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En un gesto de desprendimiento, desde la otra acera política, la alcaldesa del municipio Santiago Nonualco, Marvin Martell de Canales, deseó al presidente Salvador Sánchez Cerén éxitos en el difícil arte de gobernar, en el ambiente de diálogo y concertación que generan el programa Gobernando con la Gente y el Festival para el Buen Vivir.
El municipio, cuya historia está ligada a las luchas legendarias de Anastasio Aquino por los derechos de los nonualcos, fue sede este sábado 1 de octubre de ambos programas presidenciales, con los cuales el estadista y sus ministros acercan los servicios del gobierno a las comunidades para continuar un contacto sin intermediarios.
No es la primera vez que el líder de la nación desarrolla ambos programas en una localidad gobernada por la oposición de derecha, con lo cual traduce en hechos sus compromisos desde antes de ganar las elecciones en 2014 de gobernar mediante el diálogo para lograr acuerdos para el bien de todos.
“Señor Presidente, deseo siempre con mucho cariño y de todo corazón Dios le acompañe, le asista, le dé mucha sabiduría en la difícil tarea de gobernar. Sé muy bien lo difícil que es gobernar, con unos quedamos bien con otros no, me pasa en lo personal”, le expresó la Alcaldesa, ya en su sexto período de gestión.
“Pero –agregó- quiero decirle que con la ayuda de Dios, con la sabiduría y la asistencia del Espíritu Santo, nada es imposible y a los seres humanos Dios nos ha dado capacidades especiales para que de nuestro interior, de nuestro corazón broten y salgan los mejores deseos y anhelos que tenemos para toda la gente”.
Ante las palabras de la alcaldesa Marvin Martell de Canales el presidente Sánchez Cerén hizo una reflexión sobre el arte de gobernar.
“Sabemos que es difícil emprender las tareas cuando se trata de beneficiar a los más humildes y a los más pobres”, afirmó.
“Nuestra sociedad no está acostumbrada a ello. Nuestra sociedad está acostumbrada a dar lo que sobre a la gente más pobre y más humilde, eso es lo que queremos transformar en El Salvador, que a la gente humilde, que a la gente sencilla se le respete, porque tiene dignidad, porque son seres que están construyendo este país y sacando adelante El Salvador”, agregó.
Dar lo que sobre a la gente más pobre y humilde, es una concepción profundamente enraizada en las élites de poder económico y político que gobernaron nuestro país hasta 2009, cuyos voceros declaran –en su afán de recuperar el control del gobierno- que los programas sociales son sencillamente un despilfarro y conducen la economía al abismo.
Es la concepción de gobernar y del ejercicio del poder que ha desgarrado a la especie humana a lo largo de la historia y de los imperios, que mediante la fuerza de las armas esclavizaron a otros seres humanos.
Frente a esa concepción, otra basada en la justicia, en el arte de gobernar se antepone el bien común al egoísmo de las élites excluyentes.
“Eso –los programas sociales- para mi gobierno no es gasto, entiéndalo los señores que están hablando del gasto, esa es inversión, eso es invertir en la gente, eso es invertir en el pueblo, eso es invertir en el desarrollo, eso es poner las luces en alto y viendo el futuro”.
“Por ello, yo lo repito, aun en las limitaciones económicas que tengamos, no vamos echar marcha atrás en los programas que beneficien a los niños y a las niñas y a los jóvenes… No vamos echar marcha atrás en el programa de subsidio a los pobres”, subrayó.
Para el presidente Sánchez Cerén es, junto a los programas de desarrollo y progreso nacional, lo que debe hacer el país “si piensa en el futuro, si ve hacia el horizonte”.
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