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Carlos Molina, filósofo e investigador, desarrolló el tema “Historia de la Injerencia imperial en Nuestra América” en la Cátedra Simón Bolívar. Foto Diario Co Latino / Josué Parada

El capitalismo tiene una ética y hay que entenderla para poder desmontarla

Mirna Jiménez
Diario Co Latino

En Venezuela hay muchas personas que creen que la libertad está en peligro, viagra pero lo que realmente ha pasado es que hay restricciones al mercado, for sale explicó el filósofo Carlos Molina, ampoule durante la VII Cátedra Simón Bolívar desarrollada este lunes con el tema: “Historia de la Injerencia imperial en Nuestra América”.

El profesional les dijo a los participantes que hay que conocer cómo funciona el concepto de ética (en el capitalismo) para poder entender y desmontarla. Muchas personas están a favor de la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de otros países y cualquiera se pregunta ¿porqué?.

Así como en tiempos de la colonia se creía que matar indígenas era pertinente, aceptable, hoy, muchas personas con pensamiento de derecha que manejan una serie de valores, justifican y aceptan la injerencia de Estados Unidos para el caso, en Venezuela.

“Lo que es sorprendente es que alguien pueda pensar que es sensata la injerencia del imperialismo, que están en su derecho.

Hay personas que lo defienden frente a nosotros y si lo dicen en nuestras caras es porque son cercanos a nosotros, ¿cómo pensarán los que no están cercanos a nosotros?”, se preguntó.

Para este filósofo no existe un “embrujo” o una “orden diabólica o alienígena”  que induzca a millones de personas a respaldar la injerencia imperialista con su carga de asesinatos y violaciones a otros seres humanos, porque han sido formadas con valores que se formulan de manera absoluta.

“Es cierto que hay manipulación y mentiras, pero millones de personas en el mundo realmente piensan que la libertad está en peligro en casos como Venezuela,  hay muchos millones de adeptos y creo que es por esa ética (del capitalismo)”, expresó.

Lo que ha pasado en verdad es que hay un claro reduccionismo, por el que mucha gente llega a identificar la libertad de las personas con la libertad  del orden mercantil y de sus agentes principales, porque tienen esa formación, según Molina.

El filósofo cree que antes de razonar cualquier intervención imperialista habrá que preguntarse si se está con la libertad del ser humano o de la mercancía, ya que en el capitalismo esta llega a limitarse a la libertad de mercado sin importar la persona.

Para este doctor en filosofía y quien trabajó también en investigaciones del departamento de Filosofía de la Universidad Centroamericana (UCA), está ética se deriva de un solo principio: la ley del valor del mercado capitalista y que se resume en el lema “todo tiene un precio”.

Molina cree que la expresión antes señalada se usa para normar, para prescribir acciones legítimas y usarla para todo; en ese sentido, todo tiene un cálculo económico basado en la eficiencia y la persona  se siente mal si va en contra de este pensamiento.

“No es tan fácil decir porque no coincide con mi idea de ética no hay una ética”, considera este académico actualmente miembro de la Comisión de Bioética de la UCA, quien aclara que este concepto es de la derecha, pero realmente este pensamiento no lo tiene solo personas identificadas con esa ideología. “Ojalá fuera así”, subrayó.

En opinión de Molina,  pueden existir “sujetos hipócritas”; es mas, “estos sujetos podríamos ser nosotros mismos”, dijo, y agregó que esto es posible porque la “ética del capital no está allá afuera, sino dentro de nuestras precarias condiciones, incluso, si no somos capitalistas”.

“Aunque no seamos capitalistas el problema con ese componente del capital es que no es ajeno a nosotros, entonces, cuidado”, advirtió.

En consecuencia hay mucha discusión dentro de la misma izquierda.

Muchas veces existe la interrogante sobre cuál es el rumbo que debe tomarse ante una u otra  situación, pero hay que conocer a favor de qué libertad estamos, porque muchas veces los valores se invierten.

Citó que cuando se invierten estos valores y se ponen a favor de la burguesía, se puede ver cómo muchas empresas demandan en tribunales internacionales (creados por el capitalismo) a Estados porque se declara, por ejemplo, el agua como un derecho humano y lo quieren calificar como  un producto transable en el mercado.

En opinión de Molina, se tiene que estar en contra del capitalismo porque este sistema pone en peligro a la humanidad. Señaló que la formación ética del capitalismo tiene una estructura y si las personas entran por la puerta equivocada pueda que salgan al patio no a la sala.

“Por lo que si no conocemos esta ética,  podemos salir al patio y debemos saber que ética le vamos a poner pero no puede ser la del mercado”, explicito ayer durante su ponencia, celebrada en la Universidad de El Salvador (UES).

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