Carlos Girón S.
Según averiguaciones sobre este enigma del Cristo Cósmico, and encontramos que para quienes se dedican a estudios místicos y esotéricos, Él es un espíritu o fuerza cósmica, cuya finalidad es la de guiar a la humanidad a una “evolución espiritual”. Le llaman también el Cristo Solar ó el Rayo Dorado, diciéndose que incluso reciben mensajes por canalización (espirtismo).
Para otros, el Cristo Cósmico es una jerarquía que ocupa el instructor mundial Maitreya (Maitreya Buda para los budistas). Para otros, además, el Cristo Cósmico es un Amor Universal. Igualmente hay muchos que piensan que Jesucristo es una energía cósmica, universal, divina o crística. Esa energía crística sería una creencia en una energía divinizada que actúa exactamente como la “bioenergética de la nueva era”. Eso es lo que he hallado en algunas indagaciones hechas.
Por otro lado, lo que yo sé de buena fuente es que, de acuerdo con la que se llama Tradición Primordial, que representa enseñanzas esotéricas y espirituales de muchos países orientales, de donde la Tradición llegó a los países occidentales, ha mantenido que por esta época de Navidad, en que se celebra el Advenimiento de Jesús a la Tierra, ciertamente desciende sobre ésta, como uno de los más grandes misterios de la existencia, una Fuerza Divina que impregna la atmósfera y capas del planeta y –lo más importante–se insufla en el alma y el corazón de nosotros los seres humanos, trayéndonos un cúmulo de bendiciones y bienaventuranzas, de las que generalmente, el común de las personas no se dan o no nos damos cuenta..
Dicha revelación es la que explica la atmósfera de paz y alegría, de regocijo interior, que se siente y percibe en el ambiente, y las personas se sienten inclinadas a tener tolerancia, comprensión y hasta amor para quienes están cerca o les rodean.
Ciertos conocimientos secretos a los que –como un privilegio en mi vida—tengo acceso, afirman que lo que en verdad ocurre es que en estos propios días se conmemora el Nacimiento de Jesús, Quien fue la encarnación de la mayor Fuerza Cósmica del Universo en la Tierra, por lo que es para los humanos el momento o los momentos especiales o ideales para que abramos nuestra consciencia y unirla a ella, es decir, estar en armonía y recibir grandes beneficios.
Naturalmente que no es cosa así nomás para sentir en nosotros esa Fuerza Cósmica, Divina, que, puede decirse con toda propiedad, que es Dios, y que Jesús fue Su Encarnación; para ello es indispensable tener o estar preparados, primeramente, dándonos cuenta de lo que se trata, en qué consiste el misterio, y luego vivir una vida limpia, de mucha espiritualidad y hasta santidad; con pensamientos y sentimientos elevados y nobles; anhelando sentir ese contacto, esa armonización con las sublimes energías que emanan del Cristo Cósmico, o de Dios, como Su encarnación.
No podemos esperar tener y recibir ese regalo celestial si no hacemos un paréntesis en nuestras costumbres materialistas habituales, sin detenernos en la carrera alocada que llevamos por alcanzar únicamente objetivos egoístas, ambiciosos, olvidando por completo el aspecto espiritual de nuestras vidas y las de los demás.
Los regalos que nos intercambiamos las personas en las épocas como esta de la Navidad, más bien son símbolos de aquel materialismo que nos invade. Bueno sería que muchos de los regalos fueran simbólicos y relacionados con el misterio de aquella Venida de Jesús a la Tierra. Por ejemplo, regalarnos a nosotros mismos o a los familiares y amigos, libros que hablen de la Vida y persona de Jesús, el Cristo, pues los hay muchos. Que hablen de Su adolescencia, ya que apenas se conoce lo de Su niñez, junto a Sus padres y Sus visitas a las sinagogas, conde impresionaba a los sacerdotes por Su singular sabiduría, pese a Su corta edad, como lo relata la Biblia, sin que se conozca más de lo que hizo o dónde anduvo durante el tiempo de los 12 o 13 años a los 33 en que aparece para comenzar Su Ministerio y vivir la Pasión y Muerte.. Unos muy buenos de esos libros son los que escribió el Dr. Herbert Spencer Lewis, como son “La Vida Mística de Jesús” y “Las Doctrinas Secretas de Jesús”. Un regalo de éstos sería ciertamente muy singular y valioso, ya que serviría para identificarse con la Persona o Personalidad de este Gran Avatar, que es considerado como el más grande de todos los que han venido a la Tierra. Él nos trajo la enseñanza del Amor y el Perdón; cómo amar al prójimo y hasta el enemigo.
La Humanidad necesita en gran medida conocer el verdadero significado de la época de Navidad y, sobre todo, conocer cómo prepararse para la llegada, el advenimiento de esa gloriosa Fuerza Cósmica, o Consciencia del Cristo Cósmico –que es la misma de Dios, para ser limpiada de muchos de sus pecados y aliviada de sus tantos dolores y sufrimientos…