César Ramírez
@caralvasalvador
Nuestras generaciones anteriores lucharon contra la dictadura, luego contra el autoritarismo, el Golpe de Estado fue una respuesta conocida con todos los matices de las asonadas militares que prometían una nueva era, lo cual no sucedió, posteriormente el último Golpe de Estado instauró un gobierno provisional integrado por autoridades civiles en 1979, eran ciudadanos progresistas pero fue efímera su duración, esa junta fue sustituida por otro Gobierno que propició la guerra civil, en ese marasmo social 12 años después se firmó un Acuerdo de Paz en 1992.
Durante los años ochenta y noventa teníamos el deseo de “ver” el resultado de la guerra, creímos que la Historia fundaría una democracia tan ejemplar como la de Costa Rica, una estabilidad política como México, donde el respeto constitucional consolidaría los principios de una República con democracia económica, democracia social, democracia institucional garantizando la movilidad social, lo cual funcionó en ciertos años garantizando la alternancia política, el respeto a la Sala Constitucional, la separación de poderes etc. a pesar de los defectos durante 27 años aquel esquema funcionó; pero debemos anotar la autodestrucción sistemática de los partidos mayoritarios, se fundó el reino de la desinformación, la muerte civil de opositores, ello propició el surgimiento de la “industria de los insultos”, los trolls, hacker, fake news, ciberdelitos etc, armas de calumnias, infundios, campañas sucias que destrozaron la credibilidad de los actores políticos, así surgió una nueva fuerza política con millonarios recursos que aniquiló a los partidos opositores en dos elecciones.
A partir del año 2019 esa democracia triunfante ya no era la de los profetas armados, ni los profetas desarmados, era solo comunicaciones populistas que prometían un paraíso terrestre, así el pueblo eligió esa fantasía, pero los sueños, sueños son… dos años después nos encontramos con un Asalto a la Asamblea Legislativa el 9 de febrero 2020, la imposición de Magistrados el 1 de mayo 2021, una nueva constitución y la factibilidad de la reelección para el año 2024… ¿es el destino de la democracia?… un producto impensable en 1992, es tan fantástico el evento, que se calificó la guerra civil de “farsa”.
En pocas palabras si la democracia termina en la dictadura, la democracia es tan débil que no soporta la manipulación populista, no hay defensa contra el abuso del poder, entonces ¿qué hacer? La legalidad es ilegalidad y la ilegalidad es legal, la excepción es norma y la norma la excepción, afortunadamente tenemos la Memoria e Historia, ya sabemos en qué terminaremos.
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