Oscar López
@DiarioCoLatino
“La presencia viva de Jesús sufriente que transparenta los rostros de los que sufren y de las víctimas es lo que vieron Rutilio Grande y monseñor Romero, y en consecuencia les llevó a mantener viva la memoria del Evangelio, el anuncio y la práctica apostólica pastoral de la buena noticia del Reino de Dios”, dijo el sacerdote Estefan Turcios a la feligresía católica congregada en la Cripta de Catedral Metropolitana.
Turcios dijo que a los católicos que el Evangelio es “una memoria viva” que al cristiano que trata de regir su vida con el ejemplo de Jesús le “hacer arder los corazones”, ejemplo de ello son monseñor Romero y Rutilio Grande.
“El Evangelio es memoria viva como la zarza ardiente de Moisés, como la zarza ardiente del encuentro con el resucitado que tuvieron los discípulos de Emaús en modo semejante al encuentro con los pobres, sencillos y los humildes allá en aquellos años en Aguilares, El Paisnal y tantos pueblos, barrios y cantones, fue un fuego renovador para Rutilio y monseñor Romero”, afirmó Turcios.
Turcios recordó a los feligreses que la iglesia es la semilla para la realización histórica del Reino de Dios. “Eso somos nosotros, la Iglesia somos los bautizados, a la iglesia se le permitió estar atenta a los signos de los tiempos, sin lugar a dudas monseñor Romero y el padre Grande tuvieron una comprensión del espíritu y de la letra del Concilio Vaticano II”, declaró el sacerdote.
Asimismo, el sacerdote dijo que las palabras de monseñor Romero siguen inspirando a muchas personas, sobre todo porque la sociedad salvadoreña atraviesa por tiempos “difíciles”, esto debido a la desigualdad y a problemas que no se combaten de forma estructural como la violencia.
“Nosotros debemos estar atentos a eso, no podemos estar dormidos, podemos ver en las cosas cómo Dios está allí haciendo despertar nuestras conciencias y nuestra alegría de que camina con nosotros”, dijo el sacerdote a los feligreses.
Por lo mismo, dijo a los católicos congregados que no es posible llamarse cristiano y tener comportamientos que no van acorde a las enseñanzas del Evangelio.