Tomado de Univisión
Una serie de crisis sin precedentes, entre ellas la pandemia de covid-19, han hecho retroceder el progreso de la humanidad a niveles de hace cinco años.
Eso de acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), creado por Naciones Unidas para medir el avance de la humanidad por factores como la esperanza de vida, los niveles de educación y el ingreso per cápita, y no tanto por el producto interno bruto de los países.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), el IDH marcó un segundo retroceso consecutivo (2020 y 2021) por primera vez desde que fue creado hace 30 años.
Un informe del UNDP titulado “Tiempos inciertos, vidas inestables” señala que tras haber crecido durante décadas, la crisis del coronavirus, hizo que el IDH comenzara a retroceder. La tendencia que continuó al año siguiente hasta hacerlo caer a niveles de 2016.
El informe culpa fundamentalmente a la pandemia de COVID-19, pero también señala a crisis políticas, financieras y otras vinculadas al cambio climático como otros elementos que han contribuido a impedir la recuperación.
Y señala que se trata de un fenómeno verdaderamente global, ya que ha afectado a más del 90% de los países del mundo. Suiza, Noruega e Islandia son los que mejor IDH presentan, mientras los peores son Sudán del Sur, Chad y Níger.
La caída de la esperanza de vida
“Significa que vamos a morir antes, tenemos menos formación y nuestra capacidad adquisitiva está bajando”, le dijo a la AFP el jefe del UNDP, Achim Steiner.
“Solo con estos tres parámetros, puedes tener una idea de por qué tantas personas se sienten desesperadas, frustradas y preocupadas por el futuro”, agregó.
Steiner reconoce que ya anteriormente ha habido desastres y conflictos pero la confluencia de crisis actual supone un “enorme golpe para el desarrollo humano”.
Uno de los elementos que más ha afectado al IDH global ha sido la reciente caída de la esperanza de vida, desde los 73 años en 2019 a 71.4 en 2021.
El autor principal del informe del UNDP, Pedro Conceicao, calificó este dato como “un shock sin precedentes”, destacando que algunos países, entre ellos Estados Unidos, han experimentado caídas por dos años o más.
Otros factores son el cambio climático y la polarización política, que han propiciado un nivel de incertidumbre “nunca visto en la historia”.
Un elemento positivo del informe es que las mejoras son posibles con un enfoque en tres áreas: inversión en energía renovable y preparación para futuras pandemias, seguros para amortiguar los shocks e innovaciones para fortalecer la capacidad de enfrentar futuras crisis.