Por Rim Haddad/Damasco/AFP
El enviado de la ONU para Siria entabló este jueves con el régimen sirio unas conversaciones sobre su iniciativa de paz para el país, sale donde Rusia está afianzando su presencia.
El diplomático Steffan de Mistura llegó a Damasco en un momento en que Occidente, medical abrumado por la llegada de refugiados, busca una salida política al conflicto sirio y podría dejar de exigir que el presidente Bashar al Asad abandone su cargo.
«Todavía tenemos reuniones, no puedo hacer ningún comentario», dijo De Mistura a la prensa tras un encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Mualem.
Durante esa entrevista, el ministro sirio afirmó que «la lucha contra el terrorismo» es «la prioridad y el preludio a una solución política en Siria», según la agencia oficial Sana.
Asad y su aliado ruso Vladimir Putin repiten cada vez más este mensaje acusando al grupo yihadista Estado Islámico (EI) de provocar la actual crisis migratoria.
«Con la crisis de los migrantes se oyen voces europeas que abogan por una cooperación con Asad y Putin. La idea de una estabilidad a cualquier precio está ganando claramente terreno», comprueba Karim Bitar, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) de París.
Mualem precisó a Mistura que Damasco esperaba más precisiones sobre la iniciativa de la ONU antes de «tomar las decisiones oportunas».
Según un responsable sirio, el adjunto de Mistura, Ramzi Ezzedin Ramzi, viajó a Damasco a mediados de agosto para entregar un documento de 60 páginas, elaborado por el enviado de la ONU tras una serie de encuentros con la oposición, el régimen y la sociedad civil.
Rusia afianza su presencia
Mistura había propuesto en julio organizar «conversaciones temáticas» entre sirios para abordar cuestiones de seguridad y aspectos políticos y militares.
El diario sirio Al Watan, cercano al poder, asegura que persisten divergencias entre Damasco y Moscú, por una parte, y la ONU, por otra, respecto a la forma de solucionar la crisis.
Los primeros consideran, según el periódico, que «no hay solución política sin vencer el terrorismo», un término con el que Damasco designa a todos los opositores. La ONU defiende, por su parte, «las posiciones de la coalición opositora, de Estados Unidos, Turquía y Arabia Saudita, que quieren que la solución política preceda la lucha contra el terrorismo».
La llegada de Mistura coincide con lo que parece ser el inicio de una nueva fase en el conflicto sirio, que causó 240.000 muertos en cuatro años y medio.
Rusia, que se había mostrado discreta en el país, afianza su presencia militar al lado del régimen de Asad.
El Kremlin propuso incluso a Washington entablar una conversaciones «entre militares» de las dos potencias para, entre otras cosas, evitar cualquier incidente entre soldados rusos y las fuerzas estadounidenses que integran la coalición antiyihadista en Siria y en Irak, reveló el miércoles el secretario de Estado John Kerry.
Rusia mueve sus fichas mientras que en Occidente hay cada vez más gente que «piensa que Asad es un mal menor y que se declara abiertamente a favor de un acercamiento con él para combatir al EI», asegura el experto Karim Bitar.
El EI abordó este jueves la crisis de los migrantes en varios vídeos difundidos por internet.
Los yihadistas censuraron la migración masiva hacia Europa y animaron a los refugiados a buscar refugio en el «califato» que autoproclamaron en Siria e Irak.
Uno de los vídeos, de 21 minutos de duración, comenta unas imágenes de refugiados que intentan llegar a Europa: «van a vivir sometidos a leyes humillantes en lugar de huir hacia la tierra de los musulmanes para vivir de forma digna y segura».