Por María Isabel Sánchez
San José/AFP
El cártel de Sinaloa, imperio del capturado capo mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, extendió a Centroamérica su poderío, vinculado desde hace más de dos décadas a grupos que controlan extensos territorios para el tránsito de la droga a Estados Unidos.
La captura el sábado del narcotraficante más poderoso del mundo fue aplaudida por las autoridades de la región. Los presidentes Otto Pérez (Guatemala), Juan Orlando Hernández (Honduras) y Laura Chinchilla (Costa Rica) felicitaron al gobierno de México por lo que destacaron como un «éxito» en la lucha antidrogas, con impacto en Centroamérica.
El cartel de Sinaloa tiene negocios bien establecidos con grupos criminales en Guatemala, Honduras y El Salvador; y contactos e influencia en Costa Rica, Nicaragua y Panamá, según expertos en seguridad, informes de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) y de la agencia de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNOCD, por sus siglas en inglés).
«Los capos centroamericanos deben estar alertas. Saben que la DEA está muy activa. Esta captura los golpea mucho porque les detiene procesos, negocios», afirmó a AFP Carlos Menocal, ex ministro del Interior guatemalteco.
Por Centroamérica se mueven, según el ministro de Seguridad de Costa Rica, Mario Zamora, «unas 900 toneladas anuales de cocaína», sobre todo por Guatemala, con 1.000 km de frontera selvática con México, y Honduras.
Pero todo el istmo, convertido por el narcotráfico en la zona más violenta del mundo, está mapeado de rutas de los cárteles que envían droga de Suramérica a Estados Unidos -principal consumidor de cocaína del mundo- y Europa.
Iba y venía
Históricamente, el de Sinaloa ha sido uno de los cárteles más fuertes en Centroamérica, sobre todo en el Pacífico, y sus aliados se disputan el control de rutas con el cártel mexicano «Los Zetas» desde que éste incursionó hace unos seis años en Guatemala.
«El cártel va a tener que reaccionar pronto para mantener relaciones de confianza con las organizaciones criminales, porque ‘El Chapo’ personalmente dirigía los operativos de trasiego: penetraba en área centroamericana, cerraba los negocios y regresaba a México», agregó Menocal.
La conexión con Centroamérica más pública fue cuando, cercado por un cárcel rival, «El Chapo» se refugió en Guatemala, donde fue detenido cerca de la frontera con México en 1993, y entregado a su país. Pero en 2001 escapó de un penal de alta seguridad de Jalisco (oeste) escondido en un carro de lavandería.
«La primera captura fue en Guatemala y ahora nos agrada que haya sido capturado y responda ante la justicia», manifestó el presidente Pérez, quien afirmó en noviembre pasado a la cadena Univisión que él personalmente dirigió la detención de «El Chapo» en 1993, cuando era director de inteligencia militar.
El ministro del Interior (Seguridad) guatemalteco, Mauricio López, dijo a la AFP que el cártel de Sinaloa ha operado en Guatemala con al menos cinco organizaciones, algunas de tipo familiar según informes de la DEA y la UNODC, como «Los Mendoza», «Los Lorenzana» y «Los Chamales».
Durante los 13 años que «El Chapo» estuvo prófugo, se rumoró varias veces de su presencia en Centroamérica. Hace un año, López lo dio por muerto en un enfrentamiento entre narcotraficantes en el norte de Guatemala, pero luego se retractó.
Versiones extraoficiales señalaban que se había movido en territorio de Honduras, donde hasta tenía propiedades en Santa Bárbara, Cortés y Copán, fronterizos con Guatemala.
«Se están haciendo las investigaciones, incluso financieras. Mucha gente especula, habla, pero no aporta prueba», comentó el jefe policial hondureño Ramón Sabillón, tras celebrar la captura.
En El Salvador, el cártel de Sinaloa tiene vínculos con «Los Perrones», cuya influencia abarca el oriente y sectores del occidente del país, y es uno de los grupos de transportistas más fuertes, encargado por «El Chapo» de llevar droga por el istmo hasta Guatemala, y dinero a Panamá, según la UNODC.
En Nicaragua, en 2007 se desarticuló una base de operaciones del cártel de Sinaloa y hace cuatro meses, fue capturado en El Salvador y repatriado el nicaragüense Reynaldo Corea, cabecilla del grupo «Los Guachinangos», que transportaba la droga por el Pacífico centroamericano para ese cártel, según las autoridades.
A la espera de información
El ex fiscal general de El Salvador Aztor Escalante, destacó que «la información valiosa que puedan sacar a ‘El Chapo'» se puede compartir con Centroamérica, «para avanzar en el combate al narcotráfico».
«La que usó México para la captura también puede servir a las autoridades centroamericanas», comentó Escalante a la AFP.
El ministro costarricense Zamora dijo también esperar que el arresto «dé información logística» para golpear la influencia del cártel de Sinaloa en la región.
Los expertos celebran los golpes al narco con la captura de los capos, pero advierten de la capacidad de estas organizaciones del crimen organizado para adaptarse a nuevos jefes y estructuras, aunque sean atomizadas.