Por Paul Handley/Aldo Gamboa/Washington/AFP
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó este martes a la baja su previsión para el crecimiento de la economía global para 2016, medical look a 3,4%, con una alerta sobre riesgos «sustanciales» que afectan especialmente a las economías emergentes, como la de Brasil.
Ese pronóstico implica un avance con relación al 3,1% de 2015, pero 0,2 punto porcentual por debajo de su previsión de octubre pasado.
La economía global alcanzaría un crecimiento de 3,6% recién en 2017, señaló el FMI en la actualización de las perspectivas mundiales.
«Se proyecta que el repunte de la actividad mundial sea más gradual» que lo previsto en octubre pasado, «especialmente en el caso de las economías de mercados emergentes y en desarrollo», apuntó la entidad financiera.
Para los técnicos del FMI, la desaceleración de la economía china, la caída de los precios de las materias primas y las tensiones a las que se encuentran sometidas algunas de las principales economías de mercados emergentes «continuarán lastrando las perspectivas de crecimiento en 2016-17».
«Afrontamos sobresaltos este año, particularmente en el mundo emergente y en desarrollo», dijo el economista-jefe del FMI, Maurice Obstfeld, en una conferencia de prensa en Londres.
Evitar el descarrilamiento
Los riesgos para las perspectivas mundiales «continúan inclinándose a la baja» y están relacionados con «los ajustes que están ocurriendo en la economía mundial», indicó el Fondo.
Entre esos «ajustes» el FMI mencionó el repliegue paulatino de las condiciones monetarias extraordinariamente acomodaticias en Estados Unidos».
De acuerdo al FMI, si estos temas «no se manejan adecuadamente, el crecimiento mundial podría descarrilarse».
Sin embargo, el Fondo mantuvo intocada la previsión de crecimiento para China, de 6,3%, con sensible reducción sobre el 6,9% registrado en 2015, el menor nivel en un cuarto de siglo.
La entidad, en tanto, prevé para Estados Unidos un crecimiento de 2,1%, 0,2 punto porcentual por debajo de la expectativa de octubre, fundamentalmente debido al impacto que el fortalecimiento del dólar tiene sobre las exportaciones.
El continente europeo es el único bloque que tuvo una revisión al alza, de 0,1 punto porcentual, gracias al desempeño de las economías de Alemania y España: en 2016 la región crecería 1,7%, siendo que en octubre pasado la previsión del FMI era de un avance de 1,6%.
En el caso de España, el país crecerá 2,7% en 2016 y 2,3% en 2017, según las previsiones revisadas al alza.
En América Latina, en tanto, Brasil arrastra hacia abajo a prácticamente toda la región: el FMI prevé para este año una caída de 3,5% en el gigante sudamericano, cuando en octubre pronosticaba un retroceso de 1%, lo que implica un reajuste de -2,5 puntos porcentuales, la revisión más fuerte de todo el estudio.
La corrupción y los problemas políticos en Brasil, estimó Obstfeld, «han socavado la confianza, como lo ha hecho el deterioro continuo de las perspectivas presupuestarias, lo que está minando la confianza y provocando mayor depreciación (del real), mayor inflación».
Con una previsión de crecimiento para México de 2,9%, contra 3,1% pronosticado en octubre, el FMI estimó que la región de América Latina y el Caribe deberá experimentar en 2016 una caída de 0,3%, una fuerte revisión de -1,1 punto porcentual.
Atención especial a China
En su nuevo estudio, el FMI se concentró en los riesgos que podrían conducir al surgimiento de crisis localizadas pero con consecuencias generalizadas.
La transición de China, la segunda mayor economía del mundo, constituye así la preocupación fundamental.
La súbita reducción de las importaciones y las exportaciones chinas pone más presión todavía sobre un mercado mundial de commodities ya deprimido, y con ello afecta directamente a los exportadores de numerosos países, muy en especial a Australia y Brasil, productores con perfil exportador.
Como efecto secundario, señaló el FMI, esa tendencia aumenta la inestabilidad en la confianza de los mercados en todo el mundo y añade suficiente volatilidad como para frenar las inversiones de largo plazo.
Para el FMI, un escenario de agudización de la desaceleración china podría conducir a un debilitamiento de su moneda, arrastrando con ello a monedas de otros países.
Obstfeld pidió a las autoridades chinas que «se comuniquen mejor con los mercados» sobre sus planes para su moneda, con el fin de reducir la volatilidad, si bien cuestionó las reacciones de los mercados a las noticias que llegan de China.
Los mercados «están reaccionando muy airadamente a pequeñas evidencias», dijo Obstfeld, «las reacciones son muy extremas».
A todo lo mencionado, se le debe añadir el programa de aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, que fortalece al dólar y eleva los costos de mercados emergentes y países pobres para conseguir créditos.