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El COP-28 sin propuestas reales para atenuar crisis climática mundial

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

“La Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático (COP-28) son muchos discursos, y pocos avances”, dijo Carolina Amaya, del equipo coordinador de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), en vísperas de la reunión mundial de las naciones desarrolladas y en vías de desarrollo, para debatir sobre la amenaza del cambio climático en el planeta.

“De cara a la COP 28, la credibilidad de los gobiernos y del propio régimen climático internacional está en juego, debido al vínculo directo de la presidencia de la COP con la industria petrolera y la influencia de industria de los combustibles fósiles”, señaló Amaya.

La Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) junto a la Mesa Afrodescendientes de Centroamérica y el Caribe por la Justicia Climática (AfroClimaCC), presentó sus valoraciones sobre el nuevo encuentro de 198 Estados en la próxima COP 28, a celebrarse en la ciudad de Dubai, Emiratos Árabes Unidos, entre el 20 de noviembre al 12 de diciembre próximo.

En los últimos años estos Estados y las corporaciones han venido proponiendo “recetas mágicas”, alejadas de la realidad que viven otras naciones que se ven anualmente afectadas por la crisis climática, dijo.

“Esta influencia de las empresas petroleras y otras industrias que se benefician de la crisis climática lo que hacen es obstaculizar algún avance en el entorno de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático”, señaló.

“Nos parece que todas las negociaciones y discusiones están orientadas a que avance otro tipo de propuestas, siendo la industria petrolera la que está a la vanguardia de la presidencia de la COP, que nosotros consideramos la falsa solución a las crisis climática”, agregó Amaya.

Sobre las “falsas soluciones”, Amaya, mencionó el impulso de proyectos y megaproyectos de otras industrias que se “benefician de la crisis”, y que están contribuyendo a exacerbar las vulnerabilidad de los Pueblos Afrodescendientes, y los Pueblos Indígenas y las mujeres que tienen una relación de eco-dependencia con la naturaleza.

“Cualquier alteración al territorio tiene repercusión en el tejido de la vida, y por supuesto en el desarrollo de la persona y ecosistema tal y como lo soñamos los y las ambientalistas. Son falsas soluciones donde se orientan las negociaciones del clima en términos de dar luz verde para crear toda una institucionalidad de falsas soluciones”, indicó Amaya.

En cuanto a las investigaciones de la ciencia (IPCC), en su más reciente informe señala que la “influencia humana” ha calentado el clima a un ritmo sin precedentes. En al menos los últimos 2 mil años, calentando al mundo +1.2oC , desde el período preindustrial.

Y a pesar de contar con esta evidencia contundente de la magnitud de la crisis en ciernes, la COP 28 se realizará sin propuestas que respondan a este escenario catastrófico, aclaró la antropóloga Naomí Dueñas, de la UNES.

“Estas industrias, bancos y financieras se preparan para pasar por la COP 28, e ignorar la crisis climática y los impactos que genera, comenzando a ofrecer soluciones mágicas o respuestas a esta crisis que ellos mismos han provocado”, manifestó.

“Estos grandes países industrializados comienzan a crear estas grandes guías, a enseñar a estos territorios empobrecidos -por ellos mismos-, de ¿Cómo hay que reducir las emisiones (GEIS)? y como reducir la contaminación, cuando son ellos mismos, quienes contribuyen a este calentamiento global”, reiteró Dueñas.

Asimismo, criticó que entre las “falsas soluciones” se promuevan a través de los países industrializados, que a través de la naturaleza operan bajo un concepto de “maquillaje verde”, que termina por instrumentalizar la naturaleza y presentan soluciones, cuando son estas industrias las que han creado la crisis climática.

“Instrumentalizan también las prácticas históricas de Pueblos Indígenas y Pueblos Afrodescendientes, de pescadores, de campesinos y otros sectores para tapar esta destrucción provocada por estas empresas, dando pie a esta ola de despojo de territorio, de fauna y de poblaciones”, consideró.

“Hay incrementos de monocultivos y el uso excesivo e intensivo de la tierra, que está acentuando los cambios climáticos, que provoca degradación de los suelos y está debilitando la capacidad actual y futura para sostener estos ecosistemas”, reafirmó Dueñas.

En cuanto a la propuesta de la “agricultura climática”, la antropóloga, consideró que era una propuesta para reformar y presentar estos sistemas agrícolas, a fin de apoyar a grandes empresas agroindustriales, las que al final desplazan la agricultura campesina y familiar, terminando con estas prácticas de saberes milenarios de semillas criollas, acaparando grandes extensiones de tierra y generando dependencia agrotóxicos y deterioro salud humana, lo que solo era “ganancias”para las agroindustrias.

Mientras, Lidia García, de la Mesa Afrodescendiente de Centroamérica y el Caribe por la Justicia Climática (AFROCLIMACC), indicó que la región está identificada como la de mayor vulnerabilidad al cambio climático, que tiene repercusiones profundas y desproporcionadas sobre los derechos de las y los afrodescendientes.

“Los derechos a la vida, la salud, la vivienda, la alimentación, la educación y los medios de subsistencia, son repercusiones que están vinculadas al racismo histórico y estructural, el cual ha llevado a comunidades de afrodescendientes a situaciones de marginación, exclusión y pobreza”, alegó García.

Y en este contexto de crisis climática y ambiental, este escenario es el resultado del modelo económico global basado en el extractivismo, la explotación indiscriminada de los bienes naturales y el consumo excesivo, que solo favorece a unos pocos en detrimento del bienestar de las mayorías, agregó.

“Expresamos nuestra voluntad de formar parte de los debates colectivos en torno a la demanda urgente de una transición justa para los pueblos y la naturaleza. Nos sumamos en la búsqueda de una justa transición energética, alimentaria, económica y ecológica que promueva otros modos de vida y de sociedad”, afirmó.

“Una sociedad que incluya de manera urgente la reparación de todas las deudas históricas, raciales, sociales, ambientales y con la naturaleza bajo un enfoque de justicia climática y racial. Los afrodescendientes suelen ser objeto de abusos de derechos humanos por parte de las industrias extractivas y los gobiernos, y por eso como defensores enfrentamos la violencia y amenazas en muchos casos”, sostuvo García.

Como organizaciones ambientalistas la UNES y AfroClimaCC señalaron su compromiso de emprender desde el ámbito internacional y nacional, las transformaciones profundas al modelo de distribución, producción y consumo dominante, el cual es insostenible con la biocapacidad del planeta.

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