@GloriaCoLatino
Los Patios Productivos, sildenafil la Granja del Cangrejo Azul , cialis los tours de Eco-turismo en lanchas, check forman parte de diversos proyectos locales que enlazan como un “Círculo Virtuoso” en la Zona de Turismo Rural El Salamar, en San Luis La Herradura, departamento de La Paz.
Ahí, nueve comunidades han venido trabajado tesoneramente por ocho años, y aplicando conocimientos en una variedad de iniciativas de desarrollo con bajos costos de inversión y con el plus de proteger el medio ambiente.
“Tenemos un eco turismo rural y belleza escénica”, afirmó Daniel Mercado, Representante Legal de la comunidad que están aliadas al Programa de Pequeñas Donaciones SGP GEF y la coordinación del Comité de Desarrollo Local (CDL) del municipio.
La muestra de productos fue presentada en el marco de la Sexta Feria de Intercambio de Experiencias y Primera de Tecnologías Socialmente Apropiadas del Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial SGP/GEF/ PNUD El Salvador.
Asimismo, la iniciativa cuenta con el financiamiento COMDEKS (Gestión del Conocimiento para el desarrollo Comunitario de la Iniciativa Satoyama; el Fondo Chile Contra el Hambre y la Pobreza, que ejecuta la Corporación El Canelo.
Estos programas locales tienen a la base el compromiso de rescatar el medio ambiente, en proyectos de reforestación de 320 hectáreas de manglar y la recuperación del hábitat y la siembra de mil árboles de “zorra” en las riberas de los ríos Jalponga y Viejo, que darán vida a una barrera natural frente a inundaciones por lluvias o vientos.
El enlace de los proyectos se despliega en iniciativas como la “Semilla Nativa”, que tiene como fin, la recuperación de especies alimenticias como el capulín, maíz negrito y surinam, cuyo aporte se especifica en ser cultivos libres de agro-químicos que posibilitan cosechas de productos orgánicos.
“El maíz surinam y el capulín tardan 2 meses y 8 días para dar cosecha; es agradecido y aguanta períodos de sequía; la única diferencia que existe con esta especie es que, es de menos inversión y más producción es un maíz de costa, además, hemos aprovechado sembrar pipián, ayote y ajonjolí, que son cultivos que se dan a pura humedad del suelo y eso, porque no hay quema de rastrojos, así como le damos a la tierra, ella nos da de comer ”, afirmó Evaristo Osorio.
Del proyecto de recolección de semillas para la siembra de especies nativas son 17 familias, quienes recolectan en graneros; y son quienes se encargan de prepararlas y mantenerlas en condiciones adecuadas para su inmediato uso. Este almacenaje de semillas se renueva cada año, en cada fin de cosecha.
A los cultivos sin químicos los asisten “los 7 orgánicos”, un grupo de agricultores que trabajan en abono, foliares y repelentes de insectos a base de material orgánico, melaza y pulimento, que se encuentran liberados de cualquier sustancia química, explicó Ana Ramírez, quien reconoció la productividad y mejorías de los cultivos con la creación de microorganismos de montaña, que se denomina “Bocashi”, palabra japonesa que define la materia orgánica fermentada.
“Nosotros queremos rescatar lo valioso que tiene la tierra, porque con el uso de muchos herbicidas hemos matado -nosotros mismos- los microrganismos, ahí tenemos el Cambio Climático también que es culpa del ser humano; ahora, comprendemos y preparamos bocashi para tener buenas cosechas, aunque hayan sequías, como la del año pasado al usar bocashi el abono es frío, pero si usamos las químicos se vuelve caliente es por eso, que estamos trabajando para sustituirlo”, indicó.
El bocashi se distribuye entre las comunidades así como el repelente, que está preparado en una sustancia de chile (picante) ajo, cebolla, jengibre y otros ingredientes que se mezclan para crear un olor desagradable que aleja a los insectos y se aplica por una bomba de mochila, y que por no ser tóxico no afecta la salud de las y los agricultores.
“Hicimos un experimento junto a otros 6 agricultores sembramos milpa y utilizamos bocashi solo en una parcela y con la seca del año pasado, comprobamos que solo ese pedazo donde aplicamos el producto orgánico no perdió humedad y se pudo cosechar. Si bien este abono orgánico que tiene muchos microorganismos no tiene un resultado inmediato como el químico, pero tiene un margen de tiempo más largo con su efecto y alimenta a la tierra”, aseguró Ramírez.
Relacionados por los cultivos orgánicos y libres de químicos, hay otras 27 familias en el proyecto de la comercialización de la hoja de huerta, en mercados locales, donde las hojas se utilizan comúnmente como envoltorio de platillos típicos como los tamales de gallina o pisques, o para asar las riguas (torta de elote tierno).
Este grupo de Asociaciones de Desarrollo Comunal (ADESCOS) de San Luis La Herradura también desarrollan iniciativas a nivel artesanal, como explicó Melvin Alexander Ramírez, quien junto a otras familias trabajan como tejedores de hamacas, para descansar.
Con un tiempo de 10 días promedio para la confección de las hamacas, estos artesanos esperan expandir la comercialización de sus productos más allá, de los mercados en San Luis La Herradura.
“Ahora estamos compartiendo con ustedes, para que conozcan nuestros proyectos y solo pedimos apoyo para dar a conocer nuestro trabajo y así comercializarlas a nivel nacional esta artesanía que gusta de todos los salvadoreños, ya sea que vivan en el país o fuera de él”, dijo.
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