Dr. H. Spencer Lewis (No. 2 y último)
(Pasado Imperator de AMORC)
La pobreza y la riqueza
El pobre que vive con cinco centavos al día podría considerar que ha obtenido grandes riquezas si lograra conseguir mil dólares. Esa misma cantidad sería demasiado poca para llamarla riqueza cuando se trata de un hombre que gasta cien dólares mensuales con propósitos humanitarios y vive en condiciones de opulencia y de reputación social.
La obra misionera debe llevarse a cabo tanto en las altas esferas como también en las de baja posición. Un hombre con un pequeño salario y que vive en condiciones modestas puede predicar ante los pobres y humildes, así como también vivir una vida conducente a un gran despertar espiritual.
Pero también deben ser alcanzados los ricos, los opulentos, los poderosos. Para poder entrar en contacto con ellos, ganar su confianza y conseguir entre ellos una ocasional audiencia, uno debe ser capaz de alcanzar su mismo nivel de vida. Esto requiere de riqueza y medios materiales; se necesita vivir próspera y exitosamente, así como también tener propósitos espirituales.
Tomemos como ejemplo a Louis Claude de Saint Martin, el famoso Rosacruz francés. Después de que fue iniciado, pensó que debía renunciar a sus títulos nobiliarios, a sus palacios y a su riqueza, pero luego se dio cuenta de que entre las altas esferas de la sociedad europea, en donde había sido un ídolo, había tantos necesitados de salvación como entre los pobres.
Conservó sus palacios, su servidumbre y su ambiente de opulencia. Continuó moviéndose en los círculos sociales alegres y frívolos de Inglaterra, Francia, Rusia y Alemania. Incluso exageró su propia curiosidad en todas las cosas que interesaban a los triviales miembros de la nobleza.
La vida de un gran místico Rosacruz
Cuando se encontraba con personas aburridas de la vida, o que buscaban nuevas emociones e interés, soltaba disimuladamente unas cuantas palabras que implantaran en su mente conceptos espirituales, y a veces ponía en acción algún ejemplo. Durante muchos años hizo esto, súbitamente desapareció y después se supo que Saint Martín había pasado por la transición.
Entonces se descubrió todo el bien que había hecho, la ayuda que había brindado y los frutos que habían producido sus callados y encubiertos esfuerzos. Entonces toda Europa le rindió homenaje y su memoria sigue siendo honrada hasta nuestros días no solo como un místico Rosacruz, sino también como un misionero que abogaba por una vida y un pensamiento mejores.
El místico tiene todo el derecho, como lo tienen todos los demás seres, de pensar en sus necesidades materiales. El hecho de esforzarse por conseguir comodidades materiales, algunos lujos –o todos ellos–, y por tener los suficientes medios económicos para asegurar la salud, la felicidad y la paz –tanto en cosas materiales como espirituales— no se opone a los ideales de los místicos genuinos de todos los tiempos.
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Ayuda Espiritual en Organismos Rosacruces
En los Organismos Afiliados de la Orden Rosacruz, AMORC, en nuestro país, conocidos como Centros Culturales Rosacruces –que funcionan en San Salvador, Santa Ana, Sonsonate y San Miguel, se ofrece ayuda metafísica y espiritual a todas las personas –miembros o no miembros- que la solicitan, ya sea por casos de enfermedad, como de problemas morales o psicológicos, etc. La ayuda se denomina así: Ritual de Ayuda Espiritual. El servicio se realiza en ciertos días sábados de cada mes, a partir de las 2:00 p.m. Es completamente gratuito. En la guía telefónica se encuentran los números de teléfonos de los Organismos Afiliados donde se pueden averiguar las fechas de los sábados y la dirección de cada Organismo. Son muchas las personas que se benefician con este servicio, que reconocen esta labor humanitaria que brindan los Rosacruces en todo el mundo.