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El burro hablando de orejas (2)

Salvador Ventura

En El Salvador gozamos de una irrestricta libertad de prensa y expresión del pensamiento, drugstore a partir del arribo al Ejecutivo de los dos gobiernos del FMLN, no como una concesión sino como una aceptación del mandato constitucional y una exigencia propia de esta fuerza política de izquierda por la que luchó largos años mucho antes de su conversión en partido político.

El mismo gobierno alienta el derecho a manifestarse públicamente, a emitir sin restricciones de ninguna naturaleza todo tipo de opiniones siempre respetando la dignidad y la privacidad de las personas como establecen los códigos de honor, la moral, la ética y las mismas normas de conducta y profesionalismo cuando se trata de medios de difusión.

El Diario de Hoy en su editorial del viernes 9 de enero, falta a la verdad cuando afirma “Esa intolerancia a la crítica, a lo que otros piensan, a lo que se informa, se viene manifestando en El Salvador desde hace más de cinco años a través de coacciones, de corte de publicidad, de insultos, de campañas sucias contra medios y periodistas”.

Los gobiernos de corte militar, los impuestos por la oligarquía, desde los albores del siglo XX para no ir demasiado atrás, fueron respetuosos de la libertad de expresión y tolerantes a la crítica, no amenazaban a los periodistas ni a los medios de difusión, esos regímenes jamás han sido objeto de críticas o ataques de El Diario de Hoy. ¡Ver para creer!

El burro hablando de orejas ¿Quién ataca constantemente y sin fundamento los programas sociales impulsados por el gobierno? ¿Cuál es el medio de información que de forma pública comparte una agenda partidaria con Arena? El Diario de Hoy ha mantenido una campaña de  ataques y desinformación permanente contra el régimen desde hace cinco años.

Las campañas sucias, la distorsión de las noticias, las calumnias vienen de los comentarios editoriales de este medio de publicidad, nunca ha  publicado notas aclaratorias cuando en forma deliberada miente o pone en boca de un funcionario declaraciones fuera de contexto o nunca dichas.

El editorialista de este órgano de prensa constantemente ataca y difama a mandatarios de otros países, sobre todo de izquierda o posiciones progresistas, sencillamente por no compartir su ideología o no estar de acuerdo con su forma de gobernar, esto se llama intolerancia y nulo respeto a la condición de otras personas y al sistema de gobierno.

“El déspota del Ecuador, afirma, se fotografió rompiendo un ejemplar de un periódico, acto similar a las quemas de libros y escritos efectuados por los nacional-socialistas de Hitler y las condenas a muerte de anticastristas por oponerse a la dictadura”. Lo dicho, el caballero protesta por la paja  en ojo ajeno pero no repara en las vigas de sus propios ojos.

Un déspota es una persona que gobierna con un poder total sin someterse a las leyes ni a limitaciones, el presidente Rafael Correa ganó en forma democrática las elecciones en 2006 y fue reelecto para el cargo en 2009. Procede conforme a las leyes y en respeto absoluto a la Constitución y a los habitantes de ese país.

Es un presidente muy querido por su pueblo y desde su arribo a la presidencia ha promovido cambios profundos en las estructuras políticas, sociales y económicas, un hecho sin precedentes en la historia del país sudamericano, sumido en la marginación y la opresión por sucesivas dictaduras militares.

La prensa derechista, al igual que aquí, ha mantenido una campaña sistemática de desprestigio contra la gestión de Correa, no por una simple oposición a su pensamiento progresista, sino por las transformaciones económicas que han beneficiado a las mayorías poblacionales y han afectado a minorías privilegiadas.

La vinculación festinada hecha por El Diario de Hoy del presidente Correa, de Ecuador, Evo Morales, de Bolivia o Nicolás Maduro, de Venezuela, con el gobierno de El Salvador, tiene a su base la coincidencia de cambios estructurales para favorecer a las familias más vulnerables, ese es el “gran delito” cometido por Sánchez Cerén y el FMLN.

En su atolondrado editorial el señor director continúa con sus letanías “El partido oficial pretende estar en posesión de la verdad, por lo que reclama por ‘malas noticias’ y se queja de toda crítica, como de lo que se expone sobre corrupción y abusos de poder”. Una vez más escribe sin fundamento alguno. El Diario de Hoy jamás investigó o criticó esa forma de ejercer el poder, con base en la corrupción del partido Arena, del Pro Patria, el PRUD o el PCN; pero lo hace actualmente lanzando calcetines al aire con… sin aportar pruebas ni mucho menos testimonios o requerimientos de autoridad judicial alguna.

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