Madrid/Barcelona/dpa
El Barcelona se humanizó de camino al Mundial de Clubes para abandonar su aura de equipo imbatible: tres empates seguidos, sovaldi la lesión de Neymar y su dificultad para controlar los partidos explican su bajada a la tierra.
La expedición azulgrana viajó hacia Japón para disputar su último trofeo de un año triunfal que espera cerrar con su quinto título. A excepción de Rafinha, generic lesionado de larga duración, el Barcelona subió al avión con todo el equipo al completo y un buen número de familiares y amigos.
Por ejemplo, y no es muy habitual, el técnico del equipo, Luis Enrique, viajó junto a su mujer e hijas. Y Lionel Messi no dudó en publicar una fotografía en el avión con su ropa de dormir y un mensaje desenfadado: “Listo para viajar. Un poco grande el pijama pero cómodo”.
Quizá sea una buena forma de transmitir normalidad tras varios sucesos inesperados. Nadie contaba con el empate 2-2 sumado el sábado ante el Deportivo de La Coruña, y menos cuando el equipo azulgrana entró en los 15 minutos finales con una cómoda ventaja de 2-0. Pero perdió el control del juego y se desarmó.
Los analistas encuentran varios argumentos para intentar explicar el tercer encuentro consecutivo del Barcelona sin ganar, que es la peor racha con Luis Enrique. Se habla de exceso de confianza, falta de mentalización, errores individuales de los jugadores y malos cambios desde el banquillo.
Las críticas de la prensa de Barcelona fueron inequívocas. “Está claro que el subconsciente traicionó a los jugadores por mucho que Luis Enrique les advirtiera. El Mundial de Clubes es el culpable de la relajación mental de la segunda parte. Pensaron en Japón, se olvidaron del Depor y regalaron dos puntos”, opinó “Sport”.
Y “Mundo Deportivo” agregó: “El Barça empató el partido de ayer porque su concentración decreció en el último cuarto de hora, el Depor sorprendió tácticamente y el primer gol gallego fue un golpe psicológico que no se remontó porque se había dado ya el partido por ganado”.
Parte del mérito correspondió al Deportivo y a su entrenador, el joven Víctor Sánchez del Amo, quien ofreció una novedad táctica que quizá sea de interés para los rivales del Barcelona en el Mundial de Clubes.
Lejos de refugiarse en bloque en el área, el equipo gallego dejó por delante, descolgados, a tres jugadores, exentos de obligaciones defensivas, para obligar al Barcelona a cerrar su defensa con cuatro futbolistas. Es decir, impidió añadir a los centrales del Barcelona a la creación de juego y tapó a Sergio Busquets. Además, con ello garantizó tener siempre jugadores por delante cuando robó el balón.
El Barcelona echó mucho de menos a Neymar, su jugador más en forma del último mes, en el que el Barcelona ganó calificativos como “extreterrestre” o “imbatible”.
De la mano del brasileño, el equipo azulgrana encadenó exhibiciones asombrosas como el 4-0 en el Santiago Bernabéu, el 6-1 ante la Roma o el 4-0 ante la Real Sociedad. Pero Neymar sufrió una pequeña lesión muscular y no se sabe si podrá jugar el Mundial de Clubes.
Al tiempo, el conjunto de Luis Enrique todavía no cuenta con la mejor versión de Messi. El argentino, después de dos meses sin jugar por una lesión de ligamentos, progresa poco a poco, aunque aún le falta. Hizo un gran gol de falta directa ante el Deportivo, pero desapareció en la segunda parte. Mientras, queda por ver cómo recupera el equipo la solidez defensiva después de varios partidos lastrado por errores en la zaga y falta de concentración.
“No sabe jugar el Barça a partir de la abundancia, se relaja en exceso, se deja ir y se complica la vida, como si le hubiera dado un ataque de narcisismo desde el 0-4 del Bernabéu”, resumió el diario “El País”.