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Joaquín "El Chapo" Guzmán. Foto Diario Co Latino/Archivo

 «El Chapo», el poderoso capo mexicano que se convirtió en rey de los túneles

México/AFP

Considerado el narcotraficante más buscado del mundo, el mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán convirtió los túneles en sus máximos aliados: los construyó para trasladar droga, los usó para moverse durante sus 13 años prófugo e hizo uno a su medida para escapar por segunda vez de prisión.

Pero la suerte del escurridizo líder no le duró esta vez ni medio año pues el presidente Enrique Peña Nieto anunció este viernes su recaptura.

«Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido», escribió Peña Nieto en su cuenta oficial de Twitter sin dar mayores detalles de la recaptura.

Apodado «El Chapo» por su baja estatura (1,55 m), Guzmán Loera se inició muy joven en el mundo de las drogas. Empezó como campesino en plantíos de marihuana en su natal Sinaloa (noroeste), pero su astucia lo llevó a construir un imperio y a encabezar el mayor cártel de México.

Gracias al tráfico de drogas a Estados Unidos -el mayor consumidor mundial-, pero también a Asia o Europa, Guzmán llegó a convertirse en uno de los hombres más ricos del planeta y también en uno de los más perseguidos.

Varios fiscales han reconocido que «El Chapo» es uno de los narcotraficantes más inteligentes que han enfrentado y así lo demostró cuando logró corromper a funcionarios, burló la vigilancia y escapó de dos de los siete penales de máxima seguridad de México.

La primera fuga, el 19 de enero de 2001, la realizó escondido en el cubo de la ropa sucia de la cárcel de Puente Grande, Jalisco (oeste), y la última, el 11 de julio de 2015, a través de un túnel de 1,5 km cavado bajo la ducha de su celda en el Altiplano, a unos 90 km de la capital.

Entre «El Padrino» y Colombia

Pero antes de jugar en ‘las grandes ligas’ del crimen, Guzmán pasó su infancia en los agrestes campos de Sinaloa, un estado que ha sido cuna de los grandes narcotraficantes mexicanos.

Nacido el 4 de abril de 1957 en el seno de una familia de agricultores del municipio serrano de Badiraguato, a finales de la década de 1960, «El Chapo» abandonó sus estudios en sexto grado para trabajar en los cultivos de amapola y marihuana.

Más tarde, en la época en la que el consumo de drogas crecía en Estados Unidos con el movimiento hippie, el joven Guzmán fue reclutado por Miguel Ángel Félix Gallardo, apodado «El Padrino» o «El capo de capos» y considerado uno de los precursores del narcotráfico en México.

Una de las primeras misiones de Guzmán fue contactar a narcotraficantes de ciudades colombianas como Medellín, coincidiendo con el auge del cártel de Pablo Escobar, donde «El Chapo» tejió alianzas privilegiadas para proveerse de cocaína y exportarla principalmente al vecino Estados Unidos.

Tras la captura de Félix Gallardo en 1989, Guzmán fundó su cártel de Sinaloa y lo convirtió en la agrupación narcotraficante más poderosa de México.

El rey de la fuga

«El Chapo» escaló en el mundo de la mafia gracias a su talento para los negocios y su sangre fría para ordenar sanguinarios ataques contra sus adversarios.

Pero, en junio de 1993, cayó en Guatemala y fue trasladado al penal de máxima seguridad de Puente Grande, de donde se fugó el 19 de enero de 2001.

Tras su evasión, que algunos creen que fue simplemente por la puerta principal, «El Chapo» se convirtió en el gran símbolo del narcotráfico contra el que el expresidente Felipe Calderón (2006-2012) lanzó al Ejército.

«El Chapo» era ya en esa época un ícono del crimen organizado a la altura de Pablo Escobar, visto también como un protector y un hombre hecho a sí mismo por habitantes de su zona.

Guzmán también llegó a aparecer en 2011 en la lista de las mayores fortunas del mundo de la revista Forbes, con más de 11.000 millones de dólares. El capo lograba escabullirse de sus captores gracias a puertas reforzadas con acero en sus residencias y a un sistema de túneles secretos que, incluso, escondía debajo de la bañera.

Finalmente, el 22 de febrero de 2014 fue aprehendido de nuevo mientras estaba con su última esposa y sus gemelas en un apartamento de la costera Mazatlán (Sinaloa).

Pero, menos de año y medio después de ser internado en El Alitplano, el capo repitió su hazaña a través de un túnel que dejó en evidencia al gobierno de Peña Nieto.

La última vez que se supo de él fue en octubre de 2015, cuando la Marina Armada supuestamente estuvo cerca de detenerlo en la sierra de Sinaloa y Durango.

Un personaje de leyenda

Ante su habilidad escapista, muchas historias y rumores se han tejido en torno a Guzmán: que se había hecho una cirugía plástica o que acudía a conocidos bares donde se cerraban las puertas y se recogían celulares a los asistentes, a los que después se les pagaban las cuentas.

Lo que sí se sabe es que gran parte de su familia sigue en Sinaloa, incluida su devota madre. Menos clara ha sido su vida sentimental: al parecer Guzmán ha tenido tres esposas, la más reciente es Emma Coronel, una reina de belleza de Durango con la que se casó en 2007 cuando ella cumplía 18 años.

 También se le atribuyen 10 hijos, uno de ellos asesinado a balazos en 2007.

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