Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
El centro histórico de San Salvador, núcleo urbano de la capital del país, en cuyas calles transitan alrededor de 22,400 personas diariamente, ha quedado desierto, enmudecido y paralizado. La Emergencia Sanitaria por el COVID-19 ha desterrado a quienes laboran, habitan, conviven o consumen en los principales comercios de la tenaz urbe.
San Salvador -según información oficial de la alcaldía municipal- está definida en tres zonas: la primera es el “Microcentro”, con veintisiete manzanas de extensión, identifica los inicios de la “época colonial” al siglo XIX, que es fundación principal. El segundo perímetro es el “Centro Ciudad”, es el crecimiento hacia el poniente de la ciudad y tiene una extensión de 31 manzanas que, sumado
al microcentro, engloba 59 manzanas, que marca el crecimiento de San Salvador hasta 1870, que da paso a residencias, comercio e instituciones oficiales. Y el tercer contorno, que es el más amplio de los dos anteriores, es conocido como el “Centro Consolidado”, que lo caracteriza por su extensión y desarrollo en los cuatro puntos cardinales de la periferia. Con una extensión de 142 manzanas, que al constituirse como
“Centro Histórico” alcanza una extensión de 200 manzanas.
Sus emblemáticos edificios como Catedral Metropolitana, que resguarda los restos mortales del primer santo salvadoreño, monseñor Óscar Arnulfo Romero, comparte lugar con las principales plazas como la Cívica o Capitán Gerardo Barrios, que saluda la entrada del Palacio Nacional.
La Plaza Francisco Morazán, que comparte vecindad con la joya arquitectónica del Teatro Nacional, referente cultural y la Plaza Libertad, lugar histórico por los eventos sociales y políticos acumulados desde los años sesenta hasta la firma de los Acuerdos de Paz, actualmente vacías, ha logrado adormercer el bullicio cotidiano.
Así también, las principales avenidas como la España y Cuscatlán lucen sin tráfico vehicular, solamente las recorre algún trabajador rezagado o por personal de salud que no pudo encontrar el “dispositivo de transporte oficial”, que les asegura acercarlos a sus lugares de trabajo o vivienda. Ivonne, enfermera del Hospital de Niños y Niñas “Dr. Benjamín Bloom”, comenta: “Voy para Panchimalco y si no encuentro transporte en la terminal me tocará irme caminando”.
Desde el 11 de marzo del presente año, cuando el presidente Nayib Bukele declaró la cuarentena por los primeros treinta días, por la pandemia mundial del nuevo coronavirus, y esta segunda de quince días, con acciones más drásticas, ha enfrentado a miles de salvadoreños y salvadoreñas a cambiar sus “modos de subsistencia” y prepararse ante un nuevo reto a futuro.
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