Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
Abby Maxman, titular de Oxfam América señaló que la exclusión económica, política y social a la que sobrevive la mayoría de la población del país, percibida por la falta de oportunidades a nivel laboral y de acceso a la educación, son solo algunos de los factores estructurales que causan la migración.
“Las caravanas que salen hacia Estados Unidos, son en su sentido más fundamental una forma de protesta contra la negación de los derechos humanos y las políticas públicas fallidas de los gobiernos de Centroamérica, que han gozado del apoyo de los Estados Unidos durante décadas”, agregó.
La confederación expuso que la situación de las mujeres, en este tema, es desfavorable respecto los hombres y se relaciona con el acceso y control de los recursos. La violencia se vuelve un detonante que causa la migración de las mujeres, a la vez en un factor de riesgo para ellas durante todo el proceso migratorio.
La violencia sexual está presente en todo el tránsito de la mujer migrante. Además de estar expuestas a esta acción, se sienten desprotegidas por las instituciones que aunque reconocen el problema, señalan que no existe un recurso específico para abordar la situación.
El tráfico de personas, es otro de los riesgos que enfrenta este grupo poblacional en la fase de tránsito, “ya sea porque desde el comienzo se ha pagado a una persona u organización para realizar la ruta o bien, porque en el tránsito caen en manos de los traficantes”.
“Esta es una de las situaciones más comunes y complicadas a las que hacen frente las mujeres, adolescentes y jóvenes migrantes (…), las mujeres a falta de protección legal las colocan en objeto de abuso y riesgo de violación de derechos, situación de discriminación que no se parece en nada al imaginario que tenían cuando tomaron la decisión”, manifestó la fuente.
La modalidad de retorno no es “tan diferente”, más si es obligatoria. Expuso que, “la deportación a veces ni siquiera es una vuelta al punto de partida, pues el lugar donde se les retorna generalmente se encuentra en zonas fronterizas del país de origen o en las capitales, y desde ahí deben reiniciar su proceso.
Muchas veces la deportación, es solo otro momento en el que las mujeres y jóvenes deciden iniciar de nuevo la ruta migratoria hacia el país que las ha “devuelto”, generando frustración personal de encontrarse otra vez, en el punto de partida.