Ramón D. Rivas*
En días recientes se celebró en nuestro país el día del maestro. Gratificante para mí fue el encuentro que tuve, cialis en esa ocasión, con los docentes del CENAR que equivale al Centro Nacional de Artes, quienes habían preparado, para esa ocasión, un bonito acto acompañado de discursos, presentación artística y sin faltar los panes rellenos de gallina y refrescos que vino a hacer más placentero ese magno acontecimiento. En esa ocasión me dirigí a los maestros reunidos con estas palabras que ahora comparto con los lectores: he dicho a ellos que me era grato celebrar una fecha muy especial dedicada al maestro salvadoreño, y dentro de los cuales hoy vamos a reconocer la labor hecha por 20 profesores de esta institución que por varias décadas han formado a cientos de jóvenes salvadoreños en las diferentes disciplinas del arte. Entre los galardonados se encuentran los compañeros Mirna Agrega, Israel Bojorge, Ricardo Martínez y Oscar Martínez, quienes por muchos años han brindado sus conocimientos artísticos en el Centro Nacional de Artes. Ellos suman muchos años de experiencia en la labor docente, y han formado artísticamente a cientos de niños y jóvenes que fueron parte de las escuelas de Teatro, Música y Artes Visuales con las que cuenta la institución. Les dije que no cabe duda que ellos, los maestros congregados están en la mente de los cientos de jóvenes que se forjaron por el camino del arte. Que muchos de ellos lograron fortalecer sus competencias creativas; así como una cultura de participación, convivencia y pertenencia. Les invite a continuar trabajando en esta noble labor, porque el arte es una vía que nos muestra el reflejo de la sociedad, además de brindarnos un medio de expresión, nos brinda un medio para conocernos, para acercarnos a nuestra propia cultura e identidad. Les he dicho que de mi parte como Secretario de Cultura de la Presidencia tienen todo mi apoyo para impulsar en los próximos años una mejor formación artística en aquellas ramas del arte y aquellos que deseen profesionalizarse en él. Naturalmente que a sabiendas de las limitantes presupuestarias y de recursos con las que cuenta la institución, estoy seguro que podemos unirnos para poner todo nuestro empeño en continuar haciendo una labor que incluye perfectamente los cuatro saberes: ser, saber, hacer y convivir para lograr por su puesto el buen vivir. Y es que el ser está relacionado con las habilidades que se desarrollan en el proceso formativo del alumno, tales como la sensibilidad y la creatividad; el hacer implicar el taller, la práctica, el proceso en el que aprende la ejecución de la obra artística; y el saber se refiere a la apreciación estética y el saber-hacer la producción que es la obra. Les he dicho que todos estos elementos son los que deben proporcionar a sus alumnos y que no dudo que ya lo hacen. Y es que el resultado final de su trabajo es tener a un individuo que genera emociones, siente, identifica y expresa sus ideas a través de su propia manifestación creadora. Además, le brinda herramientas al individuo para poder desenvolverse y desarrollarse en cualquier ámbito ya sea laboral o social. Les di las gracias a ellos todos y al personal administrativo por impulsar esta noble labor y les manifesté que desde ahora, cuentan con un aliado para seguir trabajando por una mejor sociedad, más humana, más creadora, más sensible y sobre todo, más solidaria y pacífica que es lo que tanto anhelamos en este nuestro país. De esa gratificante experiencia considero que entre otras actividades es esa que urge organizar un festival, dígase de verano, y al aire libre, tipo las ferias de arte pero dispersos a lo largo y ancho de nuestro país, en los pueblos. En estos festivales muy bien pueden participar los artistas en sus diferentes disciplinas y esto sin lugar a dudas no solo despertará el interés en el resto de la población, principalmente entre los jóvenes, sino que estimulará la creatividad. Las salas de exposición deben aparecer plasmadas de arte, deben de jugar un papel fundamental en la exposición de obras de arte plástico, cerámica y escultura, entre otras. Y es que ya no se trata de improvisar, se trata de trabajar de una forma programática en donde los artistas deben ser los protagonistas principales y esto es educar desde el arte a nuestra población. Esto es trabajar para el desarrollo del ser humano y por ende para el desarrollo del país. Es la identidad apropiada por los artistas. Que la población en general sepa quiénes son los artistas, qué hacen los artistas y por ende su razón de ser. Y esto es pues en un país como el nuestro así de extraño como puede parecer pero nuestra gente aún no sabe quién es el artista que esculpió “La Chulona”, “El Cristo de la Paz” y “El Chulón”, allá en la avenida de La Revolución y esto solo para nombrar algunos ejemplos. La tarea es crear productos identitarios que nutran y consoliden nuestras señas de identidad.
*Secretario de Cultura de la Presidencia