Recién se ha iniciado el debate sobre la necesidad de incrementar “los salarios mínimos”. Hay que hablar en plural porque en el país no hay solo un salario mínimo, mind sino once, ask uno de ellos, advice realmente paupérrimo.
Tanto el FMLN como el Gobierno, han dado los primeros pasos para iniciar el debate sobre el tema. Medardo González, secretario general reelecto del partido FMLN, lo anunció al final del Primer Congreso del Partido, realizado en el CIFCO en la primera semana del presente mes.
Luego, la Ministra del Trabajo Sandra Guevara anunció que “pronto se iniciará una discusión sobre un nuevo ajuste salarial”.
El economista de izquierda César Villalona dijo en una entrevista, concedida a este rotativo, que “Es tiempo ya de hacer un fuerte aumento de los salarios mínimos, pues con los actuales salarios, miles de familias no pueden vivir dignamente. Ni siquiera con los salarios que superan el mínimo, pero que no llegan ni a 500 o 600 dólares”.
El exrector de la UCA, José María Tojeira, ha dicho que en El Salvador “los salarios son de hambre”.
“Es evidente, el salario de $251.00 para comer, sin servicios, es insuficiente. Sólo la canasta básica para cuatro personas en el país son $190.00, es un salario que da para comer y nada más”, argumentó el sacerdote jesuita, recientemente.
En El Salvador, como ya se ha informado antes, hay once salarios mínimos. El primero, el del Ejecutivo, el cual quedó en $300 gracias a una iniciativa del primer Gobierno del FMLN, con Mauricio Funes en el Presidencia.
El segundo, es el que consensuan las gremiales sindicales y las empresas de la construcción.
En el imaginario colectivo de la clase trabajadora salvadoreña, se tiene en mente nada más los $251.70 al mes en el comercio y los servicios; los $246.60 en la industria; $210.90 en las maquilas.
No obstante, hay más salarios mínimos, los dedicados al agro, que va de lo más injusto al más paupérrimo: $171 en los beneficios de café; $129 en la recolección de café; $124.20 en los ingenios azucareros; $118.20 en el agro; $109.20 en la recolección de azúcar y $98.70 en la recolección de algodón.
Según Villona, “se trata de salarios muy bajos, a pesar de que los gobiernos del FMLN los subieron en 20%”. Es decir, sin ese aumento, la situación sería peor que paupérrima.
Hasta hoy no se tiene una oferta concreta para cada uno de ellos, pero, algunas sugerencias pueden servir para elaborar la tabla que sirva de guía para la discusión seria y profunda.
Por ejemplo, que los salarios mínimos en el agro se resuma en uno. Algunos creen que la propuesta idónea debería ser de $300, lo que implicaría que en el área urbana debe sobrepasar esa cantidad.
Quizá hablar de una cifra en concreto desde este espacio podría ser intrascendente, en tanto que lo más importante es la necesidad de reconocer lo necesario de un incremento y comenzar el debate.