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EL CONTROL POLÍTICO SOBRE LA PROCURADURÍA PARA LA DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS (PDDH) EN EL SALVADOR

Hugo Fajardo Cuéllar. *

La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), es una institución que surgió en El Salvador como producto de la firma de los Acuerdos de paz, firmados por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) Y el Gobierno de El Salvador (GOES), con la mediación de la Organización de las Naciones Unidas(ONU), el 16 de enero de 1992; los cuales le pusieron fin al conflicto armado que vivió nuestro pais de 1980 a 1992.

La creación de la PDDH, constituye uno de los acuerdos de paz muy importante y clave para la reconstrucción de El salvador después de salir de un conflicto armado que dejo más de 75 000 víctimas civiles, a las cuales se le  violentaron sus derechos humanos ; por lo que dicha institución surgió con el fin fundamental de investigar la violación  de los Derechos Humanos cometidos por ambas partes en la guerra y para seguir investigando y tutelando las violaciones a los mismos, posterior al conflicto armado hasta nuestros días.

En tal sentido y dentro de ese contexto la tesis que se argumenta en este artículo es que “Con la elección de la nueva titular de la PDDH, El Salvador se enfrenta a una especie de control político por parte del oficialismo a dicha institución, dicho control, constituye una estrategia que en el marco de la actual gestión presidencial de corte autoritaria se consumó en la  Asamblea Legislativa servil al poder ejecutivo, mediante la votación de la mayoría aritmética de diputados del partido en el gobierno, y sus aliados, para garantizar la elección de una persona a fin del proyecto político  oficial, pese a estar fuertemente cuestionada por haber realizado  actos de nepotismo y de corrupción, contrarios a la Ley de Ética Gubernamental, cuando estuvo en el mismo cargo, en el periodo 2016-2019.

El control político a la PDDH, es entendido sencilla y concretamente como la elección de una persona que dirigirá dicha institución en los próximos tres años (de 0ctubre de 2022 a octubre de 2025), en sintonía con los intereses políticos del partido oficial, con lo cual se socaba o se anula por completo el espíritu de independencia y autonomía que los acuerdos de paz le confirieron a esta nueva institución, de manera legal y legítima tanto a nivel nacional como internacional, para promover y defender los Derechos Humanos de la población salvadoreña. En tal sentido dicho control político implica plantearse, las siguientes reflexiones importantes, que atañen con el futuro de los Derechos Humanos en El Salvador y de la misma PDDH.

1) Los Derechos Humanos no admiten ningún color político ni ideológico. Puesto que su naturaleza o esencia radica en promover y defender por igual a toda persona ante la violación a sus derechos fundamentales. Esto significa que lejos de estar al servicio del poder político del Estado o sus gobernantes, los Derechos Humanos deben ser un mecanismo de defensa de todo ser humano ante los abusos de autoridad que puedan cometer los gobernantes o cualquier otro sector con poder en la sociedad.

2) Siendo una de las características esenciales de los derechos humanos, que son Universales, por lo tanto, deben ser no solo promovidos sino también respetados por los Estados de todos los paises del mundo, en función de garantizar a toda persona el goce de los mismos independientemente de su condición social, política, económica, religiosa y de cualquier otra índole. De tal manera que debe cumplirse con lo establecido por el artículo 30 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:” Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”.

En tal sentido La violación a dichos derechos ya sea por el Estado o por cualquier persona o grupo social, que actúen en contra de la ley, deben ser enjuiciados conforme a las reglas establecidas por la constitución de la república y las normas internacionales relativas a derechos humanos, respetando en todo momento el debido proceso. Lo anterior significa que los Derechos Humanos deben ser respetados aun en tiempos de regímenes de excepción impuesto por un Estado determinado, para que dicho régimen no se convierta en un sinónimo de violación a dichos derechos.

3) Es importante destacar que la PDDH, fue creada como fruto de los Acuerdos de Paz, el 20 de febrero de 1992, por el decreto Legislativo No 183, la cual según el artículo 2, es una institución independiente y con autonomía administrativa, y su titular, o sea el procurador(a), no dependerá en el ejercicio de su cargo de ninguna institución, órgano o autoridad del Estado y solo estará sometido a la Constitución y a las leyes de la república. (art, 4, inciso 2).

4) Ese espíritu con el que fue creada la PDDH, tal y como lo expresan los artículos antes mencionados, se ha  venido deteriorando desde gobiernos anteriores; y actualmente  se pone en tela de juicio, desde el momento que la bancada oficialista del partido Nuevas Ideas, elige a una persona que no tiene las mejores credenciales ético morales para ocupar dicho cargo, pero que políticamente es de generales conocidas, que será una pieza al servicio del interés político del partido en el gobierno tal y como ha sucedido con la imposición de  otros funcionarios del Estado.

5) Finalmente y como consecuencia de las reflexiones anteriores, habría que concluir que el futuro de los Derechos Humanos y de la PDDH, no presenta buenos augurios, para El Salvador; ya que, durante la pandemia, y la imposición del régimen de excepción que desde marzo a la fecha (01-11.22) sigue vigente, la violación a dichos derechos se ha incrementado sin que el Estado, o el gobierno, asuma su responsabilidad en el asunto. Por lo que es lógico deducir que, con una titular de la PDDH, que asume dicha institución, como la ungida en una elección, que, si bien goza de una mayoría legal, pero carece de una legitimidad moral, los derechos humanos son cada vez más inciertos para la mayoría de la población.

* Sociólogo y Abogado, con Maestría en Derechos Humanos y Educación para la Paz, Catedrático de la Universidad de El Salvador. Actualmente es coordinador de dicha Maestría en la Facultad Multidisciplinaria de Occidente (UES).

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