Nueva York / AFP
Laura Bonilla
Un clic en «La Casa Blanca» en una página en español del gobierno estadounidense lleva al sitio web de la presidencia en inglés, donde un titular informa a los internautas sobre «la emergencia nacional en nuestra frontera» en el idioma anglosajón.
Donald Trump eliminó la página en español de la Casa Blanca cuando fue elegido hace dos años con una fuerte retórica antiinmigrante y la promesa de erigir un muro en la frontera de casi 3.200 km con México.
Desde entonces, aseguran expertos, el español se ha politizado cada vez más, y se han registrado numerosos casos de acoso contra hispanohablantes que han sido filmados y viralizados en las redes sociales, algunos incluso por parte de hispanos que exigen que se hable solo inglés.
«Desde la elección de nuestro actual presidente estamos teniendo más llamadas de trabajadores a los que se les pide hablar solo en inglés», asegura Christopher Ho, abogado de Legal Aid at Work en San Francisco, una organización con una línea telefónica nacional que acoge denuncias de discriminación por el lenguaje.
– «Una injusticia» –
Julio César Ovalle, un estadounidense de 24 años, caminaba en junio por San Antonio, en Texas, cuando fue detenido por un agente fronterizo.
Sin documentos, Ovalle, que nació en Los Ángeles pero creció en México y nunca aprendió a hablar bien inglés, fue acusado de estar en el país ilegalmente y deportado al día siguiente pese a sus protestas.
«Fue una injusticia y racismo, todo porque no comprendo o hablo inglés bien», dijo Ovalle al diario San Antonio Express-News.
Una familia de guatemaltecos fue agredida en octubre por hablar español en un restaurante de Lovettsville, Virginia. «¡Regresen a su jodido país!», les gritó una mujer tras exigir ver sus pasaportes.
Dos jóvenes amigas fueron insultadas el mismo mes por hablar español entre ellas en un supermercado de Rifle, Colorado.
En mayo, un abogado de Nueva York amenazó a gritos a empleadas de una tienda en Manhattan que hablaban español con llamar a la policía migratoria para que las deportara.
Y en Havre, Montana, dos estadounidenses fueron detenidas en mayo por un agente de la Patrulla Fronteriza (CBP) por hablar español entre ellas.
«El gobierno Trump y su retórica claramente han alentado los peores impulsos en la Patrulla Fronteriza», dijo a la AFP Cody Wofsy, un abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) que defiende a estas dos mujeres en una demanda contra la CBP.
«No hay un idioma oficial en Estados Unidos. La gente tiene derecho a hablar el lenguaje que quiera», recordó.
Marta Mateo, directora del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard, destaca por su lado «la ubicuidad del español en Estados Unidos», y no cree que exista una discriminación contra el español, sino más bien contra el inmigrante.
El español está sumamente presente en Estados Unidos, donde se ofrecen numerosos servicios empresariales y oficiales en español. También es el idioma extranjero más estudiado, recuerda.
«Quizás los casos de actitudes ofensivas o incluso violentas hacia el español sean ahora más visibles», dice Mateo a la AFP.
Pero sería «más riguroso hablar de discriminación social, no lingüística, hacia el inmigrante, espoleado por el discurso populista de Trump (…) La población inmigrante más numerosa es la hispana, y entonces se ataca su lengua».
– ¿Lealtad dividida? –
Más de 41 millones de personas hablan español en casa en Estados Unidos, un 73% de la población hispana, según datos del último censo.
Aunque los hispanos son la primera minoría del país, un 40% aseguró haber sufrido ofensas debido a su origen en el último año, incluido críticas por hablar español en público, según un estudio del Pew Research Center publicado en octubre.
Para María Carreira, catedrática de español en la Universidad de California, el español es visto a veces como «una amenaza».
«Existe la idea de que divide la lealtad del joven inmigrante, de que lo mantiene con cierta lealtad a otro país, a otra cultura, cuando la lealtad debería ser 100% a Estados Unidos», explica.
El español está presente no obstante en Estados Unidos desde los inicios del país, y en gran parte del suroeste incluso antes de la llegada del inglés.
Aunque se va desgastando con el paso de las generaciones, la continua llegada de inmigrantes y la proximidad geográfica con Latinoamérica lo mantienen vivo.
Sin embargo, pese a su poder es considerado a veces como un idioma de segunda categoría, y no goza de prestigio social.
¿Por qué? Para Carreira, por racismo y clasismo, entre otras razones. El español se asocia a grupos «con una tez más oscura» y también «es el idioma de quienes limpian las casas, de los jardineros, niñeras». «No debería estar mal visto por eso, pero sí lo está».