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El chiste de la lucha contra la corrupción

Por Leonel Herrera*

En uno sus acostumbrados shows propagandísticos difundidos en cadena nacional de medios y redes sociales, Nayib Bukele advirtió hace dos semanas a sus ministros con procesar a los que hayan cometidos delitos corrupción y hasta pidió públicamente a su Fiscal General, Rodolfo Delgado, que los investigue a todos.

El presidente de facto y candidato inconstitucional, incluso, anunció que va a construir una cárcel específica para funcionarios corruptos a la que llamaría “Centro de Confinamiento de la Corrupción”, similar al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), donde están recluidos supuestos pandilleros detenidos durante el régimen de excepción.

El mensaje es falso, ya que durante su gobierno Bukele no ha dado ninguna muestra de combatir en serio la corrupción. Al contrario, cerró la CICIES cuando ésta investigaba doce casos de irregularidades en el manejo de fondos públicos durante la pandemia de COVID-19 y mandó a destituir al Fiscal General que investigaba otros 25 casos, para citar sólo dos hechos concretos que confirman su decisión de permitir y encubrir la corrupción.

Pero por si esos y otros hechos no fueran suficientes para demostrar la falsedad del discurso anticorrupción, esta semana se conoció información sobre posible corrupción que involucra directamente a la secretaria personal de Bukele, Claudia Juana Rodríguez, quien fue designada ilegalmente por la Asamblea Legislativa para ocupar la silla presidencial mientras su jefe hace campaña electoral violando siete artículos de la Constitución de la República que prohíben claramente la reelección presidencia continua.

Según publica el medio digital Gato Encerrado, la “presidenta interina” recibió 1.2 millones de dólares sin justificación de la Alcaldía de San Salvador, entre 2015 y 2018. Ella era la tesorera y Nayib Bukele era el alcalde.

La referida publicación periodística destaca que “sólo en las últimas tres semanas como tesorera municipal recibió más de 230 mil dólares en cheques a su nombre, justo antes de que Bukele abandonara la alcaldía y se lanzara como candidato presidencial”. Dos meses y medios más tarde -relata la nota de Gato Encerrado- Nuevas Ideas tramitaba su registro como partido político y Rodríguez aparecía como su secretaria de finanzas”.

Esta probable corrupción de la flamante designada a la presidencia y -posiblemente del propio Bukele- desnudan la narrativa contra la corrupción como un chiste. Un chiste de mal gusto, sobre todo por la carga de hipocresía y la falta de solvencia moral para contarlo.

¿Pedirá Bukele al Fiscal que investigue a su “secretaria presidenta”? ¿Pedirá ser investigado él también? Desde luego que no, ni lo uno y menos lo otro.

*Periodista y activista social.

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