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“El discurso del desarrollo es un cuento chino”: Julia Evelyn Martínez

Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino

“Mi planteamiento puede sonar un poco controversial para mis colegas economistas, pero debemos tener claridad que el concepto de desarrollo es un cuento chino, es falso, una mentira, a eso llamo yo cuento chino”, expresó Julia Evelyn Martínez, economista con enfoque feminista, en entrevista con Diario Co Latino.

En el marco del Tercer Encuentro Ecofemista, denominado “Trenzando Saberes para Defender Nuestros Cuerpos y Territorios”, El Salvador 2023, la economista Julia Evelyn Martínez abordó el tema de los aspectos socio ambientales y políticos en la región y la crisis climática ecológica.

– ¿Cómo concilia el discurso del desarrollo versus derechos humanos?

El relato o discurso del desarrollo es un cuento chino, ¿por qué? , bueno nos han obligado a pensar y actuar como si las condiciones de los países capitalistas industrializados -estoy hablando de Europa, Estados Unidos, Japón y China-.

Como si en estos países y esas regiones las acciones que siguieron para alcanzar el nivel de bienestar de su población que tienen en la actualidad, puede ser replicado y se puede solamente copiar y aplicar al resto del mundo, es decir, en los países del Sur Global.

Como que el modelo del bienestar que logran o que han logrado en los países del Norte Global, puede ser adoptado simplemente trasplantando a otros países y que al final vamos a tener los mismo resultados.

– ¿Por qué es difícil copiar estos modelos de bienestar?

Para empezar, porque los países industrializados que lograron ese nivel de bienestar de su población, de crecimiento o de innovación tecnológica o desarrollo industrial lo realizaron utilizando el método del colonialismo y del imperialismo.

Porque saquearon al Sur Global de sus recursos naturales, de materias primas, de la sobreexplotación de fuerzas de trabajo, de los recursos mineros, de los recursos madereros y otros. Lo saquearon del Sur Global.

Es por esa extracción, por esa sobreexplotación, esa expoliación y despojo, fue lo que permitió -digamos-, ese proceso de industrialización, de progreso industrial y, por tanto, el aumento y mejoramiento en los indicadores de bienestar de esos países.

– ¿El Sur Global tendrían que explotar también a otros?

Claro, pero eso no es posible, porque nuestros países tendrían que colonizar, volverse imperialistas y la pregunta es ¿A quién vamos a expoliar?, a los extraterrestres, a los mutantes que viven debajo en el subsuelo, no es posible replicarlo, por eso esto del desarrollo es un cuento chino.

A pesar de que ya se ha demostrado que eso no es posible, porque esas teorías de desarrollo son una invención de los países del Norte, pero para tranquilizar a los países del Sur, pues, se ha convertido en un discurso de los políticos y de los gobiernos -diciendo-, esto lo hacemos por el desarrollo o esto es el desarrollo para el país.

Cuando lo que necesitamos es sustituir este discurso del desarrollo, porque este discurso sólo está llevando a agudizar la crisis de sostenibilidad de la vida.

– ¿Cómo se instala esta crisis de la sostenibilidad de la vida?

Ese es un desarrollo que se basa en la urbanización acelerada y desordenada; se basa en la deforestación y monocultivos, en la degradación de los suelos y apropiación de más recursos naturales. Como en la explotación minera, que realmente han llamado crecimiento económico, que sabemos es extractivista.

Entonces, tenemos que olvidarnos de ese concepto de desarrollo y plantearnos en el lugar de los objetivo de las políticas públicas, del gobierno, de los Estados y la sociedad, es no llegar al desarrollo que conocemos, porque ese desarrollo es la sociedad de consumo. Sino, plantearnos que el objetivo sea llegar a una situación de pleno, absoluto e irrestricto respeto de los derechos humanos y mantenerse en balance.

– ¿Cómo un Estado puede garantizar este balance?

Cuando dicen derechos humanos no solamente serían los derechos políticos o de la ciudadanía, como la libertad de expresión, el derecho a la presunción de inocencia o el derecho a la vida. Sino, también, un componente de derechos económicos -como ejemplo- el acceso a empleos dignos, derechos sociales como el acceso a una red pública universal y solidaria de cuidados, la protección social que incluye todo el tema de las pensiones y de vejez, la salud pública y los derechos sociales y culturales.

Así también, el derecho a educarnos, el derecho a crear cultura, hacer cultura y reproducir esa cultura propia de los pueblos que a lo largo de los tiempos ha acumulado. Y tiene que ver con reconocer y proteger los bienes comunes, materiales y no materiales de los territorios, principalmente en el caso de El Salvador, sus municipios.

Y aquí aprovecho para destacar que esa reforma inconsulta y errada de ese proceso de reforma municipal -que se ha llevado a cabo-, por la Asamblea Legislativa como parte de este -régimen bukelista-, va en contra de los derechos económicos sociales y culturales de las personas que habitan esos municipios. Porque de raíz les están despojando no solamente de medios de vida, sino que, les está despojando de su patrimonio e identidad cultural, de su historia y eso al hacerlo están violando sus derechos humanos.

– ¿Esta crisis social cómo afecta a los pueblos y específicamente a las mujeres?

A estas crisis se les denomina de diferentes maneras, algunos hablan de crisis multidimensional, otros de crisis civilizatoria, pero, la mejor forma de describir la crisis actual que enfrenta nuestro país, nuestra región de Mesoamérica y el mundo y el planeta, es la crisis de la sostenibilidad de la vida. Porque en ese término de qué está en crisis, en peligro o bajo amenaza, es la vida en general, humana y no humana.

Eso es lo que se encuentra en peligro y esta crisis de sostenibilidad de la vida está ocasionando -precisamente- esta múltiple interacción de afectaciones, más las decisiones económicas que se toman a partir de la ganancia privada, de la ganancia del Capital, y con el despojo a las comunidades, pueblos y en especial las mujeres, de sus bienes comunes.

No es sólo un despojo en términos materiales, es un despojo de sus condiciones de convivencia, sus relaciones sociales y manera de vivir. Además, es el resultado del efecto que tiene el patriarcado sobre el cuerpo de las mujeres.

– ¿Cuál es el contexto económico actual?

Cuando unimos estas tres dimensiones: el sistema económico capitalista, el modelo de producción extractivista, junto con la violencia, y la sobreexplotación del cuerpo de las personas particularmente de las mujeres en los territorios, esto nos da esa combinación del problema de reproducción de la vida que estamos enfrentando actualmente.

Esto se debe porque para sostener la vida, se necesita que todas las personas puedan satisfacer de manera suficiente y continua sus necesidades vitales, pero, además, para mantener ese equilibrio necesitamos que esas condiciones que nos permiten satisfacer necesidades vitales se reproduzcan adecuadamente y normalmente a lo largo del tiempo.

– ¿Cómo puede generarse esta sostenibilidad de las necesidades vitales?

Garantizando las condiciones de los ecosistemas, la biodiversidad de un territorio, los ciclos naturales de la vida. ¿Por qué los ciclos naturales de la vida?, porque no es solamente el ciclo de la vida humana, sino también el ciclo natural del agua, el ciclo natural del oxígeno y para eso, se necesita la fotosíntesis, entonces, necesitamos que las plantas existan.

Se necesita el proceso natural de la polinización, y eso nos remite al ciclo de las abejas, de los pájaros, al ciclo de los insectos, entonces, empezamos a sumar y sumar todos esos ciclos naturales junto con la biodiversidad y los ecosistemas. Debemos estar convencidos -porque sabemos- que no es posible la reproducción de la vida sin la reproducción de la naturaleza, y de todas las condiciones que permiten la vida en este planeta.

– ¿Cómo se concilian estos conceptos con los gobiernos?

El problema es que las decisiones que toman los gobiernos, las empresas, los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) o los préstamos que entrega el Blanco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), todas estas decisiones se toman o se asumen con la idea que la economía existe como un subsistema independiente totalmente de otros subsistemas que componen la vida.

Aquí el gran desafío es empezar a asumirnos en el sistema económico, con los modos de producir y con los modos de consumir, como un subsistema que está integrado a un sistema más amplio que nos engloba que es la vida sobre este planeta y es la biósfera.

Esto es lo que necesitamos e implica un cambio en la manera que pensamos la economía, en que analizamos la economía y en la que diseñan las políticas públicas en el ámbito económico. Necesitamos un cambio radical, es decir, de raíz, del actual sistema económico.

– ¿Qué pasará de no hacer estos cambios de raíz en la economía salvadoreña?

Hay que entender y repetirnos hasta comprender que el sistema extractivo, es biocida, porque pone en peligro la vida y no sólo la vida humana, sino toda la vida del planeta.

Y si continuamos fortaleciendo el capitalismo, mediante reformas, maquillándose, salvándose cuando entra en crisis, entonces, lo único que estamos haciendo es acercarnos cada vez más a la muerte, a la extinción, y en primer lugar la vida humana.

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