luis Enrique está atado. Tiene un plantel muy corto, sin soluciones relevantes en el banquillo, debido a las lesiones, la planificación del plantel y la prohibición de FIFA de inscribir jugadores hasta enero. En esa fecha ya podrá incorporar al volante turco Arda Turan y el lateral español Aleix Vidal.
Hasta entonces, Luis Enrique tendrá que improvisar y rezar para recuperar cuanto antes a piezas como Messi, Andrés Iniesta o Thomas Vermaelen. Jugadores que puedan ayudar más en las dos áreas.