Por: Rolando Alvarenga
Solo algunos chispazos de realismo tuvo el presidente del Comité Olímpico en su reporte sobre la actuación salvadoreña en los recientes Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018.
Chispazos que -lejos de levantar los ánimos patrióticos en que algún día las cosas van a cambiar y terminará nuestra vergüenza deportiva internacional- volvieron a ahogar las expectativas, dejando la mesa servida para más de lo mismo.
Entre los chispazos verbales del titular olímpico destacaron: “Hay una tendencia muy preocupante, cada vez vamos con menos posibilidades de ganar medallas”, “El Salvador ha
caído en el número de atletas que logran clasificar”, “De 24 deportes sólo en nueve conseguimos medallas”, “Hay que identificar la causa que nos está llevando a eso”, “Los atletas no tuvieron fondos del INDES para su preparación”.
Luego, lejos de pasar a un específico reporte técnico profesional en el que se explicara uno por uno los resultados obtenidos por cada atleta en Barranquilla, se pasó la página y salió a relucir el tema de los próximos compromisos del actual Ciclo Olímpico, y a la apertura del otro Ciclo Olímpico con los hipotéticos Juegos Santa Tecla 2021.
Y digo hipotéticos porque, mientras no se vea dólar sobre dólar, hasta sumar un resto de millones, eso siempre estará en veremos.
Ahora bien, desde hace un resto de años la causa de los papelones salvadoreños en las competencias internacionales es la falta de criterio técnico que aplican y aceptan el INDES, COES y federaciones.
Por ejemplo, con los pies en la tierra y sangre fría, la delegación salvadoreña para los Juegos Barranquilla 2018 no debió pasar de cincuenta elementos entre atletas, entrenadores, personal técnico y figuritas especiales.
Pero… ¿cuántos fueron en el éxodo? 171. Obvio, fueron más turistas que atletas reales. Por lo tanto, INDES, COES y federaciones deben ser más honestos y no darse paja a la hora de las evaluaciones técnicas, para postular atletas que sean garantía de medallas y no oportunistas que siempre están viajando y nunca ganan nada. Por vergüenza patriótica, hay que corregir y evitar el turismo deportivo a costillas de los impuestos del pueblo.
*Los conceptos vertidos en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quien los presenta.