Lourdes Argueta
Integrante de la Comisión Política del FMLN
Nuestro partido sigue demostrando que es una fuerza viva, legítima y comprometida con la sociedad salvadoreña y su transformación.
Podrán imponer con su mayoría parlamentaria y funcionarios arrodillados al poder, todos los cambios a las reglas del proceso electoral, podrán con su matonería y actuar arbitrario robarse la voluntad del pueblo de contar con una Asamblea Legislativa con representación de todas las fuerzas políticas, pero lo que no pudieron y no podrán, es cumplir su mayor anhelo, que es eliminarnos como fuerza política.
Somos la segunda fuerza política del país, a pesar de las chabacanadas cometidas por el partido oficialista para controlar las mesas de votación el día de las elecciones, en contubernio con el Tribunal Supremo Electoral que no entrego el total de acreditaciones de JRV de las personas propuestas por el FMLN para que nos representaran en mesas y que cumplieron con la capacitación para cumplir dicha responsabilidad. Son tantas las arbitrariedades cometidas para desaparecernos y no lo lograron.
Este ha sido el proceso electoral más desigual, arbitrario, corrupto, tramposo y costoso. Aun en medio de esas irregularidades decidimos valientemente someternos al mismo para darle una opción real a la gente que resiente el retroceso en materia social por el desfinanciamiento o eliminación de programas sociales y por el sistemático abuso de poder que ejerce el nuevo grupo de poder económico emergente que gobierna en el país.
La campaña electoral siempre es una buena oportunidad para llevar nuestro mensaje, escuchar al pueblo y nutrir más nuestro compromiso de transformación social y la mayor ganancia de todo esto es haber contactado frente a frente al pueblo, lo cual nos mantiene presente la razón del porque luchamos con la bandera del FMLN, porque seguimos creyendo que vale la pena seguir y no desmayar. Hay un pueblo noble y sabio que no se equivoca, que confía y resiste con determinación. Esas son nuestras raíces y nuestro partido ha vuelto a ellas, a las comunidades, a los barrios, a las colonias.
Seguimos en pie y con la moral en alto, porque una plana de embusteros, prepotentes, tramposos y odiosos, no son ni valen más que lo que representa nuestro proyecto político, y nos hemos hecho presente al escrutinio final para seguir denunciando y registrando todas las arbitrariedades del proceso, y desenmascarar públicamente el robo de votos en las diputaciones. Se les olvida que el FMLN es una fuerza viva por encima de cualquier representación parlamentaria. Seguiremos denunciando y desenmascarando la corrupción, la mentira, el retroceso social, las arbitrariedades y abuso de poder del oficialismo.
No nos silenciarán, la lucha nos fortalece aún más y eso significa que tendrán en el FMLN una oposición en crecimiento. Subestiman al pueblo y en el fondo temen de su verdadera voluntad, por eso recurren a manosear el proceso electoral, por eso separaron las elecciones y redujeron la cantidad de escaños legislativos y la cantidad de municipios, porque no se sienten seguros de arrasar electoralmente respetando el proceso tal y como estaba establecido.
En medio de todo ese escenario, la campaña municipal y por el Parlamento Centroamericano está en curso y seguimos desarrollando una agenda de contacto directo con la población, porque nuestros candidatos son reales, no se esconden en la figura de ningún fulano, de un color o de una letra, ni se burlan de la necesidad de la gente a quienes el oficialismo con recursos del Estado hace proselitismo enviando regalías para condicionar apoyo electoral.
El escenario es complejo y requiere unidad en la lucha, pero una unidad con claridad de rumbo, no me refiero a unidad de intereses particulares, que si se siguen sobreponiendo sobre lo real y estratégico de nuestro proyecto, entonces nosotros mismos estaríamos destruyendo la posibilidad de reivindicarnos ante el pueblo y construir las bases de la organización y concientización popular.
Tenemos una gran oportunidad de limpiarle las manchas a nuestro proceso y desmontar la campaña de desgaste que empaña el contenido de nuestra lucha. Podemos y debemos ampliar la capacidad de debate y unificación de criterios dentro y fuera del partido, por el presente y futuro de nuestro país.
Hay un pueblo que no vivirá siempre de la fantasía y la superficialidad, debemos persistir y responderle a la historia con hechos concretos. No podemos ser una izquierda experta en improvisar, una izquierda que su agenda sea el calendario electoral.
Revertir lo injusto y lo ilegal requiere de caminar y construir de verdad con la gente, y eso significa territorializar al partido, mantener y fortalecer nuestra presencia con una agenda clara, con un planteamiento firme y consecuente a nuestro actuar, significa escuchar, ser empáticos, humildes y solidarios, demostrar con hechos nuestros valores, principios y la ética con la que asumimos un compromiso de transformación profunda de la sociedad.
No hay otra forma de recuperar la confianza, el respeto y el corazón del pueblo, y para eso es necesario ser transparentes y no dar la impresión de hacer cualquier cosa a espaldas de la gente. Ahora que no tendremos los recursos y los espacios de “poder” formal, sabremos en realidad quienes y cuantos somos, pero eso es más real y genera mayor certidumbre que lo que se edificara será más sólido y autentico.
El Frente vive y la lucha sigue.