Mientras el huésped de la Casa Blanca lanza amenazas hasta la saciedad o el hartazgo contra los gobiernos de Centroamérica que conforman el Triángulo Norte –Guatemala, Honduras y El Salvador-, centenares de hondureños cruzan las fronteras con rumbo hacia los Estados Unidos, desafiando la política de cero tolerancia.
El pasado 13 de octubre, una caravana de hondureños de todas las edades partió de San Pedro Sula, norte de Honduras, con el propósito de arribar a las fronteras con Estados Unidos, si no es que a territorio yanqui. La cifra podría rondar los 2,000 mil ciudadanos hondureños.
Unos 400 hondureños pasaron ya por la frontera de El Salvador, dado que se conducían con toda su documentación en orden, y porque, en tanto que son centroamericanos, tienen todo el derecho de transitar por las provincias de la región. El único obstáculo lo sufrieron los “caravaneros” en la frontera salvadoreña que no llevaban, supuestamente, la documentación en orden de los niños y niñas que acompañan a los adultos, que según estos son los progenitores.
Muchos de los mayores, al otro lado del Goascorán, seguramente sin documentos en regla pero parte de la caravana, cruzaron suelo salvadoreño por puntos ciegos, mientras que otros lo intentaron al nadar en el río, a pesar del peligro que representaba por estar crecido y con fuertes corrientes por el temporal que azota la región desde la semana pasada.
De acuerdo con los “migrantes”, los motivos que los llevan a dirigirse en caravana y de forma masiva hacia Estados Unidos son la pobreza y la inseguridad que enfrentan en tierras catrachas.
Pero más allá de las razones de los integrantes de la caravana, lo que nos debe llamar la atención y poner en el debate serio y profundo es el tema de la migración de los países con problemas de pobreza estructural en la región. Pero, además, la actitud desafiante ante el gobernante de los Estados Unidos, que no solo ha dejado claro su odio contra los migrantes, sino su decisión de acabar con estos mediante múltiples formas. Por supuesto, esto último no lo logrará porque la migración es milenaria y un derecho universal.