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El “democrático” y “transparente” Bukele critica el “fraude” en Venezuela

Por Leonel Herrera*

Es difícil saber si hubo o no fraude en Venezuela. El sistema electoral de este país es uno de los más confiables de Latinoamérica y del mundo; pero afecta su credibilidad el control oficialista de sus instituciones. Por otro lado, fue evidente la campaña opositora de encuestas falsas para proyectar un triunfo opositor.

De lo que sí, no hay ninguna duda, es la falta de solvencia moral de personajes como Nayib Bukele para denunciar “fraude” en la nación sudamericana. El presidente inconstitucional de El Salvador no tiene una pizca de estatura ética para cuestionar las elecciones presidenciales venezolanas, aún si realmente éstas fueran fraudulentas.

“Lo que vimos ayer en Venezuela no tiene otro nombre más que fraude”, escribió el autócrata salvadoreño en su cuenta de la red social X (antes Twitter), refiriéndose a los comicios del pasado 28 de julio, en los que -según el Consejo Nacional Electoral de Venezuela- ganó Nicolás Maduro con el 51% de los votos, logrando la reelección para un tercer mandato consecutivo.

“Una elección donde el resultado oficial no tiene relación con la realidad. Algo evidente para cualquiera”, agregó Bukele, tomando como válidas las denuncias de fraude que ha planteado la oposición venezolana, que dice haber obtenido el 70% de los votos y ha declarado “presidente electo” a su candidato Edmundo González Urrutia.

Es una total desvergüenza que denuncie “fraude” en otro país un gobernante que se reeligió fraudulentamente en el suyo. Nayib Bukele violó varios artículos de la Constitución que prohíben expresamente la reelección presidencial continua, amparándose en una resolución espuria de una Sala de lo Constitucional cuyos magistrados fueron nombrados ilegalmente.

Para esto, la mayoría legislativa oficialista primero destituyó en forma arbitraria e injustificada a los magistrados legítimos de la Sala. Una investigación periodística de las revistas Gato Encerrado y Factum reveló que algunos magistrados fueron obligados a “renunciar” bajo amenazas directas del secretario jurídico de la presidencia Conan Castro, quien actuó en nombre de Bukele.

https://gatoencerrado.news/2023/10/03/el-maton-de-bukele-que-opero-el-golpe-al-poder-judicial/

El ultraderechista salvadoreño también logró su reelección sometiendo al Tribunal Supremo Electoral (TSE), instancia que acató el fallo inconstitucional de la Sala y avaló la ilegal candidatura oficialista bajo la amenaza de enfrentar represalias del régimen bukeliano. El magistrado Julio Olivo admitió públicamente que “había temor” en la mayoría de miembros del ente electoral.

https://diario.elmundo.sv/politica/julio-olivo-hay-una-situacion-de-miedo-en-el-tse

El gobernante autoritario también se impuso cambiando las reglas electorales y remarcando la cancha electoral a su favor. Por ejemplo: para presionar e intimidar a los magistrados del TSE, sus diputados aprobaron una reforma que establecía condenas de hasta 15 años de cárcel para los funcionarios electorales que “obstaculizaran la inscripción de candidaturas”.

El presidente que denuncia el “fraude” en Venezuela también se reeligió en unos comicios escandalosamente fraudulentos, donde hubo sustitución de miembros de las juntas receptoras de votos designados de TSE  por partidarios de Bukele y se mantuvo la propaganda oficialista e inducción al voto en los centros de votación.

También hubo caídas del sistema de registro y transmisión de resultados; duplicación y triplicación de votos en los primeros resultados publicados; actas sin firmas o sin sello; urnas con un número de papeletas mayor al padrón electoral; papeletas extraviadas y papeletas marcadas con plumón o sin doblez, que probablemente fueron marcadas después de las elecciones.

Para reelegirse ilegalmente, Bukele también montó una feroz campaña de miedo, que amenazaba con que las pandillas volverían si ganaba la oposición; utilizó el régimen de excepción como estrategia electoral; abusó de los fondos públicos para fines propagandísticos y puso el aparato estatal en función electoral. Fue el fraude total. El peor desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992.

https://www.diariocolatino.com/fraude-total/

Así que el gobernante inconstitucional salvadoreño no tiene cara para denunciar fraude en otro país: es -como dice el dicho popular- “burro hablando de orejas”. Nayib Bukele debería dejar que el oficialismo venezolano transparente el triunfo que proclama o que sus amigos de la oposición ultraderechista presenten las pruebas del fraude que denuncian.

*Periodista y activista social.

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