Francisco Elías Valencia / Mirna Jiménez
@DiarioCo Latino
El guatemalteco Julio César Macías, cialis sale el legendario Comandante César Montes, advice fundador de la Fuerzas Armadas Rebeldes y del Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) de Guatemala, tadalafil llegó a El Salvador bajo el seudónimo de Pedro Guerra (Pedrito el Mexicano), procedente de México, como integrante del “equipo sanitario”, a las filas de la Resistencia Nacional (RN-FMLN).
Montes llega al Cerro de Guazapa, el bastión guerrillero más próximo a la capital, bajo la fachada de médico, pero en realidad traía una misión específica: Conformar una Unidad de Inteligencia en los territorios de la Resistencia Nacional (RN), que sirvieron para detectar infiltrados del ejército salvadoreño.
“Pedrito el Mejicano” dio su primera lección de inteligencia a la dirección de la RN, al dejar al descubierto la debilidad de lo filtros de la organización en su propio reclutamiento, pues, según la organización guerrillera, había reclutado a un “exitoso” médico mexicano, hasta que el mismo se descubrió ante sus futuros jefes.
Montes llegó a El Salvador, por Honduras, procedente de Nicaragua, acompañado de su esposa y del también famoso médico Charles Clemens, un piloto norteamericano que participó en la guerra de Vietnam y con quien caminaron juntos aquel mes de enero de 1982, desde las montañas de Honduras para ingresar al frente de guerra en Guazapa.
Ambos ya habían coincido en Vietnam, en 1968, sin saberlo y en bandos opuestos. Guerra había llegado a Vietnam para apoyar a las fuerzas de Ho Chi Min, y Clemens a pilotear un avión-hospital norteamericano para sacar a los heridos del Vietcong. Ahora estaban en las veredas de Guazapa, esquivando los bombardeos de la aviación norteamericana piloteadas por salvadoreños.
El Comandante Montes no solo descubrió una unidad infiltrada en la propia dirección de las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN, brazo armado de la RN) en Guazapa, sino que sofocó una sublevación contra los mandos de ese frente guerrillero, que de haberse llevado a cabo, la historia de la RN en ese frente de guerra hubiese tenido un desarrollo distinto. Lo mismo hubiera ocurrido, si el enemigo, hubiese conocido de aquella pugna, muy bien resguardada por sus actores hasta finalizar la guerra.
– Comandante, cómo inicia su relación en la lucha salvadoreña
Esa es una historia muy bonita. Organizamos unos comités de solidaridad con la revolución sandinista con Nicaragua, proliferaba la simpatía por los sandinistas, era tal vez el 40% porque el 60% era de rechazo a Somoza. Mucha gente se vinculaba, no porque conociera o supiera las tesis sandinistas. Hasta había una imagen de que habían tres movimientos en uno. Recuerdo que en México decían: pues parece como el aceite tres en uno, pero lo que sí todos reconocieron en México que los tres se profesaban sandinistas. Aunque unos decían eran terceristas, otros eran GPP (Guerra Popular Prologada, una tercera tendencia se considera “foquista”) pero todos se proclamaban sandinistas, entonces no llegaron a las polarizaciones tan agudas que hubo en Guatemala o en El Salvador. En ese movimiento de apoyo, en el 78, y luego en el triunfo del 79, mucha gente del pueblo mexicano participó y se quedó y ¿ahora qué? entonces empezó a decirse ahora hay que trabajar por la construcción de Nicaragua, pero entonces se empezó a generalizar la idea de que hay revolucionarios peleando también contra 14 familias en El Salvador y recuerdo muy bien que esa cantidad, pues se generalizó en México: las 14 familias de El Salvador, los 14 oligarcas de El Salvador emparentados unos con otros, gobiernan y quitan y ponen dictadores, ponen militares y ese militar quita a otro porque ya no les gustó, entonces cuando yo regresé el 79 (de Nicaragua) a México empezó: ahora ya ayudamos aquí, entonces volquémonos acá.
Yo estaba en Tlaxcala, trabajando con el gobierno, con documentación falsa. Era asesor de campesinos organizados para la producción, una cosa que se llamaba la organización productores agrícolas y forestales, entonces allí hice un buen trabajo, tan buen trabajo porque teníamos experiencia con organización campesina clandestina.
– ¿En qué año fue eso?
El año 80. Nos dedicamos entonces a contribuir al sentimiento de solidaridad con El Salvador que emergió a partir del triunfo de los sandinistas, o sea, que el éxito de los sandinistas develó que detrás había algo que no era muy divulgado, que estaba como soterrado, de pronto al triunfar esto se destapó una olla, el siguiente plato que se miró era El Salvador y todo mundo quería colaborar con El Salvador.
– ¿Con quién hace el contacto para venir a El Salvador?
Llegó una compañera salvadoreña allá, a una feria de Tlaxcala, llevada por uno de la Universidad de Tlaxcala.
– ¿Recuerda su nombre?
De ella no, solo recuerdo el seudónimo. Algo así como María, y entonces cuando llegó fuimos a la feria, disparamos allí, vio la eficiencia con que yo disparaba, entonces dijo: ¿mire y usted…? yo le dije sí, sé sobre todo tipo de armas, ella no sabía quien era yo, solo vio la puntería. Yo le dije estoy en proyectos de desarrollo de la presidencia de la República ¿ y usted es de la presidencia de la república?, me preguntó , sí le dije. Entonces, para ella fue una cosa así como decir me saqué la lotería, conocí un tipo que sabe de toda clase de armas, tiene una gran puntería y además de eso está muy relacionado con (José) López Portillo (presidente de México), entonces, inmediatamente me habló y me dijo que necesitaban un apoyo para preparar allá gente que iba a venir a El Salvador a pelear, y entonces resultó con que los jóvenes (hombres y mujeres) todos eran de Suchitoto y me llamó mucho la atención porque todos hablaban del FMLN, pero ya a la hora de rajar ocote descubrí que era la RN y que la RN se estaba apoyando en alguien que tenía una gran cantidad de dinero, porque, bueno, ser funcionario del gobierno mexicano era sinónimo de tener mucho dinero y ser corrupto y además de eso sabía cómo moverme allá con la seguridad y sabía cosas de medicina, “era médico” y entonces, reclutaron a un médico mexicano, cercano a López Portillo y con mucho dinero, que además de eso les dejó a la RN, allá en Tlaxcala, una empresa que acabábamos de abrir, que fabricaba pantalones y camisas de mezclilla y todo eso, y les quedó a ellos que lo dilapidaron, no sé que hicieron, nunca supe ya, pero entonces, cuando ya los compañeros se habían entrenado…
– ¿Cuántos eran?
Eran como 10 compañeros, en Tlaxcala, se entrenaron en una vieja hacienda ex-porfiriana, que después había sido ocupada por la CROM, que eran los sindicalistas de los textiles y pusieron allí máquinas y todo eso, y de pronto todo eso fracasó por la corrupción. El dueño de eso era el papá de una compañera de trabajo mío. Cuando nos conocimos, me conoció como padre soltero, pues yo tenía a mi hija y yo era viudo. Yo era muy reservado y ella me cautivó, nos cautivamos y nos hicimos marido y mujer.
Entonces, el señor era ya mi suegro y ya le entramos a mi suegro para que nos diera la ex-hacienda. La ex hacienda porfiriana es ahora un hotel que se llama La Trinidad, que es un hotel de cinco estrellas, allá en Tlaxcala.
– ¿Y usted era accionista?
No, allí…
– ¿Con qué nombre lo reclutó la guerrilla de El Salvador?
Como Mario Francisco Ríos Santis, entonces yo tenía una esposa, una hija.
– Comandante, Usted viene a El Salvador a través de la RN ¿Cómo llega a El Salvador y en qué fecha?
Fue en enero que llegué yo aquí. Primero viajamos a Nicaragua con todo ese grupo de salvadoreños ya entrenados, los de Suchitoto, y una colombiana, Camila. También viajó mi esposa mexicana, que se integró, la madre de mis hijos.
– ¿Su esposa también estuvo en Guazapa?
Sí, estuvo en Guazapa. Entramos por Honduras, luego cruzamos la sierra y bajamos a Chalatenango y luego cruzamos todo Chalatenango hasta llegar a Guazapa.
– ¿Todo el grupo o solo venían los dos?
Venía la mayoría del grupo, pero a la entrada nos dividieron. Entonces, en el grupo donde yo iba, iba mi esposa, iba yo, iba un norteamericano que se llamaba Charles Clemens (Camilo).
– Vamos hacer un paréntesis ¿Charles Clemens venía con usted, venía como médico?
Venía como médico, con una gran mochila altísima, llena de medicinas, estetoscopios y otras cosas.
– ¿Ya conocía usted a Charles Clemens?
No, allí nos conocimos y entonces empezamos a hablar.
– ¿Antes no estuvieron en algún campamento, con Clemens?
Conocernos no. Estuvimos antes con Charles Clemens porque él estuvo en 1968 en Vietnam, bombardeándome como piloto de A-37, y aquí vino también y coincidimos en el camino y entonces hablamos de la estancia en Vietnam, entonces él siempre cuando nos presentaban en el cerro de Guazapa decía: “!oh!, probablemente algunos agujeros de mi avión los hizo Pedro Guerra, decía, jejejeje. Entonces llegamos juntos allí y al llegar a Guazapa pues se nos distribuyó.
– Charles Clemens era un médico estadounidense
Era un médico norteamericano, era cuáquero, se había vuelto de una religión, entonces, él se vino aquí a participar en la lucha de El Salvador porque… yo sentí, aunque él no lo expresó así, que tenía como un sentimiento de culpa de haber ido a Vietnam a luchar contra los guerrilleros vietnamitas y luego cuando vino aquí, decía que si él hubiera entendido no hubiera ido a bombardear Vietnam, pero que, pues en esa época no tenía ninguna cultura política.
– ¿Y él tomó el arma en el Frente?
No, él llegó como médico, se le ofreció una pistola… pero lo que quiero decir es que cuando entré yo, en enero de 1982, al llegar allí nos ubicaron en algunas barracas, entonces, empezaron a distribuir a la gente.
Los que habían estado conmigo en México habían recibido cursos de cirugía de guerra. Había un médico mexicano que llegó y nos entrenó, allí sacrificamos perros, gatos, montón de cosas y también atendimos algunas fracturas, hicimos disección con animales para ir aprendiendo; entonces, venían como enfermeras, pero con capacidad para hacer alguna operación de cirugía de guerra.
– ¿Entonces, usted venía como parte del equipo sanitario?
Yo traía todo un equipo sanitario, entonces, cuando llegamos con Charles Clemens parecía como que yo era el jefe, pues tenía más edad, de todos los otros muchachos que habían sido entrenados.
-¿Qué edad tenía entonces?
Tenía 40 años. Entonces, pues parecía ser el jefe de toda la unidad, entonces Camilo (Charles Clemens) llegó y me dijo que estaba ahí a las órdenes, yo le dijo no, no, no, en primer lugar usted es médico y no hay ningún problema. Además de eso me dijo, no pero usted es salvadoreño, no, no soy salvadoreño soy mexicano. Entonces, ya nos llevaron y nos presentaron a una doctora mexicana que se llamaba Jazmín, que estaba allí en la RN, y ella era la directora.
– ¿Donde conoció a Jazmín?
La conocí en el cerro de Guazapa, en la parte alta del cerro de Guazapa, en Palo Grande. Cuando llegamos ella era la coordinadora nombrada por la RN, ella era la jefa de nosotros y entonces empezó a distribuir toda una categorización: Ustedes son médicos, ellas son enfermeras y son asistentes… etc.
– ¿En dónde lo ubicó a usted?
A mí me ubicó como médico, a la par de Camilo, y en eso viene el primer bombardeo, pasa un avión, nos bombardeó y a una señora le entró una esquirla, en el talón de Aquiles, y le desgarró todos los gemelos. Entonces la llevaron allí e inmediatamente me dijo Camilo: tienes que hacer unos cortes. Yo estaba nerviosísimo, porque, pues, yo había estudiado medicina pero no había operado. Había practicado con gatos y con chuchos, entonces, el me habló en inglés y me dijo ¡corta! ¡corta!, sin miedo, sin miedo, ¡qué pasa! ¿eres gallina o qué te pasa? Naturalmente para él era normal; para mí eso era… Imagínese, a una señora tener que arrancarle el 40% o 50% de toda su masa muscular y yo decía a esta mujer le va a quedar una piernita. Yo no sabía, en primer lugar, que no había otro camino más que ese, porque sino se iba infectar y darle una gangrena, y luego ¡había que amputarle la pierna! Entonces, hay que decidir, o le amputas la pierna o le quitas todo lo que se pueda, entonces, hubo que limpiarle ahí, hubo que lavarle con agua y jabón y cortar.
– ¿Y lo hizo?
Corté, y cuando terminé de cortar me dijo, pues ahora empiezas a suturar, entonces yo le dije: eso las compañeras saben hacerlo, lo dije con mucha autoridad para no hacerlo yo, porque estaba “shockeado”. Entonces, llamé a una de las compañeras, ellas.. sí… con mucha habilidad metían los dedos y entonces ya Camilo coordinó y dirigió todo.
– ¿O sea, que usted fue médico?
Entonces, yo dije, este señor debe haber estado dirigiendo un equipo de médicos, un equipo clínico de cirugía. Yo le dije a Jazmín: mire, este norteamericano tiene la capacidad de organizar todo el sistema médico del frente de Guazapa, entonces me dijo que sí.
– ¿Pero usted había estudiado medicina?
Sí, había estudiado medicina, había hecho prácticas de cirugía de guerra, pero no era cirujano, y él me puso como cirujano.
Entonces, me entrevisté con el Jefe del frente, Raúl Hércules, y le dije que la verdad yo no iba como médico, sino que iba con instrucciones de Fermán Cienfuegos, y de Leo Cabrales y de otros de los dirigentes que tenía la RN, para formar el Sistema de Inteligencia de la RN, que se iba a llamar Sistema de Información Revolucionaria (SIR).
– ¿Antes de llegar con Hércules, había hablado usted con otro comandantes de menor jerarquía?
Sí, yo había hablado allá en México con los compañeros de la dirección, incluso llegó allí Leo Cabrales, creo que el otro era el Chino Quan y otros, no recuerdo bien, creo que Fermán, fue cuando yo les dije ustedes están mal, porque yo ni soy mexicano, ni soy médico.
– ¿Eso se lo dijo a ellos, allá en México?
Sí, ¿Qué sos, me dijeron?, yo soy el comandante guerrillero César Montes. Se confundieron, y finalmente me citaron a una reunión, en una oficina donde había una ventana que a un lado era como espejo y al otro se podía ver y habían llevado creo yo, a Pablo Monsanto. Yo me di cuenta de la jugada e inmediatamente me paré frente al espejo, me puse a peinarme para que me miraran bien la cara.
Yo les dije: Les propongo que nadie sepa mi pasado, que no me den ningún cargo administrativo, ni militar alguno, y tres: que no me metan a cosas médicas, porque yo estudié un año medicina.
– Sabiendo todo eso la dirección, Cómo es que llega como parte del equipo sanitario a Guazapa?
Porque era la pantalla. Mi cobertura era decir que era médico. Camilo no sabía nada de eso, Camilo no entendía mayor cosa… este es médico y me metió a operar, yo no me podía negar si había una mujer sangrando allí, luego después de eso me dijo levantate, tenemos que ir a atender un parto y salimos bajo la lluvia, en horas de la noche, en Palo Grande, en aquellos pedreros, a atender un parto y por primera vez atendí un parto; finalmente atendí 800 partos.
– ¿Alguno fue hijo suyo, digo porque trajo a su esposa?
No, no. Si con mi esposa teníamos un niño en México. Dejamos a mi niño y a mi niña huérfana, la dejamos con él en Nicaragua, había un proyecto que precisamente yo diseñé para la RN. Les expliqué que nosotros juntábamos a todos los niños de los dirigentes o combatientes y los poníamos como en una colmena, por eso les llamaban las Colmenas, que todos eran como abejitas, todos trabajaban y todos se trataban como hermanos y que así deberían de ser, que no deberían de haber graduaciones, de decir, este es el hijo del comandante y este es el hijo del capitán, sino, todos los niños son iguales y deben de crecer igual, y que eso debería de ser muy secreto, porque el enemigo buscaba afectar moralmente secuestrando o matando uno de nuestros niños y entonces se hizo un proyecto con la RN en Nicaragua que era el proyecto de las escuelas de desarrollo infantil.
– ¿Funcionó?
Funcionó un tiempo, y luego empezó a desvirtuarse. Que el hijo de la fulana, y el hijo del comandante… ya era otra cosa, pero bueno dejamos allí a mi hija y a mi hijo y nos fuimos para el cerro.
– Camilo lo siguió llamando, para otro tipo de cirugía
De pronto me llamó para otra cosa todavía peor, me llamó y me dijo que había llegado un equipo de obturación, para odontología, entonces me dijo, tienes que aprender, porque a mí me dijeron que tú habías recibido cursos de… odontología, y era cierto, yo había recibido cursos de odontología, pero extracciones dentales para casos de una heridas, alguna fractura, una bala, sacar los pedazos de alguna muela ..etc., o alguno que haya tenido una infección muy grande, pues bajarle la infección y sacar la muela.
Me lleva un aparato que funcionaba con una compresor, que funcionaba como un obturador de alta precisión, y a quitar caries; hice no menos de mil 800 extracciones dentales, como unas 100 obturaciones y puestos de almalgamas, pero eso fue para esconder mi actividad real.
– Ese bombardeo donde sale la compañera lesionada ¿A qué horas del día fue?
Eso fue en el día, normalmente escuchábamos las conversaciones por radio, y decían… voy allá nada más, esperame que descargo allí el águila entonces ya regreso y desayunamos, o sea, se levantaban en ayunas, después venían a desayunar tranquilamente al Hotel Camino Real. Entonces bombardearon en la mañana y nosotros la tuvimos a medio día, ya en la noche estaba bien.
– ¿Cuanto tiempo había trascurrido su trabajo como colaborador sanitario cuando decide hablar con Raúl Hércules?
A no… yo hablé con él inmediatamente, lo que pasa es que en el momentito que llegué me incorporaron al equipo que dirigía la médica mexicana. Entonces era Jazmin, Camilo y yo, luego llegó otro médico mexicano, luego llegó otro salvadoreño, etc., al principio éramos solo los tres.
En cuanto apareció Raúl Hércules yo lo llamé para decirle que yo no era médico y que además de eso yo había llegado allí para una tarea especial que me había dado la dirección de la Resistencia Nacional (RN).
– ¿No sabía nada Hércules?
No, no sabía nada. Él interpretó de otra manera, que le habían mandado a alguien que lo iba asesor a él, que lo iba a proteger y que iba a crear un montón de guardaespaldas o de mecanismos de seguridad para garantizarle a él la vida. Era un hombre muy audaz en algunas cosas de combate, tremendo improvisador, pero en otras cosas tenía ideas absurdas.
– ¿Como por ejemplo?
Le pedí que me trajera unos 5 compañeros de su ultra confianza, me llevó a sus cuatro hermanos y a su sobrino para formar el servicio de información. Yo le dije, así no vamos hacer nada. Se trata de la gente que están al frente de las masas, al frente de las columnas, de los pelotones. Entonces tuvimos que empezar nosotros de cero.
– ¿Sus parientes tenían cargos?
Sí, eso fue una cosa muy peculiar, luego dos hermanos de él fueron nombrados comandantes por el mismo, y luego su cuñado. Les dio cargos militares a ellos cuando habían otros compañeros más capaces, sobre todo los muchachos de Suchitoto.
Para mí, cada muchacho de Suchitoto era un verdadero estuche de monerías, conocían el terreno, conocían a la gente sobre todo de Palo Grande, bajaban a Suchitoto, era casi todos estudiantes, eran gente con mucha preparación.
– ¿Cuántos hombres, armas habían?
Cuando yo llegué le pregunté cuántos hombres y armas habían y él no sabía nada de eso. Empezamos a hacer un censo y teníamos como 800 gentes con un armas, cualquiera que fuera escopeta, rifle; entonces, empezamos a ordenar por escuadras y pelotones.
– ¿No tenían eso?
No, él mismo dijo una caracterización que a mí me pareció lapidaria, pero correcta; aquí es una masa armada, refugiada en el cerro, lo que hay aquí no es lo que dice la dirección.
-¿O sea, que la masa también estaba armada?
–Sí, muchos de ellos tenían armas, pero en ese momento no se distinguía. Lo que había que hacer eran estructuras militares, y quedó estructurado. Las masas eran una cosa, las milicias eran otras y las estructuras permanentes eran otras.
– ¿Eso lo vio usted, y lo vio bien Raul?
Si,si, si, si, él consideró que eso le daba más fuerza, le permitió más trabajo.
– ¿Cómo estructuró usted esa fuerza?
Encontramos allí algún jefe militar con una capacidad sorprendente, Dimas Rojas, un hombre valiente, impresionante, un tipo audaz, un tipo de capacidad de organización poco vista, gente que tenía su propiedad y de pronto el tipo era un gran administrador. Sabía estructurar y tenía una capacidad de generación de lealtad que no he visto. La gente de Dimas adoraban a Dimas, daban la vida por Dimas. Dimas era Dimas para ellos. Cuando él salía al combate salía él delante de ellos, usaba un fusil G-3, y él era quien abría al fuego y él era el último que se retiraba. Había cierta rivalidad de Raúl por él, sentía que Dimas tenía más carisma, más capacidad, sentía que la gente le era totalmente fiel, mientras que Raúl sentía que todos lo traicionaban.
– ¿Cómo era Dimas?
Como un artista mejicano, bien plantado, de bigotitos, usaba un sombrero, 1, 72 o 75 no muy alto, moreno, claro, muy hábil para montar a caballo, hábil para disparar; una vez me dijo: “hasta yo me asusto de todo lo que he hecho”, decía cosas sorprendente, con una valentía sorprendente. Un día que bajamos juntos a la calle nueva, venía una unidad del ejército, y yo le dije: Oiga, ordene a la gente que se tiendan todos, entonces se volteó para que se tendieran. Ellos son los que se van a tender, nosotros combatimos parados, y entonces se puso a la par mía a combatir parado. Yo había estado en una guerra como la de Vietnam, pero él era una novedad; el jefe audaz, el jefe temerario, el jefe capaz de organizar a la gente, con una sensibilidad muy grande.
Él tenía mucha vinculación de su unidad con la organizaciones de masa para que su gente no pasara hambre, cuando nosotros hicimos el combate en una unidad de Dimas, sobraba los plátanos fritos, las pupusas. Él organizaba todo de una manera que no pasara hambre su gente. Al revés de Raúl, Dimas era muy planificador.
– ¿Recuerda alguna operación en la que usted planificara con él alguna operación?
Sí, la toma de Suchitoto. Tres veces entramos con él abriendo fuego, contra todo, el ejército se rindió, la guardia nacional no se rindió pero los acabamos a casi todos. El que nos dio problemas fue la Defensa Civil. Yo le explique a Dimas, ten cuidado con ellos (la Defensa Civil), porque detrás de ellos está su mujer, están sus hijos, es como cuando suben detrás tuyo está tú familia.
– ¿Cuantos hombres comandaba Dimas?
Dimas tenía una compañía que eran tres pelotones, 122 hombres mas o menos, pero eran pelotones… con gente muy… es decir él con su ejemplo motivaba la calidad de su gente.
– Me cuentan algunas gentes que de repente, aunque estaban en el ERP o las FPL se integraban a combatir con Dimas, ¿supo usted eso?.
Sí, supe, supe de unidades o escuadras que habían quedado volando que se integraban con Dimas a combatir sin problemas. Dimas representó un factor de unidad con las otras organizaciones, él era bien recibido con personas que eran muy de secta, no estoy diciendo en sentido peyorativo, lo digo que tenían una cohesión muy grande con su organización, pero con Dimas no tenía problemas y Dimas con ellos tampoco.
– ¿Cómo muere Dimas?
Ya no supe yo de él, ya no estaba yo.
– Regresando al sistema de inteligencia que usted formó.
Sí, decía, que creamos el sistema de información, entonces él nos puso a su familia y el único que sirvió era su peor “enemigo”, un muchacho que lo adversaba, políticamente, físicamente, ahorita he tratado de acordarme de su seudónimo, un muchacho, fornido, blanco, creo que era de origen de San Salvador, un muchacho que planteaba que en general las tesis de la RN estaban mal y además de eso cuestionaba mucho la actitud de algunos que vivían en el exterior con comodidades, mientras que adentro no habían botas para los combatientes y que él había sabido de gastos ostentosos en viajes, cosas no indispensables, mientras que en Guazapa habían muchos combatientes que no tenían ni botas.
¿No recuerda el seudónimo?
No, pero este compañero fue el que encabezó una rebelión de todos los mandos militares de la RN en Guazapa, y este señor que él (Raúl Hércules) me puso para el Sistema de Información Revolucionario y que yo le confié inicialmente y empezamos a trabajar con él, resultó con que era el que dirigió la rebelión contra la comandancia y contra los Hércules porque eran tres Hércules más un primo y un cuñado.
– ¿Recuerda los nombres de los Hércules?
Bueno Raúl, Jaime creo, el otro no lo recuerdo.
En eso ocurrió un incidente, que de pronto, lo que estábamos tratando era detectar infiltraciones del ejército en la RN, detectar informaciones que tenía el ejército por parte de la RN y que nosotros mirábamos raros que supiera el Ejército tantas cosas de nosotros.
– ¿Algún hecho que recuerde?
Pues, es que hubo una movilización aquí, a una parte de San Salvador, en donde le dieron la vuelta al cerro, bajaron a una iglesia a un cantón por allí, y ya los estaban esperando emboscados, o sea que sabían toda la operación. El ejército y la Policía se colocó tan bien porque sabían dónde iba a llegar la RN. Nos hicieron una cantidad de bajas muy grande. Entonces, estábamos tratando de determinar eso.
– ¿Que año fue?
Siempre en el 82, ha de haber sido abril mayo, algo así. El grupo decidió regresarse a esa parte del volcán y dar la vuelta para poder llegar al cerro de Guazapa por todos los extravíos habidos y por haber, y el jefe dijo que no, y utilizaba por ejemplo lenguaje muy radical y utilizaba imágenes que eran incuestionables: “pues el Che Guevara en Cuba habría tomado camiones y se abría ido…”, pero había una situación diferente, agarrar camiones aquí, cerca de San Salvador, para cruzar todos estos caminos que estaban llenos de puestos de control, era un suicidio y la gente se reveló, y le dijeron: “¿usted quiere que nos maten, verdad?” y era el jefe, el hombre de confianza de Ferman Cienfuegos, y el jefe de la zona, no de Guazapa, sino de occidente de Santa Ana.
A nosotros nos pareció muy raro y empezamos a buscar información sobre él y empezamos a informarle a la dirección que había una infiltración en el mando de la RN, porque no hay otra explicación.
Todos los lugares donde la RN levantaba cabeza en Santa Ana los decapitaban, no se pudo levantar la revolución en Santa Ana porque el jefe de la RN era un hombre puesto allí por jefe de la policía, el Coronel Nuila (Reynaldo López), era un infiltrado de la policía.
– Charles Clemen creo que en su libro relata ese hecho
Nosotros nos dimos cuenta, la RN defendió este tipo a capa y espada, tuvimos una discusión por eso, pero se nos dijo que estábamos mal.
– Este es el mismo que discutía con Raúl Hércules.
No, no, este tenía posiciones ideológicas muy cercanas a las FPL, diría yo, tal vez demasiadas cercanas, no sé ni estoy presuponiendo que hubiera sido mandado por las FPL.
– Pero usted me decía que el que más chocaba con Raúl Hércules fue el mejor hombre para la inteligencia.
Sí, era el que estaba conmigo para la inteligencia, él me lo puso, me puso su enemigo, Raúl tan incapaz que me puso a su peor enemigo.
– ¿Y este era él que estaba relacionado con las FPL?
Sí, simpatizaba mucho con las “efes (FPL)”, pero no miraba que tuviera una cuestión orgánica, pero cuando estuvo en Cuba, en Nicaragua, llegó a identificarse con ellos mucho. Entonces, él llegaba, hacía críticas y yo veía que muchas de las críticas tenía razón, sobre todo, cuestionaba el hecho que había un combatiente muy valeroso, que Raúl Hércules vio que había crecido mucho… jefe caudillo de todos en el cerro, un muchacho muy joven, Raúl lo mandó a capturar en secreto y lo fusiló.
Este muchacho, el que cuestionaba mucho a Raúl, preguntaba sobre este otro compañero. Era un dirigente nato muy querido entre los muchachos de Suchitoto.
Este muchacho que estaba conmigo en la inteligencia llegó un día y le dijo a Raúl, dónde está Carmelino (por decirle un nombre), está entrenándose en Cuba, respondía Hércules, no es cierto, fulano acaba de venir de Cuba y no está; seguramente ya lo trasladaron a Managua, replicaba Hércules, llamaban a otro compañero, y negaba la versión de Raúl, luego Raúl decía: a él lo tenemos en la metro, y siempre había alguien que lo desmentía.
Finalmente yo le dije: Raúl, yo no puedo defender a nadie que fusila a sus propios compañeros.
Yo le dije en la mitología Griega había un Dios que mataba a sus hijos, no puede ser la RN igual que ese Dios que mataba a sus hijos. Finalmente, hubo que arrinconarlo, y reconoció que había fusilado a “Carmelino” y que era porque era un “infiltrado”. Sacó del aire para justificar, nada más eran rivalismos, celo de autoridad y celos hasta por féminas.
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