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El Factor D: el núcleo oscuro de la personalidad

JOSÉ GUILLERMO MÁRTIR HIDALGO

El psicólogo danés Ingo Zettler y los psicólogos alemanes Benjamin Hilbig y Morten Moshagen, son los autores de la investigación titulada “El Núcleo Oscuro de la Personalidad” (“The Dark Core of Personality”) que publica la revista Revisión Psicológica (Psychological Review) en octubre de dos mil dieciocho1. Los investigadores sostienen que los comportamientos cuestionables en el ámbito ético, moral y social son rasgos de una personalidad con connotaciones negativas.

Efectivamente esta sombría personalidad presenta una disposición a manifestar rasgos oscuros. Estos presentan un núcleo común, el Factor Oscuro de la Personalidad o Factor D, que es una tendencia a maximizar la utilidad individual a costa de otros, acompañado de creencias que le sirven de justificaciones de esa conducta deleznable. Zettler, Hilbig y Moshagen consideran que esa conducta es vigente en personas crueles, egoístas, inescrupulosas y francamente malvadas2.

RASGOS OSCUROS

Investigadores de varias disciplinas intentan describir, explicar y predecir esas interacciones sociales negativas. Muchos investigadores usan los “rasgos oscuros” para denominar estas prácticas rechazables. Los “rasgos oscuros” son incluidos en una base común: El Factor Oscuro de la Personalidad o Factor D. El Factor D describe la maximización del beneficio individual a costa  de otros, es decir, en contra de los intereses de los demás, acompañados de creencias que justifican dicha forma de obrar.

Los individuos con altos niveles de Factor D buscan ganancias visibles como logros monetarios o status sociales más altos, también ganancias menos tangibles como poder, placer, alegría o mejoría general y de la misma manera, no les importa infligir molestias a otros lastimándolos, engañándolos o explotándolos. Las personas altas en el Factor D generalmente ignoran, aceptan o provocan daños en los demás. Estos no están motivados por aumentar el beneficio a otros sin favorecerse ellos mismos. Creencias como el rechazo a las ideas de la universalidad de los valores morales, una visión cínica del mundo, ideologías que favorecen el dominio, la superioridad propia o su sentido de derecho les sirven de justificaciones conscientes o inconscientes.   

Zettler, Hilbig y Moshagen consideran que cualquier rasgo oscuro es manifestación específica del Factor D. La tendencia general subyacente de la cual surgen los rasgos oscuros es el Factor D. Así que cualquier instrumento para evaluar un rasgo oscuro también reflejara el Factor D, aunque en un grado diferente, dependiendo de la naturaleza del rasgo en particular.

Los rasgos oscuros más destacados actualmente son los que conforman la Tríada y la Tétrada Oscura de la Personalidad: maquiavelismo, narcisismo, psicopatía y sadismo. La característica compartida de todos ellos es la insensibilidad, es decir, no responden a las señales de angustia de otros y no experimentan niveles apropiados de culpa. Los rasgos de la Tríada y la Tétrada Oscura convergen, en la poca preocupación por los otros y en maximizar sus propios intereses, por tanto, estos se ven representados en la conceptualización del Factor D.

Los estudios de los rasgos oscuros han sido entorpecidos por cuatro limitaciones: por un subconjunto pequeño de rasgos oscuros, por las pocas pruebas de que un rasgo introducido es diferente a los existentes, los rasgos oscuros han incluido esporádicamente datos de comportamientos reales y por la limitación de enfoque por el modelo empleado.

La investigación de Zettler, Hilbig y Mashagen demostró que los rasgos oscuros son manifestaciones de una tendencia general en línea con la conceptualización del Factor D. El enfoque de la investigación fueron los componentes de la Tríada Oscura con vínculos en la personalidad FFM, que es un modelo de cinco factores y con el modelo HEXACO de la personalidad, que es un paradigma de seis dimensiones. Los nueve rasgos oscuros seleccionados para la investigación fueron egoísmo, preocupación excesiva por la propia ventaja a expensas de los demás y de la comunidad. Interés Propio, deseo de promover y resaltar el estado social y financiero propio. Malevolencia, destructividad y voluntad de causar daño a los demás, incluso si uno se hace daño a sí mismo en el proceso. Maquiavelismo, actitud manipuladora, insensible y la creencia de que el fin justifica los medios. Desvinculación Moral, procesamiento cognitivo que permite comportase de manera poco ética sin sentir angustia. Narcisismo, auto observación excesiva, sensación de superioridad y extrema necesidad de atención por parte de los demás. Autorización Psicológica, creencia recurrente de que uno es mejor que otros y merece un mejor tratamiento. Psicopatía, falta de empatía y auto control, combinada con un comportamiento impulsivo. Y Sadismo, deseo de infligir daño mental o físico a otros por placer o para beneficiarse uno mismo3. La variación de los elementos de la investigación fue, desde el núcleo de los rasgos oscuros hasta el grado en que el Factor D los absorbe, inclusive, la capacidad predictiva del Factor D. Para evaluar los nueve rasgos oscuros se utilizó el Inventario Short Dark Triad.

En los estudios participaron más de dos mil quinientas personas. El primer estudio fue diseñado como una evaluación preliminar de que los rasgos oscuros, surgen de una disposición subyacente general, por tanto, son un núcleo común que refleja la conceptualización del Factor D. El segundo estudio sirvió para replicar los resultados del primero usando al egoísmo, a través del juego del dictador, como criterio de validez del Factor D. El tercer estudio tuvo cuatro objetivos: replicar los estudios anteriores, extender los criterios del Factor D al egoísmo y al comportamiento poco ético, evaluar la importancia del Factor D y los rasgos oscuros de manera más amplia, asimismo ubicar al Factor D en los modelos de la estructura de la personalidad. El estudio final se dirigió a investigar que el Factor D puede entenderse como una construcción fluida similar al Factor G de la inteligencia.

El Factor G es un constructo desarrollado en investigaciones psicométricas sobre las habilidades cognitivas y la inteligencia humana. Es una variable que condensa diversas correlaciones positivas entre distintas tareas cognitivas.

Dentro de la dimensión de la estructura básica de la personalidad, el Factor D se aproxima al polo negativo del binomio honestidad-humildad del modelo HEXACO de la personalidad. Las seis dimensiones de dicho modelo son la apertura a la experiencia, la escrupulosidad, la cordialidad, la extroversión, la emocionalidad y la honestidad-humildad.

Por tanto, las características del Factor D son la maximización de sus intereses, la acentuación del malestar en otros y la justificación por sus creencias. El factor D es la fuente de variación responsable para las diferencias individuales, en los rasgos oscuros y predictor de comportamientos cuestionables en el ámbito ético moral y social.

HEREDABILIDAD Y CREENCIAS

Entonces, ¿el Núcleo Oscuro de la Personalidad es innato o aprendido? Para la psicóloga australiana Fiona Kate Barlow4, la personalidad comprendería cierto nivel de heredabilidad, principalmente, el temperamento. En su opinión, la personalidad depende tanto del entorno como del genotipo del individuo. Un rasgo explícito sería un componente genético en un contexto determinado. El efecto del entorno sobre el individuo depende de su perfil genético ya que sus respuestas, la mayoría, están influenciadas por los genes. Por tal motivo es que  los padres responden de manera precisa al genotipo de sus hijos, ya que cada individuo evoca respuestas conductuales diferentes a quienes lo rodean. El reconocimiento de los factores genéticos no disminuye la importancia de los factores sociales sobre el pensamiento, el sentimiento y el comportamiento del individuo. No obstante, los factores hereditarios influyen sobre la experiencia humana. Los factores “ambientales” son esculpidos por los factores hereditarios.

Efectivamente para el biólogo británico Richard Dawkins5, los genes son los agentes sobre los que opera la evolución. La probabilidad de que un gen prospere depende de su capacidad de adecuación al medio, por lo que los organismos son meras máquinas de supervivencia de los genes. La agresión, la guerra de sexos, el racismo, el conflicto generacional e incluso el altruismo los explica Dawkins conforme a la supervivencia de los genes.

¿Podemos combatir las justificaciones que sostienen los rasgos oscuros y de esta manera, debilitar conductas calificadas como rechazables? El consultor español José Ignacio Azkue asevera que actuamos como somos, pensamos y creemos6. Somos como pensamos, pensamos como creemos y creemos como nos enseñaron. Una creencia es un conocimiento o una experiencia que se tiene acerca de un suceso o cosa que se asume como verdadero o verdadera. Hay una subjetividad implícita en el concepto de creencia. La conformidad hacia algo o hacia una idea, no significa que sea verdadero. Sera verdadero para esa persona o para un grupo de personas, pero, no tiene que ver con que sea una verdad universal. Toda creencia es susceptible de ser revisada, cambiada o sustituida por otra. Somos lo que creemos, las creencias condicionan nuestra forma de actuar la cual tiene consecuencias positivas, poco deseables, negativas o muy malas. Podemos cambiar las creencias identificando la creencia raíz, detallando como nos hace actuar, evaluando sus consecuencias y tomando la conveniencia o no de modificar y cambiar esa creencia.

(Endnotes)

1. Zettler, Ingo; Benjamin E, Hilbig y Moshagen, Morten. The Dark Core of Personality.  En: https://psycnet.apa.org/record/2018-32574-001

2. Zettler, Ingo; Benjamin E, Hilbig y Moshagen, Morten. The dark Core of Personality. En: bibliotecapleyades.net/archivos_pdf/dark-core-peronality.pdf

3. Aparicio, David. El Núcleo Oscuro de la Personalidad: el factor subyacente de la conducta despiadada. En: https://www.osyciencia.com/el-nucleo-oscuro-de-la-personalidad-el-factor-subyacente-de-las-conducta-despiadada/

4. Barlow, Fiona Kete. La personalidad tienen un componente hereditario considerable. En: https://www.intramed.net/contenidover-asp?contenidoid=94008

5. El Gen Egoísta. En: https://es.wikipedia.org/wiki/El_gen_egoísta

6. Azkue, José Ignacio. Nuestras creencias determinan nuestra actitud y estas influyen en nuestra productividad y efectividad. En: https://deproconsultores.com/productividad/nuestras-creencias-determinan-nuestra-actitud-estas-influyen-nuestra-productividad-efectividad

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