Damasco/AFP
El ejército sirio decretó el miércoles un alto el fuego de 72 horas en todo el país, un anuncio que coincide con la celebración del Eid al Fitr que marca el fin del ramadán.
«Un ‘gobierno de silencio’ se aplica en todo el territorio de la República Árabe de Siria durante 72 horas a partir de las 01H00 del 6 de julio (22H00 GMT del 5 de julio)», informó un comunicado del ejército difundido por los medios oficiales.
El texto no precisa si el alto el fuego excluye o no a los yihadistas de los grupos Estados Islámico (EI) y Frente Al Nosra, eñ brazo sirio de Al Qaida.
El 27 de febrero entró en vigor un cese de las hostilidades, impulsado por Estados Unidos y Rusia, en todo el país salvo en las regiones controladas por los yihadistas. Pero esta tregua ha sido violada en repetidas ocasiones por los beligerantes.
Hasta ahora, todos los intentos de hacer respetar de forma duradera las treguas entre los rebeldes y el gobierno han fracasado, al igual que los esfuerzos para lograr una resolución pacífica de un conflicto que ya ha dejado más de 280.000 muertos y ha obligado a millones de personas a huir del país.
Las numerosas treguas temporales anunciadas en Alepo, una ciudad del norte sirio dividida por la guerra, no han servido para detener la lucha armada.
Los habitantes se ven atrapados diariamente entre los bombardeos del gobierno en las zonas rebeldes y el lanzamiento de cohetes por parte de los insurgentes hacia los barrios controlados por las fuerzas progubernamentales.
Nuevos bombardeos en Alepo
Pese al anuncio de este miércoles sobre un nuevo alto el fuego, los barrios orientales de Alepo, la segunda ciudad siria, sufrían nuevos bombardeos de artillería por la mañana, informaron el corresponsal de la AFP en el terreno y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé.
En el barrio de Al Masahd, un civil murió y varios resultaron heridos por disparos de artillería a la hora de la oración del Eid, según el OSDH.
«Desde por la mañana temprano, caían obuses en el barrio», aseguró Ahmad Nassif, un habitante. «Tenía previsto visitar a mi familia y amigos y de sacar a mis hijos a jugar, pero hemos decidido quedarnos en casa por si vuelven los bombardeos».
«Espero que la situación se calme durante el Eid, no por mí, sino por los niños», añadió.
En Homs, la tercera ciudad de Siria, el presidente Bashar Al Asad asistió al rezo de Eid al Fitr, un desplazamiento inédito del jefe de Estado, que casi nunca aparece en público.
El secretario de Estado estadounidense John Kerry, de visita en Georgia este miércoles, se felicitó del anuncio del alto el fuego aunque señaló que no cree que sea suficiente y explicó que trabaja con Rusia y otros actores para transformarlo en una tregua estable.
Los analistas creen que la violencia no acabará en Siria mientras no haya esfuerzos reales para relanzar un proceso político.
La revuelta contra el gobierno de Bashar Al Asad que empezó en 2011 se transformó en una guerra cruenta en la que hay implicados actores locales, regionales e internacionales.
El conflicto ha favorecido el auge de grupos extremistas como el EI, que se implantó en el país en 2013 y es autor de numerosos atentados en Siria y en el mundo.